Con el objetivo de combatir el discurso de odio e identificar de qué se trata tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales, la Fundación Instituto Democracia y Sociedad (Ideso), el Centro Ana Frank de Argentina y la Alianza internacional para el recuerdo del Holocausto desarrollaron durante dos días el seminario “Desafíos de la comunicación frente a discursos de odio”.
El encuentro reunió a comunicadores, periodistas, representantes de instituciones y se desarrolló entre el jueves 25 y hoy viernes 26 de agosto, en el Gran Hotel del Paraguay. Contó con un nutrido panel internacional que desarrolló una variedad de temas de interés, desde legislaciones hasta experiencias de la vida personal como del ámbito de la comunicación.
Uno de los panelistas fue José María Costa, director de Transparencia y Acceso a la Información Pública de la Corte Suprema de Justicia, quien encaró el tema de la libertad de expresión, moderación de los medios de comunicación. En la oportunidad, se pudo evaluar y determinar los condicionantes de la tensión que existen entre la libertad de expresión y el “discurso del odio”.
“El discurso de odio es un prolegómeno que puede llegar a generar un estado de violencia atentatoria contra derechos humanos, contra la dignidad de las personas en particular y colectividades. Uno de los ejemplos históricos de la afectación que ha tenido el discurso de odio, generador de violencia, ha sido la persecución que ha tenido el pueblo judío, a partir del discurso Nazi, que generó una con conflagración incluso a nivel internacional, y la masacre de millones de judíos en el Holocausto”, indicó Costa en comunicación con La Nación/Nación Media.
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Agregó que en la actualidad el combate al discurso de odio debe darse en el terreno del internet y las redes sociales, por la capacidad de propagarse fácilmente los mensajes, muchos de ellos con contenido de expresiones generadoras de violencia. Esos mensajes tienen un amplio público mediante los recursos tecnológicos.
“Es bueno evaluar esa tensión que existe entre el discurso de odio y la libertad de expresión, no se puede bajo la excusa de combatir el discurso de odio, cercenar otro derecho humano que es el derecho a la libertad de expresión, ni tampoco se puede admitir, bajo el ropaje de una libertad de expresión legítima se pueda dar un discurso que apunta a incitar a la violencia, hacia la apología del delito o hacia el odio y la actitud violenta o actos violentos contra colectividades, personas o grupos vulnerables”, refirió.
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El seminario se trató de que, entre todos los autores, se pueda visibilizar cuáles son los desafíos en la comunicación en general, con una mirada particular en los medios de comunicación. Costa aseguró que el gran papel que tienen los periodistas y los medios es preservar la legítima libertad de expresión haciendo ver cuáles son los elementos que constituyen realmente el discurso de odio.