La semana anterior se registraron 6 casos de feminicidios que elevaron a 19 víctimas de este tipo de crimen entre enero a julio de este año, según ínformó el Ministerio Público. Considerando que es importante el debate sobre las posibles causas que detonarían estos terribles hechos de violencia contra la mujer; la licenciada Mirta Maldonado indicó a la educación y la cultura social como factores preponderantes de una reacción agresiva ante situaciones de vulnerabilidad emocional.

La profesional del Departamento de Psicología del Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) refirió que los valores asignados y la diferencia de roles, que parten de la educación misma, serían los desencadenantes de estos sucesos que, ante la falta de respuestas y de un por qué, se dan uno tras otro, como si fuera una “moda”, cegando la vida de mujeres, víctimas de violencia de género.

“Vemos diariamente violencia en núcleos familiares, en relaciones de pareja, donde las mujeres mayoritariamente son las víctimas de la violencia de género, que sin ayuda profesional, tienden a culminar en feminicidios”, explicó la licenciada Maldonado.

“La sociedad paraguaya en la que estamos insertos está dividida en clases, una división entre hombres y mujeres, donde se observan diferencia de roles; donde por lo general las tareas domésticas, de cuidado, del proceso de crianza la tienen las mujeres; incluso las brechas salariales también son diferenciadas; existe un discurso engañoso sobre el valor que se la da a la mujer, como la reina del hogar, la que todo lo puede, la que se merece todo el respeto; pero todo es una idealización que no hace otra cosa que subestimar a la mujer, no es una relación igualitaria”, agregó.

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Las investigaciones indican que las personas que cometen feminicidios, por lo general tienen historias de maltrato, abuso, abandono infantil, consumo de drogas y alcohol; entonces estos precedentes de carencia de valores y violencia intrafamiliar pueden ser el hilo para estirar e iniciar la prevención.

“Estos hechos suceden en momentos de separaciones, de rupturas de pareja, de alejamiento por parte de la mujer, de separación afectiva; da cuenta de una intolerancia a la pérdida, al rechazo, aceptar una situación nueva de pérdida o separación, de acuerdo a su historia personal, al manejo de sus desengaños o historial infantil de crianza”, agregó.

Sostuvo que se cosifica a la mujer, se la idealiza, como también se idealiza al amor romántico, lo cual también produce mucho daño, porque vivimos en una sociedad muy conservadora. “Idealizamos al amor, donde los roles están designados, donde el hombre es el proveedor, donde hay un deber ser y se niega una relación más igualitaria y respetuosa donde se pueda desarrollar cada uno, y la religión tiene mucho que ver en esto, donde se inculca toda una filosofía de sometimiento de la mujer al varón, y nuestras familias son muy religiosas”, señaló.

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La profesional mencionó que estas se distinguen cuando se observa la obsesión, cuando el hombre se vuelve controlador, cuando el espacio privado de la mujer no existe, revisa todas sus cosas, y existen celos, una desconfianza permanente.

“Es preocupante la falta de valores; hay que dejar de naturalizar estas conductas invasivas poco respetuosas de la vida privada que todas las personas necesitan para vivir, todos necesitamos un espacio donde no nos sintamos invadidos permanentemente; la violencia de género existe, y negar eso implica cerrar los ojos a una realidad que se da normalmente hacia las mujeres”, lamentó.

La psicóloga resaltó que la educación integral sobre la salud sexual es muy importante, si bien no es la solución, es el camino para que las personas, niños y niñas sepan que tienen derechos sobre su cuerpo, y que nadie puede sobrepasar los límites de espacio intimo.

“Todo lo que tenga que ver con una educación integral sobre la sexualidad es importante para el desarrollo y el empoderamiento de los niños y niñas; no debemos romantizar los conflictos que puedan haber en las relaciones, porque lo que hace es naturalizar la violencia que existe en las relaciones”, explicó.

Las personas adultas interesadas en realizar consultas en el Departamento de Psicología del Hospital de Clínicas, que se ubica en San Lorenzo, pueden comunicarse vía Call Center al (021) 339-9366, (021) 339-9367, (021) 339-9371 y al (021) 339-9368, de lunes a viernes, de 7:00 a 17:00.

Los especialistas en las áreas de Orientación Familiar y Contención Psicológica atienden en los turnos mañana y tarde. Mientras que para los casos pediátricos, las personas se pueden acercar a secretaria de UPA, planta baja, de manera presencial, de lunes a viernes en horarios de la mañana.