Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la depresión es una enfermedad común, pero grave, que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. La depresión es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Señalan que algunas investigaciones indican que el riesgo genético para la depresión es el resultado de la influencia de varios genes que actúan junto con factores ambientales y otros factores de riesgo.
Algunos tipos de depresión tienden a darse en familias. Sin embargo, la depresión también puede ocurrir en personas sin antecedentes familiares de depresión. No todas las personas con enfermedades depresivas experimentan los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia y duración de los síntomas varían dependiendo de la persona y su enfermedad en particular.
Al respecto, el doctor Robert Núñez, médico pediatra, abordó en sus redes sociales sobre la depresión en la adolescencia y dijo que es un periodo de cambios físicos, emocionales, intelectuales y sociales que forman un puente entre la niñez y la edad adulta.
“Con los cambios vienen la tensión y la ansiedad. Por eso los adolescentes tienen cambios repentinos de ánimo, un día están animados y el siguiente están decaídos, pero cuando un adolescente se siente decaído, triste por más de dos semanas, puede ser síntoma de un problema serio”, alertó.
Así también, el profesional de la salud señaló que las mujeres son dos veces más propensas a sufrir de la depresión en comparación con los adolescentes varones y resaltó que la depresión sin tratamiento puede llevar al suicidio.
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“El suicidio es la tercera causa principal de muerte entre los adolescentes, aproximadamente 1 de cada 4 adolescentes ha considerado seriamente el suicidio. Es muy importante que hablemos abiertamente sobre el suicidio, la depresión y las ganas de morir. Que rompamos el hechizo de la vergüenza y el miedo en torno a todo esto y hagamos que sea más seguro para ellos”, recomendó el profesional.
Por otra parte, Núñez indicó que si el adolescente se observa triste, además de desinteresado, con sus audífonos puestos todo el tiempo, necesita conexión significativa, está escondido, posiblemente su autoestima se observa afectada.
Finalmente, sugirió conocer al adolescente e instó a conocer sus amistades y la música que escucha. “Un punto importante es no minimizar su experiencia subjetiva. Es una etapa muy difícil. Oriente, acompañe, escuche, saque tiempo de calidad y busque ayuda profesional”, enfatizó.