Tras el atentado que sufrió el intendente José Carlos Acevedo ayer en Pedro Juan Caballero, departamento de Amambay, ocho días después del atentado contra el extinto fiscal Marcelo Pecci en Colombia, la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) sentó postura, condenando y repudiando los atentados contra la vida.
En este sentido, pidió a la Fiscalía y la Policía Nacional identificar a los responsables y someterlos a la Justicia por estos crímenes. Además, solicitó a la ciudadanía y a la feligresía católica realizar tres días de ayuno y oración como gesto común por la paz y el respeto a la vida.
“Apenas pasaron ocho días del asesinato del fiscal Marcelo Pecci y nuevamente recibimos la penosa noticia del ataque ocurrido en Pedro Juan Caballero. Nuestra plena solidaridad con el intendente José Carlos Acevedo, sus familiares y personas de bien que lo acompañan. Condenamos y repudiamos firmemente este y todos los atentados contra la vida humana”, reza parte del comunicado de la CEP.
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Asimismo, la CEP exhortó a todas las autoridades y a la ciudadanía en general a promover el respeto a la institucionalidad, a las leyes y la Constitución Nacional para vivir en un ambiente de paz y seguridad. Además, pidió a la Virgen de los Milagros de Caacupé, madre de todos los paraguayos, y a Dios que cese la violencia y se viva en paz y en armonía en Paraguay.
“Oración, ayuno y gesto común por la paz y el respeto a la vida. Desde el viernes 20 al domingo 22 de mayo, invitamos a todas las personas a ofrecer estás acciones como expresión de duelo, penitencia, súplica y compromiso por una paz verdadera entre hermanos. En estos días en cada misa se rezará por la paz y el respeto a la vida”, dice el pronunciamiento del colegiado religioso.
Invitan a los feligreses católicos a acompañar un triduo de ayuno y oración que se iniciará el viernes 20 y culminará el domingo 22 de mayo. Esto, atendiendo a que el ayuno es la expresión de fe y comunión con toda la Iglesia católica para demostrar la primacía de lo espiritual sobre lo material.
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“Es expresión de solidaridad con los que carecen del pan cotidiano. Nos ayuda a dominar nuestras pasiones y afán de autosuficiencia, nos prepara para la generosidad y solidaridad con los que pasan hambre. Además, es expresión de duelo, penitencia y conversión interior”, resalta el comunicado.
Instan a que el sábado 21 de mayo cada persona en su casa, vecindario o parroquia encienda una vela para indicar que solo Cristo resucitado nos puede sacar de las tinieblas de la violencia y la muerte. Mientras que el domingo 22 invitan a todas las personas a portar una bandera o un pañuelo de color blanco como signo de paz.
“La paz es un don de Cristo resucitado y a la vez es un compromiso de todos. Abramos nuestro corazón a este don precioso de Cristo resucitado que en su palabra, en la eucaristía y en el hermano nos ofrece este regalo tan maravilloso. Y no nos quedemos en la indiferencia y en el silencio cómplice; comprometámonos a ser obreros de la paz”, dice el comunicado emitido por las autoridades religiosas católicas.