“El papa Francisco ama al Paraguay, su recomendación es que se ore por él”, fueron las pocas palabras que brindó a la prensa a su llegada al país. Foto: Christian Meza.
Cardenal Adalberto Martínez arribó a su tierra guaraní y el pueblo lo recibió con júbilo
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La emoción y la alegría se apoderaron del aeropuerto Silvio Pettirossi desde tempranas horas de este jueves, con banderas paraguayas y globos blancos, el pueblo paraguayo lo esperaba orgulloso. Su eminencia monseñor Adalberto Martínez Flores retornó a su tierra guaraní puntualmente a las 5:12 y a las 6:00 pasó por la zona de desembarque y saludó a las personas que se encontraban en el lugar.
A su llegada, el cura Enrique Meyer, rector del Santuario Nuestra Señora del Rosario de Luque, dio unas palabras de bienvenida y agradeció que su eminencia Adalberto Martínez, después de ser creado cardenal, piso la ciudad de Luque. Asimismo le manifestó que seguirá trabajando muy de cerca con él en su trabajo pastoral.
“El papa Francisco ama al Paraguay, su recomendación es que se ore por él”, fueron las pocas palabras que realizó a la prensa a su llegada. Se prevé que brinde un mensaje en la Catedral de Asunción. A las 6:20, posterior al acto de recibimiento, se trasladó al open bus que lo esperaba en las afueras de la zona de desembarque. Lo acompañan en el traslado los religiosos.
Muchas personas llegaron hasta el aeropuerto para recibir al primer cardenal paraguayo, entre ellos el Coro de Niños de la ciudad de Luque, bailarinas y otros artistas más amenizaron la espera de Martínez. Asimismo, también llegaron hasta este lugar para mostrarle su aprecio religiosos, sacerdotes y monjas de todas las congregaciones, así como representantes de pueblos indígenas y personas que vinieron de su Villarrica natal también para saludarlo.
Desde su descenso del avión que lo trasladó desde Roma por cerca de 20 horas de viaje hasta Paraguay, un cordón humano de jóvenes se formó desde la zona de desembarque hasta el bus que lo traslada hasta la Catedral Metropolitana de Asunción. El open bus fue cedido por la Municipalidad de Asunción y tiene a cuesta una bandera del Vaticano para que se distinga que el cardenal viaja en él.
“Le apreciamos mucho el pueblo indígena, él nos brindó el albergue a través de la Pastoral Indígena”, indicaron representantes del pueblo Maskoy de Alto Paraná, quienes reconocieron la labor que hizo con ellos el hoy primer cardenal paraguayo. Otra de las personas que se acercó a recibir a Martínez, es una devota de la beata Chiquitunga, quien destacó que su eminencia ama a la figura de la beata Chiquitunga y que por ello, se acentúa el amor y el respeto que le tiene el pueblo paraguayo.
También se hicieron presentes varios de sus compueblanos de Villarrica del Espíritu Santo, atendiendo a que Martínez Flores fue obispo de la Diócesis de Villarrica. Estas personas lo destacaron como un pastor con olor a oveja porque siempre se involucró en lo social, siempre estuvo trabajando muy de cerca con la gente humilde del lugar.
Los integrantes del Coro de Niños de Luque se mostraron muy emocionados por la llegada de su eminencia reverendísima, quienes cantaron canciones como “Lo mejor que dar” y “Bravo Paraguay”. Una niña del coro se acercó al cardenal y le entregó un ramo de flores y todos acompañan en el open bus a Martínez Flores.
Cardenal Martínez llama a los sacerdotes a ser “peregrinos de la esperanza”
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Durante la Misa Crismal celebrada este Jueves Santo en la Catedral Metropolitana de Asunción, el cardenal Adalberto Martínez recordó con emoción y firmeza la vocación sacerdotal y renovó el llamado a vivir el ministerio como “peregrinos de esperanza”, en comunión con un pueblo que sufre y clama por justicia, dignidad y consuelo espiritual. Instó a los sacerdotes del país a renovar su compromiso pastoral en medio de una realidad nacional marcada por la pobreza, la violencia, el desempleo y la desesperanza.
En su homilía, el purpurado destacó que los sacerdotes han sido ungidos por el Espíritu Santo para anunciar la Buena Noticia a los pobres, vendar los corazones heridos, proclamar libertad a los cautivos y llevar esperanza a quienes viven en las “periferias existenciales” del dolor, la injusticia y el abandono.
