Se trata de niños y adolescentes residentes del Centro de Convivencia Pedagógica Ñemity del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (Minna), quienes donaron juguetes construidos por ellos mismos a los niños internados en el Hospital Pediátrico Acosta Ñu de San Lorenzo. Algunos de los juguetes entregados fueron matepizza, semáforo, rompecabezas, palitos chinos, caja numérica, gusanitos de colores, bingo de palabras, dominó, entre otros juguetes de mesa.

Con la ayuda de los educadores fabricaron juguetes lúdicos en el marco de una iniciativa denominada “Trabajo y comparto”, con el objetivo de compartir tiempo y juguetes con niñas y niños del aula hospitalaria del mencionado hospital. Este emprendimiento se realizó en articulación con los docentes del Servicio de Atención Educativa Compensatoria (SAEC) del MEC y se repetirá en los próximos meses.

Es importante destacar que los juguetes y el juego promueven el desarrollo afectivo y emocional de los niños, además de que jugar es una actividad que les causa satisfacción y les permite asimilar experiencias difíciles y facilita el control de la ansiedad.

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Los juguetes didácticas fueron construidos por niños en base a materiales reciclables. Foto: Gentileza.

Sentirse útiles a la sociedad

La visita a los niños internados en el Hospital Pediátrico Acosta Ñu trajo consigo un gran gozo y disfrute de los logros por parte de los niños y adolescentes del Centro Ñemity, ya que alcanzar a sentirse útiles a la sociedad es un proceso largo para ellos, que no veían otro futuro que el vivir en la calle.

Los mismos participan periódicamente del aula hospitalaria con el objetivo de generar conciencia, sensibilidad y fomentar la empatía, además del sentido de solidaridad entre pares desde una mirada inclusiva. Cabe recordar que Ñemity es un centro de larga estadía que protege a niñas, niños y adolescentes en situación de calle, cuyo vínculo familiar aún no fue restaurado.

Por su parte, Celia Frutos, encargada del centro, señaló que no se trata de cantidad ni calidad de los juguetes, sino que a través de pequeñas acciones pueden contribuir al bienestar de otros niños y adolescentes, que no están pasando buenos momentos. “Compartir es importante porque genera no solo empatía, sino que el sentirse útiles les brinda un bienestar a los niños y adolescentes, lo que no se consigue con una charla o un taller”, enfatizó.

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