El Sábado de Gloria se entiende como la espera de la resurrección del salvador. Durante el día se continúa en estado de silencio, luto y reflexión sobre la muerte de Cristo. Para los feligreses católicos se celebra en horas de la noche la vigilia pascual.
“El Sábado de Gloria es la celebración de la vigilia de la resurrección de Jesús, el Señor. Fundamentalmente, es un recordatorio de lo que prescribe y pide el libro del éxodo, el libro del éxodo dice: Esta noche en que Yahvé veló para sacar la tierra de Egipto a los hijos de Israel, debe ser noche de vigilia en honor de Yahvé para todos los de Israel por todas las generaciones. Y esto fue lo que practicó Jesús en la última cena”, indicó el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, para La Nación.
“El Sábado de Gloria inaugura la Pascua; que es la Pascua de la muerte y resurrección del mismo Jesús para salvar al mundo. Está significando a través de esta liturgia solemne el paso del santo ayuno de cuaresma a la fiesta de la Pascua, porque ese paso triunfante de Cristo resucitado hacia el padre, que es primicia de los muertos”, aseguró.
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“Siempre la Iglesia asoció este día de vigilia para celebrar bautismos; es que simbólicamente de hecho se realiza aquí la muerte y la sepultura de todos los hijos de Adán, su generación espiritual y su divina adopción. Por eso es necesario entonces tener en cuenta este significado, que es velar y esperar a Jesús resucitado con las lámparas encendidas de la fe y de las buenas obras, recibir alegres a los hijos de la Iglesia comulgando sacramentalmente con ellos”, manifestó monseñor a LN.
El valor de este día santo es reconocido desde la más remota antigüedad y así se ha celebrado a lo largo de mucho tiempo. Antiguamente se hacía durante la hora de la mañana, pero desde el papa Pío XII se puso lo más cerca posible del amanecer hacia el día domingo. Este día la liturgia es más larga, llegando a durar dos horas y media.
“Tiene varias partes fundamentales, el rito de la luz, que significa la luz que es Cristo y que de la oscuridad pasamos a la luz. También la proclamación de la palabra, es un día que se lee como nueve lecturas para recordar todo el proceso de lo que significó la Pascua, el anuncio hasta el Nuevo Testamento. La esperanza es el bautismo, los neocatecuminos, los niños; está significando el nuevo nacer y finalmente la misa de la vigilia pascual, que es la que da el inicio de la nueva era, la etapa de Jesucristo”, argumentó el obispo de Caacupé.
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Durante el día, el templo o las iglesias católicas se encuentran cerradas y con las imágenes ocultas, así también el altar se encuentra vacío. Pero se retoma la actividad en horas de la noche para dar inicio a la celebración de la vigilia pascual.
“Una vez que se haya pregonado, con vítores a Jesús resucitado, redoblan las campanas de aleluyas y el misterio pascual floreció, la humanidad fue redimida. Dios padre nos volvió a mirar con su rostro divino, Jesús fue glorificado y la iglesia que fue fundada sobre la roca de Pedro; le tiene al salvador Jesús como su cabeza, entonces al resucitar Jesús por todos los hombres, todos nosotros también hemos muerto y resucitado con él y por él”, indicó.
“Así, desde aquella primera pascua de resurrección gloriosa, Jesús mismo fue y va a seguir recogiendo para su reino y así a cada uno en su época, en su tiempo, a todos nos va a redimir y así estaremos todos juntos en los tiempos en la parresía universal, estamos disfrutando hoy este momento tan lindo y ojalá sea todo como un mensaje maravilloso de tiempos nuevos que se vienen y que el Señor nos bendiga siempre”, finalizó el monseñor Valenzuela en una entrevista con LN.
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