Tras casi dos años de dolor e incertidumbre, los familiares del joven marroquí Ahmed Bel Miloudi lograron encontrar algo de paz y consuelo, tras recibir sus restos y proceder a sepultarlo según la fe islámica, en la mañana de este viernes en la localidad de Mohamedia, cerca de la ciudad de Rabat, capital de Marruecos.

Ahmed fue uno los siete jóvenes originarios de países del norte de África (Argelia, Egipto y Marruecos), quienes intentaron llegar a Italia a bordo de un tren que transportaba contenedores, pero con la mala fortuna de quedar atrapados dentro de uno de ellos, junto a un cargamento de fertilizantes con destino a Paraguay.

Presumiblemente las siete personas fallecieron ya durante el primer trayecto entre Serbia y Croacia, para luego el contenedor ser embarcado con destino al puerto de Villeta en un viaje de poco más de un mes de duración. Los restos de los desafortunados inmigrantes fueron hallados el 23 de octubre del 2020 tras ser abierto el contenedor en un depósito del barrio Santa María de Asunción.

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Las redes sociales ayudaron a identificar a los fallecidos, pues sus amigos y testigos los vieron subir al tren e ingresar al contenedor en Serbia. A partir de esa identificación, familiares de uno de ellos, Ahmed Bel Miloudi, se pusieron en contacto con La Nación, y a partir de allí con la Embajada de Marruecos en Paraguay.

Smail Maouchi, un ciudadano oriundo de Argelia, residente en Sarajevo (Bosnia y Herzegovina), publicó en su cuenta de Facebook un mensaje en árabe: “Dios es grande. Con profunda tristeza hemos recibido la noticia de que los cuerpos de nuestros hermanos y amigos que desaparecieron hace tres meses en un viaje de tren desde Serbia fueron hallados ayer en Paraguay. Eran siete jóvenes procedentes de Argelia, Marruecos y Egipto, que murieron en una terrible tragedia. Somos de Dios y a él volvemos. Que Dios tenga piedad de los seres queridos y que sus tumbas sean un jardín del paraíso y que inspire paciencia y tranquilidad a sus familiares. No hay más fuerza que Dios”.

Tras una larga investigación científica realizada por el Ministerio Público en Paraguay, finalmente los familiares enviaron muestras de ADN y en un complejo y prolongado proceso, se logró identificar al menos parte de los restos del joven marroquí y que llegaron a Rabat el jueves por la noche.

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Los familiares angustiados siguieron desde el primer momento las noticias que se generaban sobre el hallazgo y los avances en las investigaciones científicas y legales. Rescataron especialmente las muestras solidarias de los usuarios paraguayos en redes sociales y el carácter religioso de la familia del joven marroquí se vio fortalecido por los mensajes de cientos de personas desconocidas.

“Quería solo decir que toda la familia agradece infinitamente a Paraguay y a su pueblo por la ayuda y el apoyo que nos han dado. Todo lo que queremos es el cadáver para enterrarlo en Marruecos”, fue lo mencionado por Khadija Belmikdam, tía del joven, a través de mensajes de WhatsApp, a la redacción de La Nación/Nación Media.

Ahmed, quien en abril pasado hubiera cumplido 27 años, residía en Estambul (Turquía) y realizaba todo tipo de trabajos, con lo cual ayudaba a su madre y a su hermana, quienes permanecieron en Marruecos. Unos años atrás falleció su padre y como no lograba hallar trabajo en su país, decidió realizar la travesía hasta Turquía.

“El problema era que mi tía no sabía nada, y de un día para otro ya no volvió a saber de él. Ahora ella solo quiere tener el resto de su cuerpo para poder enterrarlo junto a su padre y que su alma pueda irse en paz. Ahora intentamos hablar con la gente de la embajada y en Marruecos nadie nos dice nada, entonces, estamos perdidos y no hablamos español”, explicó a La Nación Rouchi Insaf, prima del joven fallecido, poco después del hallazgo en Asunción.

En la noche del jueves pasado, la tía de Ahmed se comunicó nuevamente con la redacción de La Nación para expresar el agradecimiento por la ayudar: “Les informo que acabamos de recibir el cadáver de mi querido sobrino e ‘inshallah’ (si Alá así lo quiere) lo enterraremos mañana (por el viernes) después de casi dos años de espera. Rogamos a Alá que las bendiciones los acompañen durante toda su vida y oramos por ustedes y sus familias, aunque creo que no tenemos la misma religión, pero le pido a Alá que encuentren felicidad”, escribió la tía del joven marroquí fallecido de manera trágica.

Mencionó además que por fin están en paz y estuvieron esperando largamente este momento, sobre todo para que la madre del Ahmed encuentre algo de consuelo así como el resto de su familia, quienes residen en El Aaiún, en el Sáhara marroquí.

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