El prelado recordó que la unción sacerdotal no es un privilegio, sino una misión urgente: llevar consuelo a los que sufren y alzar la voz por los que han sido olvidados. “Hemos sido ungidos por el Espíritu Santo para anunciar la Buena Noticia a los pobres y proclamar la liberación de los cautivos”, expresó ante un clero reunido en oración y reflexión.
La homilía no esquivó la crudeza de la situación social. El cardenal habló del dolor que atraviesan miles de familias paraguayas: jóvenes sin oportunidades, mujeres violentadas, niños abandonados, presos sin esperanza, y comunidades enteras que viven en condiciones inhumanas, sin acceso a servicios básicos.
“Los sacerdotes sentimos y vivimos en carne propia los dolores de tantas familias golpeadas y disgregadas por las necesidades básicas insatisfechas y por la emigración forzada. Nuestro pueblo necesita que caminemos a su lado como peregrinos de esperanza”, subrayó.
En plena Semana Santa y en el marco del Año Jubilar de la Esperanza, el cardenal llamó a los ministros de la Iglesia a “salir a las periferias existenciales”, no sólo geográficas sino también espirituales, donde se concentran el dolor, la injusticia y el abandono. Citó al Papa Francisco al referirse a estas periferias como lugares donde “el poder de la gracia se activa y crece”.
Martínez cuestionó la indiferencia social y política frente a realidades dolorosas que afectan a gran parte de la población paraguaya. “Estamos llamados a ser Iglesia con olor a pueblo, no a despacho. Ungidos para estar con los últimos, no para ocupar lugares de privilegio”, dijo, en clara alusión a la necesidad de una Iglesia comprometida con los más vulnerables.
“Nuestra misión es profundamente profética. No podemos callar frente a tanta desigualdad ni escondernos detrás de una religiosidad cómoda. La unción que recibimos es para darnos a los demás, para recomponer lo que está roto y volver a atar los vínculos sueltos del tejido social”, expresó.
El Cardenal también pidió perdón a sus hermanos sacerdotes por no haber podido acompañarlos más de cerca y los animó a fortalecer la comunión entre el obispo y su presbiterio, como signo de una Iglesia sinodal, reconciliadora y misionera.
Al finalizar, instó a traducir en acciones concretas las propuestas contenidas en la reciente Carta Pastoral de la arquidiócesis, con proyectos parroquiales que apunten directamente a la promoción humana y la defensa de la dignidad de cada persona.
“Jesús dijo: ‘Vine para que tengan vida y la tengan en abundancia’. Esa es nuestra tarea: hacer que cada persona viva con dignidad en este país tan golpeado. La prioridad de la Iglesia es la vida plena de nuestro pueblo en Jesucristo”, concluyó.
Cardenal insta a gobernantes a cuidar los recursos públicos para la inversión social
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Un vehemente llamado a una administración transparente de los recursos públicos hizo este jueves el cardenal y arzobispo de Asunción, Adalberto Martínez, en su prédica en el octavo día del novenario en honor a la Virgen de Caacupé, que contó con la presencia del presidente de la República, Santiago Peña. El prelado fustigó la corrupción y abogó por una mayor inversión en programas que mejoren las condiciones de vida de los paraguayos.
“Las necesidades son muchas y los recursos son escasos. Esta realidad exige de quienes administran el Estado que sean buenos y celosos administradores de los recursos públicos para su inversión en políticas públicas y programas sociales para mejorar la vida digna de los ciudadanos”, dijo el religioso.
Así también condenó la corrupción pública y privada al calificarla de “inadmisible” y como un grave pecado personal y social. “No se puede decir ‘Señor, Señor’, y robar los recursos públicos que condenan a cientos de miles a una vida desmejorada e indigna de su condición humana”, aseveró, haciendo hincapié en la urgencia de recuperar los valores morales y éticos: “Necesitamos recuperar los valores morales que siempre han caracterizado a nuestro pueblo y el sentido de la ética en nuestro comportamiento ciudadano”.
Martínez dijo que se debe “organizar la esperanza” para superar o achicar las situaciones de profunda inequidad social. “Para ello, será necesario proponernos seriamente trabajar con perseverancia, en todos los ámbitos y niveles de la sociedad paraguaya, para rehacer el tejido social y moral de la nación”, expresó.
