En una tarde de julio de 1993, la joven Lourdes Pino, empleada de una empresa de confección de prendas, y su compañero de trabajo, Carlos Paiva, salían de la firma para cambiar dinero, aproximadamente G. 10.000.000. Pero Lourdes jamás volvió. Fue asfixiada y depositada debajo de la cama de un motel de Itá Enramada. El dinero desapareció junto con Carlos.

El cadáver de la joven fue hallado por clientes ocasionales del motel. Horas después, Carlos fue detenido por la Policía como el potencial homicida. En todo momento se mostró tranquilo, pero mediante el trabajo de los investigadores terminó confesando.

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Tres años después, fue condenado a 30 años de cárcel, la pena máxima. Pero, a poco más de 16 años en prisión fue indultado por el entonces presidente Fernando Lugo, por buena conducta. Vivió en libertad poco tiempo, ya que tomó la drástica decisión de autoeliminarse de la misma manera en la que había dado muerte a Lourdes. Su cuerpo fue hallado en mayo del 2010.

La noticia del hallazgo este viernes 4 de noviembre del cuerpo de una mujer debajo de la cama de un motel en Ciudad del Este, reflotó esta trágica muerte, cuyo responsable fue identificado y purgó su pena.

En este caso reciente, la Policía está tras las pistas del hombre que llegó con la joven que fue hallada muerta y cuya identidad aún se desconoce. Se espera que, al igual que Lourdes, tenga justicia.

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