Es importante recordar que, en algún momento de la vida, cualquier persona podría necesitar un trasplante de órganos, o tal vez un familiar cercano o alguien allegado a nuestros afectos. Por eso es fundamental reflexionar sobre la importancia de ser donante de órganos, una decisión personal que algún día podría salvar la vida de otros seres humanos.

En vida se puede donar un riñón, una parte del hígado, como también la médula ósea, siempre que sean emparentados. En tanto que un donante que ha fallecido puede salvar a más de 10 personas; los órganos que se pueden donar son: dos riñones, un hígado, un corazón, dos pulmones y el páncreas. En cuanto a los tejidos, se pueden ceder los dos córneas, la donación de placentas de las cesáreas para la obtención de membrana amniótica para el banco de tejidos y los huesos.

Cabe señalar, que la cartera sanitaria cuenta con un banco de tejidos que funciona en el Centro Nacional de Quemaduras y Cirugías Reconstructivas (Cenquer), donde se procesan los tejidos osteotendinosos, tejido cardiaco (pericardio), membrana amniótica obtenida de placentas, entre otros.

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Lista de espera

A la fecha, en lista de espera de donantes se encuentran 263 pacientes en nuestro país, de entre quienes 182 precisan córneas, 68 riñones, siete aguardan un nuevo corazón y seis necesitan trasplante de hígado. En lo que va del 2022 se realizaron 1.511 trasplantes, de acuerdo con los últimos datos referidos por el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).

Actualmente, según la Ley Anita Nº 6.170/18, toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posterior a su fallecimiento; pero de cada 100, solo 10 fallecen en situación de posibles donantes y, de ellos, solo tres serán válidos como donantes reales, ya que depende de las condiciones en las que ocurrió el fallecimiento.

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Quienes deseen adquirir su carnet de donante, pueden descargar el formulario. Es importante que esta decisión sea comunicada a los familiares y amigos más cercanos. En cambio, si alguien no desea ser donante, debe manifestarlo por escrito al INAT.

“Una enfermedad le puede tocar a cualquiera. Hay 400 personas que se declararon objetoras al trasplante y es usual que familiares de las personas fallecidas se opongan al procedimiento”, lamentó el titular del INAT, el doctor Gustavo Melgarejo.

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