El cardenal Adalberto Martínez pidió a los responsables de la seguridad interna del país honrar la memoria de sus camaradas caídos en el ejercicio de sus funciones. Foto: Matias Amarilla
Inseguridad
El cardenal Martínez también oró por los oficiales caídos en el ejercicio de sus funciones al mencionar el momento difícil que atraviesa el país por la inseguridad imperante. “Vivimos tiempos y situaciones difíciles. Les alentamos a enfrentarlos con integridad y con alto sentido de Patria, honrando la memoria de sus camaradas que han entregado su vida en el cumplimiento de su misión”,comentó.
En otro pasaje de su extensa prédica, el administrador apostólico de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional criticó “el maltrato y el abuso de los bienes de la naturaleza”, cuyos efectos son las sequías o las inundaciones. Dijo que la destrucción del ecosistema profundiza el sufrimiento de los más pobres en el presente y proyecta un futuro incierto para las próximas generaciones.
“Dios se identifica con los pequeños, los jóvenes, niños, personas con discapacidad, con los necesitados: con el que pasa hambre, con el que no tiene techo ni trabajo y está desnudo de toda protección, con el que está enfermo y no puede acceder al costo de un tratamiento o de los medicamentos”, subrayó Martínez en otro momento de su reflexión.
Hace dos años, Paraguay se regocijaba cuando el Papa Francisco hacía entrega de la birreta y el anillo cardenalicio al entonces monseñor Adalberto Martínez Flores, quien en ese momento pasaba a la historia como el primer cardenal de Paraguay y a formar parte del colegio cardenalicio de la Iglesia Católica.
Ese día, nuestro digno representante, un hombre proveniente de una familia humilde, luchadora y con valores cimentados en la fe católica, se encontró frente al Santo Padre para asumir el desafío más importante de su vida.
Su carrera dentro del sacerdocio inició a temprana edad, cuando sintió el llamado a servir al señor y encontró su camino en medio de los grupos de lectura del evangelio con otros jóvenes, “en un ambiente de acompañamiento que fue revelador”, relató a La Nación en una entrevista previa a la fecha histórica para Paraguay.
Una característica muy señalada en Adalberto es su afinidad con los jóvenes y los más necesitados, generándose alrededor de su persona una estela de empatía, esperanza y buena voluntad en cada encuentro que comparte.
Este testimonio lo refuerza Jorge González, quien lleva 12 años trabajando con el cardenal como su asistente pastoral y lo ha acompañado a lo largo de los años en sus diferentes diócesis hasta llegar a ejercer como cardenal, recordando con tremenda felicidad el día del nombramiento oficial.
El cardenal Adalberto Martínez junto con Jorge González, su asistente pastoral el día de su nombramiento oficial como cardenal. Foto: Gentileza
“El cardenal ha vivido un proceso muy largo, siempre fue un pastor con olor a oveja, que da su vida a todo el pueblo católico de Paraguay. Recuerdo el día en que fue nombrado cardenal, fue un momento muy sentimental para todos, pero tiene una particularidad para él, porque un día antes fue el cumpleaños de su madre, recientemente fallecida”, relató Jorge a La Nación.
Señaló que su nombramiento permite que se pueda escuchar la voz de todo el pueblo católico paraguayo en la Santa Sede, sin contar que es una recompensa a la fe y devoción de nuestro pueblo.
Homenaje al Paraguay
Recordando aquel día tan especial para nuestro país y su gente, el cardenal Adalberto Martínez reveló detalles únicos a La Nación. “Cuando el Papa Francisco decide nombrar cardenal para el Paraguay, desde su ventana del Ángelus aquel 29 de mayo del 2022 e inesperadamente pronuncia mi nombre, lo recibí incrédulo al comienzo, por la insospechada noticia”, narró.
Agregó que luego, más calmado, lo recibió como “un homenaje del Papa a la Iglesia que peregrina en Paraguay”, como el propio Francisco se lo confirmó. “Cuando me impuso la birreta cardenalicia en la Basílica de San Pedro en el Consistorio del 27 de agosto de ese año, me dijo: esto es un homenaje al Paraguay”, recordó el cardenal Martínez.
El cardenal destacó que a pesar de cambiar de cargo dentro de la iglesia, la esencia del sacerdocio permanece intacta, ya que es un privilegio para el servir como lo hizo Jesús y como lo enseñó en la última cena.
