Un trabajador de la empresa de limpieza Potî S.A., propiedad del cuestionado empresario Alberto Palumbo, se suma a la lista de denunciantes a raíz de la falta de pago de salarios, todo luego de dejar de prestar servicios al Instituto de Previsión Social (IPS).
Un joven -quien prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias- se puso en contacto con nuestra redacción para poner de manifiesto el reclamo que viene haciendo desde hace varias semanas a la empresa Potî y que hasta el momento sigue sin respuesta alguna.
Según comentó a La Nación/Nación Media, luego de que el contrato que tenía la empresa de limpieza con el Instituto de Previsión Social (IPS) haya fenecido, la firma tuvo que dejar de operar en varios de los hospitales y clínicas periféricas, incluyendo al Hospital Ingavi donde justamente él prestaba servicios.
Tras la finalización del vínculo entre ambas partes, tanto el denunciante como otros de sus compañeros quedaron en una complicada situación al no poder seguir trabajando y, por ende, no seguir percibiendo sus haberes, que ya venían cobrando con retrasos.
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En total les adeudan dos meses de salario, así como la liquidación y el aguinaldo proporcional luego de haber sido desvinculados. ”Muchos de los que estuvimos en Ingavi estamos esperando que la empresa Potî pague, siempre vienen con promesas pero nunca llega la fecha. Estamos reclamando lo que nos corresponde”, refirió.
De acuerdo a denuncias anteriores, el sueldo que cobraban ni siquiera llegaba al salario mínimo legal vigente. En muchos casos, incluso sufrían de descuentos compulsivos sin justificación alguna, además de no recibir los insumos o elementos de protección individual para cumplir con su labor de limpieza en los hospitales.
Otra irregularidad -ya denunciada anteriormente- tiene que ver con la falta de pago del aporte obrero patronal al IPS. En este caso, la empresa hacía figurar el descuento en la liquidación de salario, pese a que el dinero no llegaba a las arcas de la previsional.
Cabe recordar que hace unas semanas se había registrado una manifestación de limpiadoras de la empresa Potî, quienes también habían exigido el pago de salarios atrasados, tanto frente al Centro de Especialidades de Salud Integral del IPS como frente a la misma sede de la empresa ubicada en Asunción.
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El propietario de la firma, el empresario Alberto Palumbo, fue objeto de varias publicaciones periodísticas que desnudaron las irregularidades en las millonarias licitaciones que obtuvo durante varios años en el Instituto de Previsión Social para la provisión del servicio de limpieza.
Una de las polémicas más recordadas tiene que ver con la de los “limpiadores mau” que figuran en la nómina del personal que había sido presentada a la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP). Una de ellas era la misma cocinera que trabajaba en la casa de Palumbo, Miguelina Brítez viuda de Martin.