La censista Catalina Díaz de Vivar explicó qué pasó durante la jornada de ayer y aseguró que fue toda una odisea durante el censo del miércoles, pues tuvo que entrevistar a la gente de más de 50 viviendas sola. A pesar del pedido de apoyo a sus jefes, no recibió respuesta alguna. Varios voluntarios no se presentaron y ella tuvo que hacer sola las labores.
“Fue toda una odisea el día de ayer durante el censo. Yo elegí a uno de los asentamientos de la zona de Artigas, es uno de los bañados, nadie quería tomar la zona y yo me animé. Yo iba a ser supervisora y como no se presentaron los censistas, hice sola”, dijo la voluntaria en comunicación con radio 1000 AM.
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Sostuvo que desde el principio solicitó ayuda a sus jefes de la zona del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero que la respuesta nunca llegó y al no presentarse los censistas, ella sola tuvo que realizar la encuesta en unas 50 viviendas. Responsabilizó a la institución por todo lo ocurrido.
Díaz de Vivar indicó que lastimosamente varios supervisores se llamaron a silencio durante el censo y aclaró que aceptó trabajar por la extensión universitaria y no por el pago, atendiendo a que se encuentra estudiando licenciatura para Educación Escolar Básica.
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“Ya estaba cansada, frustrada, cuando una vecina me vio y me trajo agua y pireca amasada. Esto fue la energía que necesitaba, censé a más de 150 personas sola. Las capacitaciones se hicieron una semana antes, había censistas que en el día se enteraron de que eran censistas. El 70% de la culpa de esto lo tiene el INE y el 30% los censistas que decidieron no presentarse”, agregó.
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se llegó a censar al 90% de la población en el interior del país y hubo zonas no censadas a causa de la masiva deserción de voluntarios, principalmente en Asunción y el departamento Central, a causa de la poca paga a los voluntarios.
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