Instituida en el 2005 por la World Action on Salt and Health (WASH) con el objetivo de concientizar a la sociedad en la reducción de su consumo como aporte para la mejora de la salud de la población mundial, estamos en la Semana Mundial de Concienciación sobre la sal. Desde el Ministerio de Salud Pública recuerdan que al disminuir este elemento en las comidas y al optar por alimentos sin alto contenido de sodio, se logra reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y otras.
Del 14 al 20 de marzo, instituciones públicas y privadas de todos los países celebrarán acciones para promover la implementación de acciones basadas en la evidencia para reducir el consumo de sal en la población y proteger la salud cardiovascular. Este año la campaña tiene el lema “¡Sacude el hábito!” que llama a hacer un cambio en nuestra alimentación cotidiana, atendiendo que gran parte de la sal que se consume se encuentra en los alimentos que se adquieren.
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El Ministerio de Salud advierte que una dieta alta en sodio está vinculada a la obesidad y a otras enfermedades, como la osteoporosis, el cáncer de estómago, enfermedad renal y cálculos renales, la obesidad, el aumento de los síntomas del asma, las enfermedades de Meniere (enfermedad del oído), de Alzheimer y la diabetes.
Enfatiza que es importante cuidar la ingesta de sal desde la niñez, puesto que el exceso de sodio desde temprana edad también tiene consecuencias para la salud. En este sentido, sostiene que puede elevar la presión sanguínea y la tendencia persiste hasta la edad adulta, llevando a la persona al riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares (derrames) y ataques cardíacos.
Principales fuentes
Teniendo en cuenta todo ello, la cartera sanitaria aconseja a la población disminuir el consumo de sal y recomienda que, al momento de adquirir alimentos envasados o enlatados, leer las etiquetas y elegir aquellos que contengan menos sal, para proteger la salud cardiovascular.
En este sentido, menciona que las principales fuentes de sodio son los panificados; las carnes, como asados, carnes ahumadas, hamburguesas; también las papas fritas, pizzas, los caldos y sopas en sobres, salsa de soja, sándwiches, quesos, embutidos, galletitas saladas, bocadillos (snacks), gaseosas, productos envasados, cereales en caja y otros.
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Algunas acciones que pueden ayudar a disminuir el consumo diario de la sal son, por ejemplo, evitar el uso del salero en la mesa; mejorar el sabor de las comidas, utilizando limón o especias, y disfrutar del sabor natural de los alimentos y de las preparaciones, evitando agregar más sal al plato. Hasta cinco gramos es la cantidad diaria recomendada.
En el caso de alimentos conservados en agua y sal, como carnes frescas (cecina), productos enlatados, como pescados (anchoas, sardinas, atún y otros), lavarlos con agua caliente previamente a su consumo.
Sustitutos naturales
Para disminuir su uso o reemplazarlo en la alimentación, existen los sustitutos naturales. Entre ellos se destacan las especias y otras hierbas, como la albahaca, orégano, romero, cilantro, tomillo, clavo, comino, pimienta, que permiten combinarlos con infinidad de platos, son bastante baratos y en muchos casos se pueden plantar en una simple maceta. Resaltan el sabor de los alimentos y, en muchos casos, también los aromatizan.
Otros sustitutos sencillos son el ajo y la cebolla, habituales en cualquier cocina, aportan aroma y sabor, aunque no todas las personas toleran su olor o sabor, se pueden utilizar frescos, fritos, salteado o en polvo, incluso algunas marcas de condimentos directamente las bautizan como sal de ajo o sal de cebolla.
También se puede implementar el limón y otras frutas; el zumo de limón, tradicionalmente, es un sustituto de la sal por su gusto fresco e intenso. Es un alimento extremadamente sano que ayuda a perder peso y a disminuir la presión sanguínea.
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Se puede combinar con cualquier alimento, aunque sabe muy bien en carnes y vegetales. No es la única fruta de zumo que se puede emplear, también la naranja, la lima o las mandarinas son muy recomendables para diversos tipos de salsas o aderezos. También el vinagre combina de maravilla con un buen aceite en las ensaladas y también en solitario para legumbres, marinados (carnes y pescados), salsas, entre otros.