Momento en que el actual cardenal Adalberto Martínez recibió del papa Francisco el birrete y el anillo, signos del cardenalato. Foto: Gentileza.
Explicó que etimológicamente la palabra cardenal habla de ser una “bisagra”; es decir, un punto de apoyo, que es exactamente lo que hace un cardenal, atender las necesidades de la Iglesia y la nación, además de contribuir a la unidad y comunión del pueblo.
“La investidura de cardenal para mí ha significado aumentar e intensificar un servicio que ya venía haciendo en el episcopado: ser hermano para buscar la comunión. Integrar el colegio cardenalicio, ser colaborador cercano del Papa, implica redoblar esfuerzos para ser una “bisagra”, un punto de contacto y de encuentro, entre diversos sectores y actores, tanto en la Iglesia como en la sociedad”, remarcó el cardenal paraguayo.
El trabajo de un cardenal
Según el Derecho Canónico, el cardenal, además de colaborar y asistir al Papa en el gobierno de la Iglesia Universal desde los distintos oficios que desempeña, integra el colegio cardenalicio, que tiene la competencia de elegir al Sucesor de Pedro cuando la sede esté vacante (Canon 349).
El cardenal Adalberto Martínez señaló que tanto él como sus hermanos obispos de la Conferencia Episcopal Paraguaya, del clero arquidiocesano y nacional, de la Conferencia de Religiosos del Paraguay y por supuesto todo el pueblo de Dios cuentan con la misión urgente y permanente de crear caminos para cumplir con la misión evangelizadora para la vida plena de nuestro pueblo.
“La Iglesia Católica no puede defraudar la gran confianza que deposita en ella la ciudadanía. La Doctrina Social de la Iglesia es un tesoro que ponemos a disposición de los que tienen responsabilidades y liderazgo en el país, y para todas las personas de buena voluntad, como un aporte para el saneamiento moral de la nación, para el trabajo por el bien común y como un servicio al desarrollo integral de nuestro pueblo”, enfatizó Martínez.
El Derecho Canónico establece que el cardenal colabora y asiste al Papa en el gobierno de la Iglesia Universal, desde los distintos oficios que desempeña. Foto: AFP
Relevancia para Paraguay
En conversación con La Nación, Mariano Mercado, quien fue vocero de la visita del Papa Francisco a Paraguay relató que durante la visita del Papa Francisco a Paraguay ya dio señales claras para un futuro nombramiento, que se dio siete años después.
“¿Merece Paraguay tener un cardenal, si miramos la Iglesia en Paraguay? Yo diría que merecería dos, pero es por lo otro (límite), no tiene nada que ver con los méritos. Es una Iglesia viva, alegre, luchadora y con una historia gloriosa”. Este mensaje del Papa ya nos daba la esperanza de que en algún momento tendríamos un cardenal”, destacó Mercado.
Aseguró que el impacto y la relevancia de que Paraguay cuente con su primer cardenal no solo se limita a un espectro eclesial, sino que se extrapola a la vida política y social, ya que desde ese momento muchas miradas se enfocaron en nuestro país y otros representantes internacionales quisieron conocernos más.
La importancia de que Paraguay cuente con su primer cardenal no solo se limita a un espectro eclesial, sino que se extrapola en la vida política y social. Foto: Nación Media
“Tener un cardenal significa, de algún modo, tener un referente de nuestro país cerca del Papa, en el Vaticano, ayudando en la misión del jefe de la Iglesia Católica. Quiero resaltar la figura de Martínez, muy cercano a los más pobres, presidió su primera misa en el Bañado, son señales de su humildad y cercanía con los pobres entre los pobres. Fue mi jefe por varios años en la Conferencia Episcopal y puedo dar fe que son gestos auténticos, no simplemente para la foto”, indicó Mercado.
Destacó que era una cuestión de tiempo que Paraguay tenga un cardenal, ya que contó siempre con excelentes sacerdotes y obispos líderes en su comunidad.
“El nombramiento de monseñor Adalberto es un gran regalo para la iglesia en Paraguay en general y para el pueblo paraguayo sencillo y sacrificado, en particular. Creo que la mirada del Papa en su visita del 2105 también habrá ayudado a conocer mejor a los obispos, sentir y escuchar al pueblo en las calles, en los eventos multitudinarios, había un fervor único esos días, la solidaridad y la fiesta se apoderaron de las calles, era un gran signo de la presencia de Dios”, finalizó.
