Para recordar los 211 años de la gesta de la independencia de nuestro país, La Nación – Nación Media habló con el historiador Enrique Cosp, quien además de hacer un resumen muy breve de lo que fue la hazaña de liberarnos del yugo español, contó cosas de las que no siempre se hablan.
Cosp contó que las revoluciones en América en general empezaron después de 1808 aprovechando que Napoléon invade España e impone a su hermano, José Bonaparte, como el rey José I y eso crea una crisis de legitimidad porque la mayor parte de España y sus colonias no aceptaban al nuevo rey francés y dijeron que el verdadero rey es Fernando VII. Pero como el rey va preso en Francia, entonces no gobernó realmente Fernando VII y armaron un gobierno que es la Junta Central de Sevilla y dijeron: “nosotros gobernamos en nombre del rey”.
“En 1810, conquistaron Sevilla los franceses y se hizo un nuevo gobierno en Cádiz y eso, los americanos ya no aceptaron. Hicieron muchas juntas, a lo largo y ancho de países de habla hispana repitieron el concepto de nosotros gobernamos en nombre del rey que está preso en Francia. Eso es lo que se hizo acá en Asunción en mayo de 1811. Se hizo un golpe al gobernador en el que formalmente aun no se proclamó la independencia, pero consideramos nuestra fecha de independencia porque más allá de las formalidades de facto, a partir de ese momento las decisiones se tomaron en Paraguay y ya no afuera”, refirió.
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Datos relevantes
El historiador mencionó que fue una revolución muy poco violenta en contraste con lo que pasó en Venezuela, lo que hoy es Argentina y en casi toda Sudamérica. “Acá no hubo derramamiento de sangre el 14 y 15 de mayo, de hecho fue un levantamiento muy pequeño, no había muchas tropas en Asunción. El gobernador Velazco, a propósito, oliendo que había aires de revolución, empezó a dispersar las tropas y a mandar a los soldados a sus casas. Las pocas tropas que estaban acá, estaban dirigidas por paraguayos, por criollos que en su mayoría se conocían entre ellos e incluso tenían alguna relación de parentesco, entonces aprovechan eso para convencer a los diferentes comandantes de los cuarteles”, afirmó.
De acuerdo a lo expresado por Cosp, el protagonismo ahí estuvo en Pedro Juan Caballero que era uno de los más jóvenes y era capitán. “Tenía 25 años si mal no recuerdo. Él lidera el golpe en Asunción y se le suman Juan Bautista Rivarola, Vicente Ignacio Iturbe y Mauricio José Troche que era el líder de los 33 soldados curuguateños que estaban también algo molestos porque no se les estaba pagando sus sueldos”, agregó.
Dijo que se pusieron de acuerdo, rodearon la casa del gobernador, intercambiaron cartas toda la noche, exigiéndole que haga un nuevo gobierno con diputados adjuntos le decían ellos, que gobiernen con él y eso es lo que acepta finalmente Velazco en la madrugada del 15 y se forma un nuevo gobierno, pero no hay mucha violencia.
“Hay violencia en el sentido de que se hizo un levantamiento armado y finalmente Velazco no es que acepta los argumentos, sino que acepta que le pusieron cañones frente a su casa y le dijeron si no aceptas vamos a bombardear las casas de los gobernadores, pero nadie murió en esa jornada, fue bastante pacífico todo”, relató a LN.
Hechos curiosos
Cosp argumentó que algo muy curioso y que mucha gente no sabe es que los próceres le juraron lealtad al rey Fernando VII en la mañana del 15 de mayo. “Era una formalidad, como una forma de disimular, que se hizo en gran parte de América, no solo en Paraguay”, expresó.
Explicó además que en esos primeros dos años de independencia, de 1811 a 1813, como las identidades nacionales estaban todavía muy borrosas, si bien se sabía que éramos algo diferente a los españoles, había todavía dudas sobre qué éramos, había muchos proyectos de nación.
En otro momento, también comentó que los próceres llegaron a pensar en la idea de que Paraguay sea parte de Argentina, durante 2 años por lo menos, después cambiaron de parecer.
“Se tuvo la idea fuerte de formar un mismo país o un mismo Estado con lo que hoy es Argentina, todas las provincias del Río de la Plata, Argentina, Uruguay, Bolivia. Entre los mismos próceres había esa discusión, esa idea que recién se abandona en 1813″, añadió.
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Jóvenes de la época y de la actualidad
Haciendo un paralelismo y como un ejercicio de especulación acerca de lo que pensarían los próceres sobre los jóvenes de nuestros días, el historiador fue consultado y expuso que si bien es difícil saber a ciencia cierta porque no los tenemos a mano, cabe suponer que algunas cosas les sorprenderían muy gratamente.
“Por ejemplo, la juventud de hoy, al contrario de lo que piensan algunos y de que cada vez está peor y que no es educada, en realidad la juventud de hoy sabe más cosas que la juventud de otros tiempos, incluida la época de la independencia, que por ejemplo era común que muchos no sepan leer o escribir y hoy es común leer y escribir. Algunos saben un poquito de física o química, algún otro idioma como inglés, imagino que eso les sorprendería gratamente a los próceres. Esos primeros años de independencia hicieron mucho énfasis en la educación, estaban obsesionados”, manifestó.
De igual manera, Cosp indicó que lo más seguro es que también habría cosas que no les van a gustar por la diferencia de la época. “Podemos imaginar que si un Fulgencio Yegros le ve a un joven con el pelo teñido de anaranjado y con un piercing, le va a escandalizar. Habría choques culturales seguramente”, apuntó.
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Diferencia entre políticos de antes y de ahora
Nuevamente, preguntamos a Cosp lo que cree que opinarían los próceres de la independencia si tuvieran conocimiento acerca de los políticos de ahora. Especulando, relató que les sorprendería también gratamente el grado de libertad que hay hoy en día. “Justamente una de las obsesiones de los primeros próceres era la libertad y la que se goza hoy es extraordinaria para lo que se contrasta con esa época, ellos tuvieron que abolir la inquisición”, alegó.
Recordó que una de las primeras medidas de la Junta Superior Gubernativa fue abolir la inquisición, que no te persigan por temas de religión. “En esa época todavía existían esclavos en el Paraguay. Las mujeres estaban aun confinadas a lo doméstico, no había mucha libertad de opinión, de expresión y si pudieran ver hoy que las mujeres pueden asumir también roles más protagónicos, que uno puede publicar cosas en contra del gobierno, tener la religión que quiera o no tener religión incluso, quizás les llame positivamente la atención. El grado de libertad que hoy hay es muy superior al de la época”, exclamó.
En contraste a eso, también cabe suponer que les escandalizaría el comportamiento en gran parte de la clase política. “En esa época, sin romantizar demasiado, se ve mucho espíritu de sacrificio en esa generación, ninguno de los próceres terminó millonario como producto de su participación en la política paraguaya. También las formas, en esa época se cuidaba mucho las formas, incluso cuando se criticaba algo se cuidaba mucho el lenguaje, todo muy formal. Hoy, las formas son un poco más informales, más bruscas, más burlonas, todo eso probablemente le sería muy raro a la gente de esa generación”, finalizó el historiador.