Una reciente investigación sobre el estrés ocupacional y “burnout” (agotamiento laboral) al que están sometidos los médicos de Paraguay señala que los profesionales de la medicina suelen experimentar un alto grado de estrés laboral, corriendo el riesgo de desarrollar comportamientos poco saludables, mala salud física y mental, agotamiento emocional y pérdida de empleo debido a las consecuencias del estrés laboral.
En este sentido, el doctor Julio Torales, docente escalafonado de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), explicó que el estrés a largo plazo puede conducir al síndrome de burnout, que se caracteriza por agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal.
“En Paraguay, el síndrome de burnout se ha reportado tanto en profesionales como en estudiantes de medicina. El mismo se ha asociado con numerosos resultados adversos en la profesión médica, entre ellos el aumento del absentismo y la rotación de personal, y un aumento considerable del riesgo de cometer errores médicos. No obstante, la tasa de búsqueda de ayuda para afrontar el estrés laboral y emocional sigue siendo baja entre los profesionales de la medicina y algunos estudios informan que solo uno de cada cuatro médicos deprimidos busca ayuda profesional”, expresó.
Por lo tanto, Torales resaltó que los profesionales de la salud deben saber cuándo y cómo pedir ayuda, “y debemos ser capaces de identificar las barreras para acceder a ella. Estas barreras pueden incluir el estigma del estrés laboral, ya sea a nivel individual o social”, agregó.
Estrés laboral
Para medir el estigma del estrés laboral, se ha desarrollado una nueva escala llamada “Stigma of occupational stress scale for doctors” (SOSS-D, siglas en inglés para Estigma de la escala de estrés laboral para médicos), con el objetivo de evaluar el estigma relacionado con el estrés laboral y el agotamiento entre los médicos. En ese sentido, Torales mencionó que junto a sus colegas buscaron validar la SOSS-D y determinar los factores asociados al burnout en médicos de Paraguay.
La investigación incluyó a 747 profesionales de la medicina de Paraguay. Buscaron datos demográficos y laborales, estado de salud respecto a COVID-19 y estado de salud mental y consumo de sustancias. Además, cada profesional fue evaluado con SOSS-D, la subescala de estigma de la “Escala de barreras percibidas al tratamiento”, el Inventario de Oldenburg para medir burnout y el cuestionario CAGE (para investigar uso problemático de alcohol).
Resultados
Torales señaló que, por una parte, los datos demográficos y laborales de los 747 médicos encuestados, el 66,7% eran mujeres. Su edad oscilaba entre los 24 y los 77 años, con una media de 38,8 y una mediana de 37 años. En cuanto a la formación médica obtenida, la más frecuente fue un título de posgrado en una especialidad médica. De los participantes, el 82,3% prestaba la mayor parte de sus servicios como médico en el sector público o estatal.
Con relación a los años de ejercicio profesional, este osciló entre 1 y 50 años, con una media de 12,7. El número medio de horas semanales trabajadas por los médicos fue de 53,6 (rango entre 4 y 100 por semana).
Estado de salud respecto a COVID-19. De los participantes, el 67,5% ha estado en primera línea de atención a pacientes con COVID-19, el 44,7% ha estado enfermo de COVID-19 y el 74,8% ha perdido a un familiar, amigo cercano o pareja a causa de la infección por COVID-19. De los médicos encuestados, el 93% había recibido al menos dos dosis de una vacuna contra COVID-19.
Por otra parte, con respecto al estado de salud mental y consumo de sustancias, de los médicos encuestados, el 18,5% ha sido diagnosticado con una condición de salud mental, el 12,9% consulta con un profesional de la salud mental y el 13,4% utiliza regularmente medicamentos psicotrópicos.
El trabajo, los ingresos y las relaciones familiares e íntimas fueron las principales fuentes de estrés para los médicos paraguayos. En cuanto al uso de sustancias no prescritas, de venta libre o para mejorar el estado de ánimo, el 8,7% de los médicos declaró utilizarlas.
Las sustancias más utilizadas fueron las benzodiacepinas (60%), seguidas de los antidepresivos (13,2%). El 9,8% de los participantes encuestados declaró haber fumado. En cuanto al consumo de alcohol, de los 747 participantes, el 57,6% declaró haber consumido bebidas alcohólicas. El 19,3% de ellos obtuvo una puntuación ≥ 2 en el cuestionario CAGE para detectar consumo problemático de alcohol.
Burnout y barreras percibidas para el tratamiento
Casi 9 de cada 10 médicos encuestados presentaron síndrome de burnout, encontrándose en el 88,1% de los participantes, puntuaciones clínicamente significativas de agotamiento emocional y desapego. El estigma estructural (políticas y prácticas que restringen las oportunidades o el bienestar de la persona estigmatizada) fue el más percibido por los participantes. Asimismo, el SSOS-D quedó validado al español.
En conclusión, el estudio demostró que la versión española de la SSOS-D posee buenas propiedades psicométricas. Igualmente, han reportado una alta frecuencia de síndrome de burnout en los médicos paraguayos, además de detectar muchos factores asociados al burnout.
“Así también, nuestros hallazgos sugieren la urgente necesidad de establecer programas permanentes para la prevención y atención de la salud mental entre los médicos y otros profesionales de la salud vulnerables al burnout”, apuntó.