Ciudad del Este. Agencia Regional.

El director del pabellón oncológico “Bilal Esgaib” del Hospital Regional de Ciudad del Este, doctor José Samudio, dijo que generará un gran impacto en los pacientes y en el personal de salud, el hecho de contar con un acelerador lineal para el servicio de radioterapia en Alto Paraná.

Fue en respuesta al anuncio realizado el lunes por la ministra de Salud Pública, María Teresa Barán, sobre la decisión de comprar dos aceleradores lineales que serán destinados a hospitales de Alto Paraná e Itapúa, para habilitar servicios de radioterapia en dichos departamentos.

Se busca descentralizar la atención a pacientes oncológicos, descongestionar el Instituto Nacional del Cáncer, único servicio público con radioterapia en el país y, a la vez, evitar a los pacientes el traslado a otra ciudad para continuar con el tratamiento, que supone una serie de dificultades.

Según lo explicado por el doctor José Samudio, de diez pacientes diagnosticados en el pabellón oncológico del Hospital Regional, seis necesitarán de radioterapia, que son enviados a otros servicios, en su mayoría al Incan (Areguá) y algunos van al Hospital Costa Cavalcanti, de Foz de Iguazú, en Brasil.

En cuanto a los pacientes tratados con quimioterapia, “de 300 por mes, un promedio de 40 a 50 personas remitimos para radioterapia”, refirió el director del pabellón oncológico “Bilal Esgaib”, indicando que hay casos de pacientes que no requirieron quimioterapias, pero sí radioterapias.

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“Todavía no se está dimensionado la repercusión que significará para el personal de salud, el paciente y sus familias, el poder quedarse acá en la región a hacerse su tratamiento de radioterapia y no tener que trasladarse más al Incan y a vivir dos meses en otra ciudad”, refirió el doctor Samudio.

El médico recordó que el pabellón oncológico del Hospital Regional cuenta con especialista en oncología radiante desde hace tres años, el doctor Aldo Torres, el único master en dicha especialidad en el país.

Por la falta de radioterapia, él realiza la evaluación del paciente y con ese informe envía a la persona al Incan, según Samudio. “Si contamos con el equipo, es demasiado mucho lo que puede cambiar la atención porque contamos con el profesional especializado”, refirió el director.

El doctor José Samudio informó que no se requiere de una gran infraestructura, sí un bunquer donde instalarse, tal como se necesita para otros equipos como los tomógrafos. Abogó para que el día que se traiga a Alto Paraná el acelerador lineal, sea instalado en el predio del Hospital Regional, para un mejor control y seguimiento de pacientes.

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En el hospital pediátrico, seis niños están a la espera de su ángel donante para seguir viviendo. Dos de ellos están conectados a un corazón artificial. Desde Acosta Ñu instan a la donación de órganos, señala el diario hoy.com/Nación Media.

El director del hospital, Héctor Castro, explicó que de los seis niños, tres están internados en la unidad de terapia intensiva. En tanto que dos están conectados a la bomba que funciona como corazón y ayuda a prolongar la vida de estos pequeños mientras que aparece un donante.

“Uno de ellos está conectado desde el 26 de octubre, está aguardando este corazón”, expresó Castro durante una entrevista a la radio 780 AM.

Milán es el pequeño que lleva tres meses conectado al corazón artificial, tuvo cuatro posibilidades de recibir un nuevo órgano; sin embargo, los familiares de las personas fallecidas rechazaron el pedido.

Otra menor de 14 años con miocardiopatía fue conectada el pasado lunes. Castro sostuvo que el proceso de donación de órganos se realiza a a través del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), la cual impulsa campañas de concienciación.

“Los especialistas recorren todos los servicios donde hay la posibilidad de la donación de órganos, estamos recibiendo siempre el apoyo de ellos; sin embargo, no logramos el resultado que esperamos”, agregó.

Milán es un niño de cinco años que padece miocardiopatía. Hace 83 días está conectado a un corazón artificial, esperando la aparición de un donante que le permita realizarse el trasplante de corazón, con lo que su expectativa de vida puede aumentar considerablemente. El niño está internado en el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, ubicado en el barrio Reducto de San Lorenzo, donde permanece en la unidad de cuidados intensivos.

