Por Viviana Orrego (viviana.orrego@nacionmedia.com)
Destacado y loable el actuar de los profesionales terapistas del Hospital Regional de Paraguarí, quienes activaron el protocolo del donante, comunicaron al Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), convencieron a la familia del paciente fallecido a donar los órganos y mantuvieron por 36 horas con vida al paciente para que se concrete todo el proceso de ablación y trasplante. Mediante este exitoso trabajo se logró que el paciente cadavérico done tres órganos y salve tres vidas.
Con esto, el Hospital Regional de Paraguarí marcó un hito en su historia médica, ya que por primera vez tras dos años de contar con la unidad de terapia intensiva (UTI) concretó una donación de órganos de paciente cadavérico para la cirugía de ablación y trasplante que realizó la INAT. Esto, mediante el trabajo en equipo orquestado por el plantel de la UTI, que procuró la donación, mantuvo con vida al paciente con muerte cerebral hasta que lleguen los cirujanos ablacionistas del INAT.
Terapistas se destacaron en su rol de salvar la vida
El Dr. Albano Urquhart, jefe de UTI del Hospital Regional de Paraguarí, en comunicación con La Nación/Nación Media, comentó que un paciente de sexo masculino, de unos 24 años, evolucionó a muerte cerebral en el Hospital de Paraguarí. El mismo fue traído por bomberos voluntarios el domingo por la noche; prácticamente el paciente se encontraba en coma a consecuencia de un politraumatismo de cráneo encefálico.
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“El paciente evolucionó a muerte cerebral y para este diagnóstico el único tratamiento es la terapia intensiva, la mayoría de las personas con muerte cerebral que no son ingresadas a la UTI terminan falleciendo de la manera habitual, por así decirlo. Es un diagnóstico particular que tiene su manera de tratar, con el objetivo de sostener al paciente y así lo mantuvimos hasta llegar a muerte cerebral y el diagnóstico lo hice yo, porque esto lo hace un terapista”, explicó el Dr. Urquhart.
Se activó protocolo del donante
Tras confirmarse el diagnóstico de muerte cerebral, se activó el protocolo de trasplante, los profesionales terapistas comunicaron al INAT ya que es la entidad encargada de realizar los procesos de ablación y trasplante. El diagnóstico se confirmó tras dos observaciones, una en la hora cero y posteriormente a 12 horas después para declarar el deceso del paciente.
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“Lo que quedó a nuestro cargo, como equipo de terapia, fue la procuración de órganos, que es informar a los familiares y comentarle la posibilidad de la donación de órganos porque, si bien hace un par de años que en teoría por ley todos aquellos paraguayos que no se declaren ‘no ser donantes’ somos en teoría donantes, pero en la práctica no es así, no podemos encañonar con una pistola a los familiares diciendo que el paciente no se declaró no donador y vamos a proceder a donar sus órganos, la verdad no es así, pero se tiene que hacer presión en la donación de órganos de los pacientes”, indicó.
Según el terapista, si la familia se opone a la donación, pese a que el paciente no se haya declarado ‘no donante’ y que por ley sí es donante, no se puede proceder a la donación sin consentimiento de la familia, lastimosamente. Afortunadamente, en este caso, un familiar del paciente fallecido fue beneficiado en algún momento con un riñón de un donante cadavérico, por lo que entendió la importancia de este loable gesto y permitió la donación.
Consentimiento de la familia
“La familia aceptó donar porque da la casualidad de que el hermano del paciente fallecido fue receptor de un riñón, es decir, su hermano también fue trasplantado justamente de un donante cadavérico. Una vez que aceptaron, trabajamos en sostener al paciente con vida, si bien solo el cerebro murió, hay probabilidades de que los demás órganos se vayan apagando también”, detalló el Dr. Urquhart.
En este sentido, mediante el equipo de la UTI, que sostuvo al paciente por casi 36 horas hasta que lleguen los cirujanos ablacionistas del INAT, se pudo concretar la donación de órganos a diferentes receptores: un riñón fue al Hospital de Clínicas, el otro riñón al IPS y el corazón fue llevado al Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu. “Hay que hablar con la familia en vida de este tipo de decisiones; particularmente mi familia sabe que soy donante por decisión”, acotó.
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El profesional habló de la importancia de sentarse y hablar con la familia sobre la decisión de cada uno de donar sus órganos en el caso de que ocurra lo peor. Aseguró en ese sentido que la ciudadanía debe ser consciente de la importancia de donar los órganos, ya que estos son vitales para otros que aguardan salvarse, y también, como en este caso, saber que en algún momento el que necesite de ese órgano sea algún familiar cercano y experimentar una negación es muy triste para aquel que tiene esperanzas de seguir viviendo.
“La cirugía de ablación se inició anoche, cerca de las 23:00 y en esos momentos también empezaban las cirugías de trasplante en los centros receptores. Mediante esta donación se concretaron tres trasplantes, entre la noche de ayer y esta mañana. Este es el tercer paciente que tenemos con muerte cerebral en el hospital de Paraguarí desde que tenemos terapia, y esta fue la primera vez que aceptaron los familiares la donación”, explicó el profesional terapista.
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