En los últimos tiempos a nivel país crecieron las denuncias por abuso sexual en menores, situación que se agravó durante la pandemia del COVID-19 y que también se registra nuevamente ahora que los chicos comenzaron a salir de su entorno familiar. Muestra de ello es la situación que vivió un menor de solo 6 años en la escuela de Lambaré donde con mucha confianza fue dejado por sus padres para su formación académica.
El caso del pequeño que fue abusado por otros alumnos en Lambaré golpea bastante a todos, teniendo en cuenta que luego de dos años los estudiantes volvieron a clases presenciales con la ilusión de socializar con sus profesores y compañeros. Ahora solo reina el miedo por parte de los padres y los propios chicos, que sin importar la edad podrían ser víctimas de abuso.
Hoy en redes sociales profesionales de la salud mental decidieron emitir una serie de consejos para que los padres tengan en cuenta y que su hijo no sea una víctima fácil de abuso. Según las psicólogas Olga González y Yakara Tahboub, existen varios tipos de abuso sexual y que no siempre implica la penetración, entre ellos: obligar al menor que toque sus partes íntimas, obligarlos a ver que otros se toque, forzar a dar besos en la boca o que vean pornografía.
“En cualquier caso que el niño se sienta incómodo y que haga un rechazo es un abuso, se cree que porque no pasó a más no tiene repercusión en la vida del menor. Ese es un error que se comete mucho”, explicó en un live la licenciada Tahboub y destacó que siempre se debe estar alerta ante cualquier situación.
Llamar por sus nombre a las partes íntimas
Aseguró que existen herramientas que pueden utilizar los padres para evitar que sus hijos sean víctimas de abuso y que entre ellos está llamar por sus nombres reales a las partes íntimas. “Desde que nuestros hijos están en pañales debemos explicarles cómo se llaman correctamente sus partes privadas, que muchas personas piensan que es algo vulgar o que son palabras no aptas para niños. Vulva, vagina, pene y ano son partes del cuerpo, es todo lo que es”, señaló.
Afirmó que es muy importante enseñarles los límites al consentimiento, “que a mí no me pueden tocar sin que yo diga que sí”, indicó. En ese contexto resaltó que a nivel país se sigue practicando que los chicos tienen que saludar con un beso o abrazo a personas extrañas o familias y que eso se debería erradicar, ya que muchas veces el pequeño no se siente cómodo. “El rechazo debe ser respetado”, apuntó.
El abusador selecciona a su víctima
Por su parte, la licenciada Gloria González resaltó que estos puntos son fundamentales para que el hijo o hija confíen en sus padres y que desde el primer día deben hablarles con propiedad. “Desde pequeño van desarrollando esas habilidades y esa apertura de vínculo con los padres, de pedir ayuda ante cualquier caso”, confirmó.
Apuntó que el abusador no lo hace al azar y que siempre está planeado, además de que sabe seleccionar a las víctimas, por lo que es importante que los padres no tengan miedo de hablar de la forma correcta a sus hijos. “El agresor sabe cuáles son las características de un niño que puede ser abusado”, relató.
“Hay un proceso de selección, ya que si es con cualquier niño se expone demasiado. Es algo muy pensado, porque quieren a los niños que tienen menos recursos para no decir o el niño que guarde mejor el secreto”, agregó Yakara. En algunos casos eligen a los pequeños solitarios, que más castigos reciben, que hablan menos, entre otros.
“Pero también estudian mucho a los padres. El niño de una mamá separada que vive con otro hombre es 20 veces más propenso a sufrir abuso que un niño que vive con sus padres biológicos, esto según un estudio internacional”, ratificó.
Aseveró que los agresores estudian cuánto el menor sabe sobre las partes de su cuerpo y le ponen a prueba. “Si tiene las herramientas para hablar o contar lo que le pase y le va tirando secretos para crear un vínculo de ‘amor’ con el niño. En Paraguay el 80% de los abusos ocurren en el vínculo familiar”, confirmó.
Evitar secretos dentro de casa
Ambas profesionales coincidieron en que no debe haber secretos dentro de la casa, ya que esto abre una puerta para que el más pequeño de los integrantes pueda ser abusado. “No hay secretos buenos o malos, esto es muy peligroso”, refirieron. De esto se vale el abusador para que los chicos guarden el secreto de lo ocurrido y manipular a su víctima.
Confirmaron que el abusador hace todo un trabajo de hormiga para lograr ese vínculo con el pequeño y en el caso de que sea dentro de la familia ya existe un vínculo y es más fácil manipular al sobrino, nieto, primo. “Que luego manipulan a las víctimas dándoles un dulce y pidiéndoles que guarde el secreto o cuando ya ocurre el abuso de que no les cuenten a sus padres porque ‘mami y papi’ ya no te van a querer. Es algo que está pensando en todos los ángulos para mantener el secreto”, afirmaron.
Por otra parte, hablaron sobre la diferencia de un secreto, sorpresa y la privacidad en una forma de que los niños entiendan para evitar los secretos para los chicos. “No queremos secretos en casa, las sorpresas tienen un fin y es algo que compartimos con todos y finalmente nos ponen felices. En tanto que la privacidad no es un secreto, es algo que se mantiene en la casa, pero no es un secreto, además de que la privacidad se requiere cuando uno va al baño, porque no queremos que todos te vean”, concluyó Tahboub.