Muchas veces surge la pregunta de hasta cuándo es necesaria o conveniente la lactancia materna. Si bien para algunas mamás el amamantamiento incluso después de los dos años de edad es lo más normal, la realidad es que nuestra sociedad aún ve con desagrado a niños mayores de un año siendo amamantados.

“No los culpo, la falta de información y el no darle su verdadero valor a la lactancia aún tiene a nuestra sociedad algo desinformada con respecto al tema”, expresó el doctor Robert Núñez, neonatólogo pediatra, al explicar la importancia de por qué continuar con la lactancia más allá de los dos años.

Entonces, la respuesta a la pregunta: ¿Hasta qué edad puede tomar leche materna un niño?, la respuesta del médico es hasta que la mamá y el niño así lo deseen. Indicó que la lactancia debe ser complementaria, y que a partir del sexto mes deja de ser exclusiva. Es decir, los niños deben empezar a recibir otros alimentos, además de la leche materna, y el destete debe darse sin presión social y cuando el bebé y el mamá así lo quieran.

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Resaltan la importancia de por qué continuar con la lactancia más allá de los dos años. Foto: Gentileza.

Comentó acerca del caso de un paciente pequeño de 3 años que seguía mamando y una mamá valiente que, con mucha vergüenza, respondía, entre afirmación y duda: “Puedo continuar, ¿no?”. “Claro que sí, respondí, y me interesó saber cómo fue para que la mamá prolongue la lactancia de su hijo. Me respondió que ella sentía que no había otro líquido más importante para proteger a su niño de muchas enfermedades. Respuesta mágica”, acotó Núñez.

El pediatra pidió que amigas, vecinas y tías, cuando opinen que la leche materna es “aguada” y que ya no le sirve de nada al niño, piensen bien al momento de comentar eso. “Les digo que están muy erradas, ya que sigue teniendo nutrientes y anticuerpos (vacunas naturales) muy útiles para tu hijo/a. Y, por otro lado, si a la mamá no le molesta amamantar en algún espacio público, no opinen nada negativo por favor”, enfatizó.

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Sostuvo que dar la pecho requiere de unos tiempos antagónicos a la lógica productivista y es el alimento más sostenible para el bebé. No genera residuos, ni gases y, además, sale gratis. “De aquí que podamos afirmar que la lactancia materna es una práctica ecologista”, resaltó.

“También lo es feminista, ya que es beneficiosa para la salud física y psíquica de la madre, ayuda a la recuperación tras el parto y, gracias a la liberación de oxitocina protege de la depresión posparto, al mismo tiempo que permite la plena autonomía de la mujer en la alimentación de su criatura”, agregó.

El doctor Robert Núñez mencionó, igualmente, que al amamantar el bebé produce un movimiento de avance de la mandíbula. De esta forma se evitan problemas en la oclusión dental, como dientes apiñados, mordida cruzada, rotaciones dentarias.

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