Por: Viviana Orrego (viviana.orrego@nacionmedia.com)
Sandra Raquel Gómez Candia a sus dos años de edad sufrió quemaduras profundas en el rostro, senos, ante brazo, creció con esas quemaduras en gran parte de su cuerpo y los tratamientos eran parte de su vida normal. A los 18 años inició con las cirugías reconstructivas, en ese entonces en el Hospital del Quemado de Areguá y luego ya en el Centro Nacional de Quemaduras y Cirugías Reconstructivas (Cenquer).
Sus quemaduras ni sus tratamientos, impidieron desenvolverse como una persona normal, fue a la escuela, al colegio y posteriormente egresó como docente del Instituto Ítalo Paraguayo. Su espíritu persistente y luchadora, así amigable y sociable la ayudó a cultivar grandes amistades, los médicos que la trataron a lo largo de su vida, para ella son parte de su familia y solo tiene palabras de gratitud para ellos.
Un día entre sus tantas idas y venidas al Cenquer, el Dr. Bruno Balmelli le había contado la historia de dos niños que no estaban escolarizados, por la situación en que ellos se encontraban (quemaduras). Entonces, a Gómez Candia, quien conoce a flor de piel la situación de estos niños por su propia historia de vida, se le ocurrió la brillante idea de llevar el servicio educativo a estos pequeños internados, quienes por ley tenían derecho a la educación y así fue que los días sábados ‘ah honorem’ empezó a dar clases de apoyo escolar.
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La docente de 43 años, es un ejemplo de que una situación catastrófica en la vida es una oportunidad de transformarse y transformar. Ella conociendo bien la, situación difícil en que viven estos niños en situación de encierro y quemados, decidió prestar su tiempo, vocación y experiencia para que estos, así como ella, también salgan adelante en medio de las adversidades.
“Le dije al doctor vamos hacer apoyo escolar, vendré los sábados de tarde en forma gratuita para apoyar. Es un regalo que yo voy hacer. Empecé cada sábado en el 2018 iba de 13:00 a 17:00, daba clases en la sala Hospitalaria a pacientes niños, jóvenes hasta adultos. Por que hay adultos que no leen ni escriben, solo firman por que es lo que le enseñaron”, recordó Gómez Candia, encargada de Despacho y Docente del Aula Hospitalaria “Nuevo Amanecer Cenquer”, en comunicación con La Nación-Nación Media.
Sus clases no eran meramente de apoyo escolar, en esas oportunidades llevaba voz de aliento a aquellos pacientes que por su situación caían en el desgano o la depresión. “Yo contaba también mi historia de cómo me quemé, cómo crecí y de las cirugías reconstructivas, toda la familia escuchaba y participaba”, destacó. De allí, de esas clases de apoyo escolar, surgió la idea de contar con un aula hospitalaria para niños y jóvenes en situación de encierro, como ocurre en otros centros asistenciales del país.
Nuevo Amanecer Cenquer
“Doctor Bruno Balmelli, vamos habilitar un aula hospitalaria como lo tiene el Hospital Pediátrico Acosta Ñu. Él con sus ojos azules y con una sonrisa me dijo que sí. Esa misma mañana empezamos a conversar de cómo lo haríamos. Empezamos a conocer historias de aulas hospitalarias, para tener un parámetro y elaborar el proyecto ´Aula Hospitalaria Nuevo Amanecer Cenquer´ que fue presentado en el 2019″, detalló.
En el 2019 se presentó el proyecto en Servicio Social, que calificó que estaba muy acorde con el hospital. Luego, el director de ese entonces, Bruno Balmelli, leyó y aprobó el proyecto y en el 2020, en plena pandemia del COVID-19, se presentó, estuvo en stock por la situación y que la prioridad era la salud, en el 2021 se volvió a presentar al Ministerio de Educación y finalmente, en el 2022 fue aprobado.
“Volvimos a reactivar el proyecto y ahí buscamos la Aprobación del MEC, que salga la Resolución Ministerial. Para nosotros que el MEC nos reconozca como aula hospitalaria es para que cada alumno paciente reciba el Kit Escolar y la Merienda Escolar. Y, finalmente, el 10 de noviembre de este año 2022 fue la inauguración”, destacó muy contenta.
El 11 de noviembre las clases en el aula hospitalaria “Nuevo Amanecer” del Cenquer ya estaba en marcha oficialmente, con el objetivo de acompañar al paciente en su proceso de recuperación. Según Gómez Candia, por el momento es recreativo-lúdico y el año que viene iniciarán el acompañamiento en forma pedagógica. Trabajarán con la profesora, la familia del niño para desarrollar las tareas desde el aula para que el paciente no pierda su proceso escolar.
“La temática es acompañar al paciente niño en su proceso de aprendizaje desde el aula o la sala hospitalaria, depende de la gravedad de su quemadura. Será flexible y siempre reportando la situación del niño a su profesora, para que le tenga muy presente en su proceso de desarrollo. Por el momento, estoy yo sola por que estamos terminando el año. Tendremos cuidado en todos los sentidos, en la limpieza, de hecho desinfecto todos los materiales qué usamos cada rato, uso tapaboca”, indicó, respecto a la temática de enseñanza-aprendizaje.
El aula hospitalaria inició con 17 niños y adolescentes, pero el número de alumnos variará mucho atendiendo a que, en un día sale uno de alta y enseguida ingresa otro niño a ocupar ese lugar. En portería, todos los días piden la lista de pacientes y la edad, en base a ello preparan las actividades para la jornada.
De qué trata el aula hospitalaria
El aula hospitalaria es un mandato de la Constitución Nacional, en el artículo N° 73 del derecho a la Educación y de sus fines. Toda persona tiene derecho a la educación integral y permanente, que como sistema de proceso se realiza de la cultura de la comunidad. El Cenquer hizo incluir Educación y a eso se llama Educación Inclusiva.
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