Alejandra Viola

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El coloso finalista número 20 está ubicado en el distrito de Barrero Grande, en la ciudad de Eusebio Ayala. Con una rica sopa paraguaya y un ambiente festivo, la familia Martínez Díaz recibió a la comitiva de A Todo Pulmón para presentar a su tatare; ese es el nombre original, pero todo el pueblo lo conoce como el “árbol de la vida” que, según la historia, tiene más de 100 años.

Con el tiempo, lo que parecía un árbol más, se convirtió en una obra de arte perfectamente diseñada por la naturaleza. Este coloso finalista es escenario de reuniones familiares, encuentros entre vecinos y hasta se convirtió en la infaltable postal para turistas y pobladores de otras zonas que pasan por la vivienda de los Martínez.

Don Teófilo Martínez y doña Visitación Díaz son los protagonistas de esta historia. Ambos formaron una hermosa familia y desde pequeños inculcaron a sus siete hijos a valorar y preservar la naturaleza. Don Teo, como lo conocen en el barrio, tiene 82 años y fue el propulsor de mantener el árbol y hacerlo crecer. “Lo cuidamos siempre porque amamos la naturaleza, nos reunimos todos los fines de semana y la gente sabe del famoso tatare, le llamamos árbol de la vida por su forma y por lo que implica para nosotros”, dijo.

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La familia Martínez Díaz recibió un reconocimiento por parte de la ONG A Todo Pulmón por haber apostado por la naturaleza y postular a su árbol que integra la lista de los 23 finalistas. Foto: Alejandra Viola.

“Ellos insistían mucho, un día estábamos reunidos y empezamos a calcular las dimensiones y ver cuán alto era nuestro tatare, nos enteramos del concurso por la tele y ahí decidimos postularle”, comentó Sadys Martínez, una de las hijas de la pareja, quien lideró el discurso en nombre de toda su familia.

Un poco de historia

El nombre científico del tataré es Chloroleucon tortum. Habita en la Región Oriental y el Chaco húmedo. Preferentemente se encuentra en zonas abiertas, no tanto en el interior de los bosques. Es un árbol con follaje denso, hojas compuestas con foliolos pequeños, el tronco es tortuoso y tiene una corteza muy gruesa y rugosa, con textura de corcho. “Tatare” es una derivación de “Tatane” (fuego hediondo), por el olor desagradable que desprende su madera verde al quemarse. Las ramas de los árboles silvestres suelen estar cubiertas por varias de estas especies.

La chipa, el símbolo de Barrero

Esta localidad fue fundada en el año 1770, con el nombre de Barrero Grande. Antiguamente se la denominaba San Roque y Barrero Grande. El nombre Barrero hace alusión a sitios con una concentración especialmente alta de sales minerales en el suelo, que los animales domésticos y silvestres buscan para consumir.

La localidad es reconocida por ser la cuna de la célebre chipa Barrero y por estar ubicada junto a los campos de Acosta Ñu, donde se inmolaron niños en una batalla el 16 de agosto de 1869, durante la Guerra contra la Triple Alianza.

En el año 1940, por resolución del Mcal. José Félix Estigarribia, Barrero Grande, el pueblo natal de Eusebio Ayala, político y abogado paraguayo, pasó a denominarse con su nombre, en reconocimiento a las acciones del mismo en la defensa del Chaco paraguayo.

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