Siendo el deportista número 1 de ASU 2022 y gracias a su destreza en deportes y cercanía con el público, muchos han calificado a Tiríka como la mejor mascota de todos los tiempos. Sin lugar a dudas, el gato montés se volvió la sensación del momento y todos quieren tener su peluche Tiríka. Tanto es así que la industria nacional encargada de la fabricación de los peluches está con el stock agotado. “Cierto, así mismo es”, afirmó este lunes Rubén Arias, emprendedor de Yaguarón, en contacto con La Nación/Nación Media.
Arias, propietario de Kate Creaciones, es también el creador del peluche oficial de Cerro Porteño y contó que, de acuerdo a su experiencia en el rubro de los peluches, Tiríka iba a ser todo un éxito.
“Yo vi que iba a ser furor esto, empecé a mostrar mi Tiríka a los niños y pegaba. Yo compré todos los materiales y me preparé para 2.000 peluches. Sin cerrar trato con ellos, ya estaba haciendo. Más todavía con toda esta situación de la mascota que recorre. Es el recuerdo pegado que queda como figura de los niños y adultos”, expresó.
Rubén comentó a LN/NM que en julio presentó presupuesto y el 8 de setiembre cerró con la organización. Si bien no quiso decir la cantidad total que le pidieron, señaló que no dimensionaron lo que iba a pasar en cuanto al éxito y la cantidad de peluches.
“Esta fiebre va a seguir hasta fin de año porque se posicionó Tiríka. El sábado 300 unidades se fueron en 2 horas en el Comité Olímpico Paraguayo (COP). Por la cantidad de demanda que la gente quiere se convirtió en escasez”, agregó.
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Fabrican unos 150 peluches por día
Sostuvo que son una fábrica chica con una producción de alrededor de 150 peluches por día. “El muñeco es bien complejo, conste que nosotros le metemos a la bordadora computarizada, el bordado sublimado, con mano de obra no podés suplir esas cosas, además no le puedo forzar a mi gente y después sale deforme. Tengo un promedio, tenemos que mantener la calidad para que no salga mal”, apuntó. Destacó que ellos no usan los ojitos de plástico porque si sale eso, el niño que usa puede tragar. “Nosotros ya sabemos esas cosas y cuidamos”, enfatizó.
En cuanto al horario de trabajo, Rubén dijo que están de 6:00 a 22:00 a full y son alrededor de 22 personas las que trabajan con 6 familias que están participando en la elaboración. Resaltó que la confección tradicional es diferente a la de peluches y aclaró que ellos en la fábrica no pueden vender el muñeco Tiríka, ya que está prohibido.
“Lo que nosotros hacemos es darle dignidad a la gente que trabaja con nosotros y que todo lo que gane sea por un trabajo honesto, que corresponde en hacer un producto de calidad”.
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Versión china para los atletas
El emprendedor de Yaguarón, al ser consultado por LN acerca de que los atletas reciben el peluche chino y no la producción nacional, refirió que esto se da porque normalmente se extranjeriza todo y que si bien la organización tenía definido eso, al ver el producto y la calidad nacional quedaron con buena impresión.
“Les regalan a los atletas la versión de los chinos. El nuestro fue primero fotos para los ministros. Tiene una compostura, contextura diferente el peluche nuestro. Ellos mandaron hacer afuera, tenían definido eso y creían que con eso iban a solucionar todo. Al ver también el peluche, dijeron que nuestro peluche era lindo. El peluche chino no van a ver que sale en ninguna foto en manos de los ministros, solamente en manos de los atletas”, acotó.
Símbolo de patriotismo
Arias indicó además que les hace sentir bien que con Tiríka se transmite algo a un segmento de mercado. “En este caso al deporte y patriotismo, algo que hace falta. Ese gatito hizo todo. Si vos le das contenido como lo que viene emparejado a lo que es el cambio climático, depredación, la defensa por los animales, ese es otro segmento de mercado. Ahora me di cuenta de que mucha gente va por ese lado. No por el deporte, no por Odesur, sino porque le gusta el gatito. Ahí te das cuenta de que varios segmentos de mercado aparecen y varios tipos de personas, que no es solamente por lo de Odesur, pero pegó”, destacó.
Finalmente, mencionó que no solo en el Chaco hay este animal. “En Paraguarí se van a tomar agua a los manantiales, pero son bien salvajes y no se puede domesticar como el gatito, nunca deja de ser salvaje. Son chiquitos y depredadores, pero lo que más consume son vegetales e insectos pequeños. Su supervivencia es impresionante, con todo lo que es su destreza, suben fácilmente a los árboles”, subrayó.