El Domingo de Pascua es el triunfo del Mesías ante el mal, luego de la pasión y muerte de Jesús, los feligreses celebran con júbilo el final de los días santos y la fiesta de resurrección. La Semana Santa se inició el domingo de ramos, pero el triduo pascual culmina con la resurrección del salvador Jesucristo.
“La resurrección es la victoria de Jesús sobre los males, el pecado y la muerte. Los males experimentamos sobre todo en este tiempo de pandemia, de recesión económica y de guerras” indicó el padre Óscar González, Vicario Episcopal de la Pastoral de la Arquidiócesis, en entrevista con La Nación/Nación Media.
“Nos cuesta a todos porque no conocemos todo lo que significa y es muy difícil proyectarnos hacia el futuro. Ante esta realidad, la fe y la esperanza nos impulsa a buscar nuevas formas de convivencia, de cooperación, solidaridad y generosidad”, agregó.
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La muerte y resurrección de Cristo, para los creyentes significa una nueva vida, con esperanzas, con un mundo mejor y tiempos mejores. El religioso comentó cuáles son las diferencias entre la pascua de antes y de la actualidad.
“En los últimos tiempos, crece la preparación y celebración de la resurrección de Jesús. Anteriormente, tenía el acento en la Semana Santa y en el Viernes Santo. No había que escuchar música profana, la gente se centraba en los dolores y sufrimiento del pueblo. Las personas mayores pedían respeto y obediencia. Los cantos lastimeros de los grupos llamados “estacioneros” eran la principal atracción, además de las confesiones de los pecados de la gente en las iglesias” manifestó.
Por otra parte, aseguró que los jóvenes mantienen la fe a duras penas en estas festividades, pero buscan nuevas formas de estar en el mundo y en la iglesia. “De un tiempo a esta parte, se reúnen a compartir la “pascua joven” de manera creativa y jovial. Aman los encuentros, las películas, y los paseos para conocer más sobre la fe. Pero sobre todo el sentido de la vida. Son más sensibles ante las injusticias, por ejemplo” argumentó el padre.
Destacó que las personas mayores deben acompañar en el proceso del camino de la fe a los más jóvenes, pero que los mismos se deben dejar guiar, ya que por parte de los mayores se encuentra la experiencia de la vida.
“La pascua es un desafío a la generosidad y a la creatividad para acompañar a la gente. Nuestra vocación y misión son cuestionadas por los nuevos estilos de vida. La secularización es el ambiente en que tenemos que tomar en serio todos los aspectos de la vida real. Se trata de la atención de lo que nos pasa en el siglo, en la época. Disminuye el fervor religioso y se participa menos de las formas tradicionales de vivir la Pascua”, aseguró.
“La pascua nos llama a la autosuperación, a comprometernos, a transitar juntos como familias y como comunidades los tiempos difíciles que nos toca vivir. Pascua es tiempo para crecer en esperanza y solidaridad. Tenemos situaciones y problemas que debemos afrontarlas juntos. Cristo vive y el Papa y los obispos nos están ayudando”, finalizó.
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