Ahora es el turno de Milán Alexander, amigo de Anita y Nahiara, que también necesita un nuevo corazón para seguir viviendo y espera con mucha fe a su ángel donante. Tras la exitosa operación de trasplante de corazón de sus amiguitas, quienes ya se encuentran en casa disfrutando de su niñez, él también tiene ganas de seguir viviendo, pero para ello es fundamental la conciencia y la empatía.
La falta de conciencia, empatía y cultura de donar órganos en Paraguay obligan a muchas familias a realizar campañas de comunicación y concienciación de lo importante que es donar los órganos de aquellos seres queridos con muerte cerebral irreversible; muestran los rostros y cuentan las historias de aquellas personas que luchan por vivir, esperando el trasplante, como lo es Milán, un pequeño de apenas cuatro años que quiere vivir.
Milán Alexander está aguardando la oportunidad para seguir corriendo, jugando y creciendo. Él fue diagnosticado con cardiopatía dilatada a los cinco meses de edad y desde entonces cada día es una verdadera lucha, así como es un triunfo para él seguir con vida esperando a un ángel donante, como refiere su madre, Andrea Ovelar.
“Ahora es el turno de Milán, él es amiguito de Nahiara y también de Anita, él necesita un corazón, pedimos a las personas, a las familias que den una nueva oportunidad de vida a mi hijo, los órganos no van al cielo, donarlos salva vidas. Digamos sí a la donación de órganos”, es el mensaje de Ovelar a través de las redes sociales para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de tomar una decisión.
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La mamá de Milán apela a la solidaridad, a la empatía y a la humanidad de las familias que, si bien pasan por un momento difícil al perder a un ser querido muy joven tal vez, con una vida por delante, pero que ya no cuenta con expectativas de seguir por alguna muerte cerebral u otro diagnóstico para que la vida de ese ser querido se prolongue, permita que el corazón de esa persona siga latiendo en el pecho de su pequeño hijo. Su contacto es el (0992) 871-976.
Una de las características del posible donante es que cuente con un peso de tres veces más que Milán, unos 50 kilogramos aproximadamente. La miocardiopatía dilatada que presenta el pequeño terminó compactándose con fibrosis y está a punto de llegar a la etapa terminal.
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