Andrea, la mamá del niño, comentó que hace dos años su hijo está en lista de espera para recibir un corazón. Aseguró que ahora, más que nunca, es urgente encontrar un corazón, debido a que Milan lleva más de 83 días conectado a un corazón artificial, un tiempo récord, incluso, más de lo que estuvo Anita Almirón, quien falleció en abril de 2013, a la edad de 6 años, esperando la donación de un corazón y en cuya memoria fue aprobada la ley de donación de órganos, que está vigente en el país.

Si bien se presentaron cuatro posibilidades, no fue posible ninguna debido a la negativa de los familiares de los posibles donantes. Aunque entiende que no es una situación fácil la que deben pasar los familiares de los pacientes que estuvieron con muerte cerebral, lamenta que no haya conciencia de la importancia de donar órganos para salvar vidas.

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“Nosotros nos enteramos cuando ya pasó todo. Los médicos no nos quieren dar falsas esperanzas, nosotros nos enteramos, por otra parte. El pensamiento de la gente es lo que nos duele, que no entiende lo que estamos pasando”, dijo en entrevista con el canal Gen/Nación Media.

Agregó que, si bien ahora el niño está estable, por momentos aparecen dolores en el cuerpo y él no quiere saber nada, tiene miedo inclusive a las curaciones. Si bien no juzga a las familias que no quieren donar, porque las comprende, pidió mayor conciencia, pues al donar los órganos de sus seres queridos están ofreciendo la posibilidad de dar vida.

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Uno de los mayores obstáculos a la hora de conseguir un donante no es solo la compatibilidad, sino sobre todo el peso, esto, debido a que Milan pesa solo 17 kilos, por lo que el donante no debe pesar más de 40 kilos. “Nos duele porque él está sufriendo mucho y nosotros sufrimos de él. Lo que nos duele es el pensamiento de la gente, que cree que llevará a su familiar vacío si dona sus órganos. Queremos que la gente sea consciente que, al donar, están dando vida, pueden salvar muchas vidas”, concluyó Andrea.

El titular del Instituto Nacional del Cáncer (Incan), doctor Raúl Doria, habló sobre la posibilidad de derivar a nuevos pacientes oncológicos pediátricos al Hospital Acosta Ñu, a fin de mejorar la atención que reciben dentro del sistema sanitario público.

“Tengo la idea de, estando tan cerca el Hospital de Acosta Ñu y siendo su fuerte la oncología pediátrica, derivar allí a los nuevos pacientes. El Acosta Ñu tiene tres bloques dedicados a dicha especialidad y podría ser una oportunidad para brindar una mejor atención a los nuevos pacientes”, explicó Doria a La Nación/Nación Media.

El galeno precisó que ya inició el diálogo, pero aclaró que no se incluirán a los pacientes que ya están en tratamiento en el Incan y que se realizará un estudio pormenorizado para avanzar en la idea.

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Manifestó que cuando tomó posesión del cargo hizo un estudio de fortalezas, debilidades y oportunidades, que dio como resultado una debilidad en el servicio de pediatría oncológica, con solo 12 camas que, actualmente, están ocupadas en un 50 %. También reveló que no cuentan con los servicios de apoyo para este tipo de unidad.

“Una unidad de pediatría oncológica requiere de especialistas pediátricos para cubrir cualquier necesidad de los pacientes. Esta unidad cuenta con tres médicos oncólogos, tres infectólogos y dos médicos de medicina familiar, y, para tener una unidad oncológica, necesitas gastroenterólogos, hematólogos, reumatólogos, neurólogos, una cobertura total de especialistas y de terapia intensiva”, sostuvo Doria.

El titular del Incan remarcó que actualmente el hospital está más preparado para atender pacientes oncológicos adultos, pero aclaró que de no concretarse el proyecto con el Acosta Ñu, no descartan trasladados de los pacientes a otro centro asistencial o la puesta a punto del Incan para la atención de los pacientes pediátricos.

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