Durante la tarde del sábado pasado se encontró un cuerpo calcinado y en avanzado estado de descomposición cuya identidad no se podía precisar en una zona despoblada del kilómetro 16 Acaray, en el departamento de Alto Paraná. Hoy informaron que el cadáver pertenecía a Adrián Arzamendia Traverssi, joven que estaba desaparecido desde el 4 de enero pasado.

Este lunes se realizó la autopsia en la morgue judicial de Asunción para lograr identificar el cuerpo, ya que por su avanzado estado de putrefacción y que presentaba quemaduras de tercer y cuarto grado no pudieron encontrar huellas dactilares. Finalmente pudieron recurrir a otros elementos como reconocimientos odontológicos y maxilofaciales para confirmar la identidad del fallecido.

“Encontramos cerca del cadáver el aparato celular y parte del vehículo del fallecido (Adrián Arzamendia). Además de prendas de vestir reconocidas por los familiares y determinamos que se trata de esa persona. Entregamos el cuerpo a los familiares para la cristiana sepultura”, confirmó el fiscal Juan Benítez en la 650 AM.

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Indicó que el pasado 4 de enero los familiares alertaron sobre la desaparición de Adrián Arzamendia Traversi, de 29 años, oriundo de Villarrica, pero que en los últimos tiempos se mudó a casa de sus tíos y trabajaba en una empresa recicladora en Minga Guazú. “El joven tenían una comunicación constante con su círculo y les pareció sospechoso que no aparezca, entonces al día siguiente hicieron la denuncia”, apuntó.

Finalmente, no pudieron determinar si presentaba signos de tortura u otras heridas por el avanzado estado de descomposición, pero afirmaron que falleció asfixiado. “Lo que le provocó la muerte fue asfixia mecánica por estrangulamiento. Hay lesiones en la tráquea. Su propia remera que tenía al momento de salir fue utilizada para ahorcarlo”, refirió el fiscal.

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