A los 86 años, Humberto Rubin seguía llevando la batuta del periodismo paraguayo. Máximo referente para varias generaciones de hombres y mujeres que abrazan esta profesión, en la noche del martes 1 de marzo pasado el fundador de radio Ñandutí fue uno de los siete homenajeados del Grupo Nación Media en la segunda edición de los premios Héroes. Este lunes 25 de julio se confirmó su partida a la eternidad y con él la historia dorada del periodismo radial paraguayo.
“Cambió nuestra mirada a la hora de hacer periodismo. Querido y admirado por sus compañeros, consiguió brillar no solo como periodista, sino como el gran comunicador que es. Es un periodista de raza, un hombre realmente hecho a sí mismo y, seguramente, la figura más respetada de los medios de comunicación paraguayos”, habían destacado aquella noche durante la ceremonia de premiación transmitida en vivo por el canal GEN/Nación Media.
Rubin fue distinguido como héroe insignia, por su trayectoria, por ser inspiración y abrir camino a nuevos profesionales del periodismo. En la oportunidad, el experimentado comunicador recibió con mucho agrado la noticia desde su oficina e hizo especial mención a la audiencia.
“A canal GEN muchas gracias por estos momentos, muchas gracias a la gente y, sobre todo, a la audiencia, que es la que nos mantiene vivos. Gracias por la atención de darnos este reconocimiento a los años que tenemos en este trabajo. Me siento muy agraciado”, había expresado Rubin a través de un video.
La radio fue su primer amor. Nacido en Pilar, tenía 13 años cuando llegó a Asunción y unos meses después ya daba sus primeros pasos en el periodismo radial haciendo de cronista deportivo. Pasó por varias radioemisoras asuncenas hasta que, años después, le tocó la oportunidad de viajar a Uruguay. En Montevideo no solo continuó haciendo radio, sino que también se le abrieron las puertas para hacer televisión y teatro.
A su vuelta al Paraguay, asumió la dirección de radio Comuneros; siguió actuando sobre las tablas con celebradas obras y en 1962 fundó ZP 14 radio Ñandutí, su segundo hogar, que cumple 60 años de exitosa vigencia. Desde este lugar fue que se encargó de cambiarlo todo, de descontracturar y de improvisar, de hacer que todo cambiara y que fuera mejor para el periodismo radialista paraguayo.
Este lunes partió fisicamente a la eternidad, pero deja un gran legado, para las futuras generaciones de radialistas.
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