Mañana, sábado 2 de abril, se conmemorará el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas con autismo, para que puedan llevar una vida plena y gratificante como parte integrante de la sociedad.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo que puede provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos. La Asociación de Padres y Tutores de Personas con Trastorno del Espectro Autista (APTPTEA) en comunicación con el programa “Dos en la ciudad”, emitido por GEN, afirma que muchos padres no aceptan que su hijo es autista, por lo que se retrasa la atención que requiere el niño.
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“La primera señal son los problemas en la comunicación, ellos son preverbales, eso significa que no hablan, tienen problemas en la conducta, no tienen rigidez mental, tienen muchos berrinches, son hiperactivos, tienen apego a objetos inusuales, tienen problemas sensoriales, algunos parece que no escuchan y son varias alertas”, refirió Gustavo Olmedo, de la Asociación de Padres y Tutores de Personas con TEA.
Otras señales para notar si un niño es autista cuando tienden a formar líneas con juguetes u otros objetos, juegan con los juguetes de la misma forma todas las veces, muestran interés por algunos de los objetos, generalmente son muy organizados, se irritan con los cambios pequeños, tienen intereses obsesivos y tienden a seguir determinadas rutinas.
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“Conmigo arrancó un poco más tarde porque yo no quería aceptar o darme cuenta que mi hijo era autista, yo apuntaba a que era un trastorno de déficit de atención e hiperactividad. A mí me costó entender y fue recién cuando se escolarizó que sus profesoras me dijeron que él tenía una dificultad y gracias a los docentes pude visibilizar que era el autismo y los problemas que estaba teniendo mi hijo y fuimos consultando con el neurólogo y el equipo de terapeutas”, dijo Olmedo, quien relató su experiencia.
Una vez diagnosticado el niño con TEA, inicia una nueva forma de aprender, una nueva forma de desenvolverse y una nueva aventura, que requiere de mucha paciencia, amor y sobre todo de inclusión por parte, primero de la familia, luego en el ámbito escolar y la lucha por la inclusión continúa en la sociedad.
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