Ayer domingo, en la ciudad de Luque se desarrolló la segunda misa del primer cardenal de Paraguay, Adalberto Martínez Flores. La celebración se desarrolló en la parroquia San Ramón Nonato, donde se reunieron cientos de personas para poder escuchar la palabra de Dios y la homilía del arzobispo de Asunción, en la que pidió a todo el pueblo que lo llamen Adalberto y no eminencia.

Durante su homilía, el cardenal instó a las personas a saber administrar su tiempo y lo que están haciendo en la vida. “Le pedimos al señor a saber calcular el tiempo que nos queda en este viaje. Además, pedirle que nos acompañe en este viaje que lo hacemos comunitariamente y caminar unidos en concordia en un único corazón y estar en el corazón de Jesús”, detalló.

Afirmó que Jesús vino a la tierra para hacer el bien y que sería bueno que todos los cristianos podamos seguir el camino del bien amando a Cristo y llevándolo en nuestros corazones. “No podía hacer otra cosa más que el bien y era una luz muy grande para los que vivían en la oscuridad. Qué lindo ver a Jesús que sigue caminando en nuestras vidas y lo único que nos pide es calcular para dónde vamos”, apuntó.

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Manifestó que Dios sabe la ubicación de cada persona y que no los dejará abandonados, porque conoce de las necesidades. “Todos somos la niña de los ojos del señor y que él te mira, sabe dónde estás. Es una mirada de amor y no deja de mirarnos, aunque estemos en la oscuridad, aunque le hemos dado la espalda y por eso le pedimos que nos enseñe el camino”, puntualizó.

Martínez recordó especialmente a los jóvenes que Jesús los llama para ir por el buen camino y, además, los espera y que tiene una guía para llegar en la palabra de Dios. “Es un llamado para los jóvenes, para vos hermano y hermana, es una mirada de compasión, de profunda caridad para llegar a él”, dijo.

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Agregó que la lucha para llegar a Dios es como una guerra y que el camino para llegar no será fácil, que siempre habrá obstáculos que superar. “La guerra la hacemos contra la corrupción, contra el mal y ahí es donde necesitamos la fuerza del señor para poder enfrentar esta guerra contra los males que encontramos como el pecado y la muerte en nuestro caminar cristiano”, confirmó.

Así también, recordó que todos tenemos el respaldo de Dios y que siempre nos está acompañando en el camino hacia la vida del bien. “Ante los ojos del Señor somos más valiosos que el oro y la plata. El señor te quiere y te ama, recuerda que él no te abandona, que está para levantarte y ayudarte”, puntualizó.

Ya al finalizar la ceremonia agradeció a los pobladores de Luque por el recibimiento e instó a todos a que lo llamen solo Adalberto, como lo hacían con Jesús. “Me siento conmovido, pero me están cambiando el nombre. Me dicen eminencia reverendísima. ¿Cómo le vamos a llamar al cardenal?, se preguntan. A Jesús lo llamaban Jesús y creo que es por protocolo, pero yo soy Adalberto para todos ustedes y todo el pueblo, y vamos a caminar juntos”, concluyó.

La primera misa del cardenal fue en el Bañado Tacumbú. Foto: Nadia Monges.

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