El mensaje
En el marco de su segundo aniversario como cardenal, el monseñor Adalberto Martínez expresó un mensaje de unidad y compromiso para trabajar en pos de la promoción humana integral de todos los que habitan el suelo patrio, remarcando la necesidad de una profunda reconversión para restaurar el tejido social y moral de la nación.
“Exhorto a todos los sectores y actores de la sociedad nacional a deponer las posturas intransigentes, la radicalización, las trincheras ideológicas y toda actitud que tenga como objetivo anular al otro - no reconocer al otro, su dignidad, su voz, sus necesidades y aspiraciones legítimas; las mencionadas actitudes son un gran obstáculo para la paz social y, por consiguiente, para la estabilidad de las instituciones y para crear las condiciones que hagan posible y viable una nación próspera y feliz”, indicó.
El cardenal Adalberto Martínez se caracteriza por su humildad y sencillez. Foto: Archivo
Así también llamó a los gobernantes a trabajar de manera unida y desinteresada por el bien común, en especial de las familias que necesitan más que nunca todo el apoyo para lograr una reivindicación de los valores sociales, de manera óptima, garantizando así la salud emocional y espiritual de todo el pueblo.
“Es urgente también atender a las familias más vulnerables y necesitadas, que con políticas públicas de protección social se privilegie a los niños, niñas, adolescentes, que viven marginalizadas por las inequidades sociales y discriminaciones. El fenómeno de las drogas es un tema que genera desconcierto y cierta impotencia en nuestras autoridades, para lograr frenar la propagación de las substancias que crean dependencias psicoactivas, en jóvenes y adultos”, finalizó.
Datos clave
Hace dos años el Papa Francisco hacía entrega de la birreta y el anillo cardenalicio al entonces monseñor Adalberto Martínez Flores.
Se convertía así en el primer cardenal paraguayo y adquiría la competencia de elegir al Sucesor de Pedro cuando la sede esté vacante.
En su mensaje exhorta a deponer las posturas intransigentes, la radicalización, las trincheras ideológicas y toda actitud que tenga como objetivo anular al otro
Con la conmemoración y la celebración del Miércoles de Ceniza, el pueblo católico da inicio al tiempo cuaresmal, y en el marco de este periodo caracterizado por la reflexión y la introspección, el cardenal Adalberto Martínez, a través de su cuenta oficial en la plataforma X, hizo un llamado de tolerancia y unidad en pos del bienestar del pueblo paraguayo.
“Siguiendo las palabras del papa Francisco, recordemos que a través del desierto es que Dios nos guía a la libertad. Es en los momentos más oscuros y desafiantes de nuestra vida en los que encontramos las oportunidades para crecer y fortalecernos”, indica.
El cardenal destacó además la importancia de que todos los ciudadanos sean parte de la construcción de una democracia participativa y pluralista, pero siempre teniendo en cuenta el rol fundamental de cada uno, contribuyendo para fortalecer la democracia y la paz social. “Que este tiempo de Cuaresma nos inspire a ser mejores personas y a buscar la reconciliación y el bienestar de nuestra república. Que nuestra fe nos guíe en cada paso que demos y nos acerque cada vez más a Cristo”, remarcó.
Este año, el Jueves y el Viernes Santo se celebrarán el 28 y el 29 de marzo, por lo cual la Cuaresma concluirá el 31 de marzo con el Domingo de Pascua y Resurrección. Miércoles de Ceniza: instan al cambio de vida y a la reconciliación
CAACUPÉ
El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, instó a los fieles al cambio del estilo de vida y “caminar de la ceniza a la vida” durante la misa donde se realizó la tradicional imposición de ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma. Condenó la hipocresía y llamó a la reconciliación en la familia y con Dios. “El polvo en la cabeza nos devuelve a la tierra, nos recuerda que procedemos de la tierra y que a la tierra vamos a volver. Es decir, esto significa que somos débiles, frágiles, somos mortales, somos polvo en el universo, pero somos el polvo amado por Dios”, reflexionó.
El prelado aseveró que la Cuaresma es un tiempo de gracia para “acoger la mirada amorosa de Dios” y así cambiar nuestro estilo de vida. “Estamos en un mundo para caminar de las cenizas a la vida, entonces no hagamos polvo a la esperanza. No incineremos, reduzcamos a cenizas el sueño que Dios tiene sobre nosotros”, afirmó.