Autoridades sanitarias y policiales del Brasil están tras las pistas del tráfico ilegal desde Paraguay de un producto de origen dudoso empleado en cirugía estética para combatir las arrugas. Se trata de Israderm, una toxina botulínica sobre la cual la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria y las Sociedades Científicas de Dermatología y Cirugía Plástica ya emitieron una alerta sanitaria el martes, tras detectarse la indiscriminada comercialización de la droga.

El portal brasileño globo.com publicó que el citado producto es de venta libre en Paraguay, basándose en la investigación del reportero Giovani Grizotti quien llegó hasta Ciudad del Este y tomó fotografías de la venta de Israderm con una cámara oculta. “Los vendedores le dijeron que envían los viales por correo a Brasil”, asegura el medio.

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Señala también que un cirujano plástico de Foz de Yguazú, Paraná, indicó que atendió a pacientes con infecciones que dijeron haber usado el producto. “Ya hemos visto necrosis de pérdida de la nariz y otras zonas de la cara por este tipo de complicaciones”, dijo el profesional.

Asimismo, según el reporte, a inicios de este año, un aviso anónimo llevó a la policía y la Vigilancia de la Salud de Rio Grande do Sul a una clínica para procedimientos estéticos en Porto Alegre. Una cirujana dental aplicaba Israderm a sus clientes. Como el producto está totalmente prohibido en el vecino país, la mujer fue detenida en el acto, según globo.com

Como no hay información sobre el producto, Anvisa (la agencia reguladora de medicamentos) prohibió en junio del año pasado la comercialización, distribución, fabricación, publicidad y uso del mismo en Brasil. “La botella solo dice que el producto está hecho en Israel, pero una investigación internacional de Fantástico (reportajes especiales de Globo) demuestra que esta información es parte de un fraude. El verdadero origen de Israderm sigue siendo un misterio”, sostiene el portal.

Entre tanto, en nuestro país, la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria y las Sociedades Científicas de Dermatología y Cirugía Plástica emitieron el martes una alerta sanitaria a profesionales médicos y a la población en general sobre el uso irregular de Israderm, al que se atribuyen propiedades de rejuvenecimiento.

Dinavisa advirtió que el producto no cuenta con registro sanitario para su comercialización en el mercado nacional, por lo cual su elaboración, importación, exportación, distribución, comercialización y uso se encuentran prohibidos.

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Subrayó que la utilización de productos que no están debidamente registrados ni avalados por la autoridad competente puede conllevar a riesgos para la salud ya que se desconoce su composición, condiciones de elaboración y procedencia.

La doctora Antonieta Gamarra, directora nacional de Dinavisa, informó que se coordinarán acciones conjuntas con las Sociedades Médicas Científicas como la Sociedad Paraguaya de Dermatología y la Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética para la detección de productos no registrados y disminuir así los daños causados por la utilización de estos productos.

Por su parte, el doctor Bruno Balmelli, presidente de la Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética, hizo referencia a los efectos colaterales que pueden causar los productos sin registro. “Hemos detectado infecciones en el rostro, reacciones alérgicas, cicatrices, entre otros. También es importante que la ciudadanía sepa que el costo del tratamiento para la recuperación es elevado”, explicó el profesional.

De la conferencia de prensa también participó la doctora Fátima Agüero, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Dermatología, quien destacó la importancia de cuidar la piel, por lo que exhortó a la ciudadanía a realizarse los procedimientos con la toxina botulínica con médicos especializados.

“Por eso es importante saber qué productos estamos aplicando a las personas, porque la aplicación de un producto intradérmico es riesgosa, se necesita contar con un ambiente seguro, esterilizado, que el producto cuente con registro sanitario y que los profesionales sean los encargados de llevar adelante este procedimiento”, remarcó.

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Según el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, las toxinas botulínicas que cuentan con el registro sanitario otorgado por la Dinavisa (*) son: Lantonx A de 50 y 100 U; Meditoxin de 50 y 100 U; Xeomin; Botulax.

El doctor Jesús Amarilla, cirujano plástico de la Unidad de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA y el Hospital de Clínicas, se refirió al uso de la toxina botulínica (botox) y a los peligros que puede acarrear si no es empleada adecuadamente por profesionales autorizados.

Explicó que es un tratamiento muy utilizado en la medicina estética, que evita el envejecimiento mediante la aplicación de unas pequeñas inyecciones en las zonas de las arrugas, como la frente, entrecejo y patas de gallo.

El reconocido profesional lamentó el nivel de comercialización que llega a tener estos productos, hasta el punto de que son ofrecidos indiscriminadamente a través de las redes sociales, teniendo en cuenta que al país llega una gran cantidad de botox de contrabando.

“No sabemos a ciencia cierta qué es lo que llega, en qué condiciones se trae, y si cumple o no con las reglamentaciones de almacenamiento y conservación al ser un producto que requiere de una temperatura específica”, indicó.

El doctor Amarilla aseveró que para que una persona pueda manipular y utilizar la toxina botulínica debe tener conocimientos de anatomía y un uso riguroso de la técnica. Dijo que desde hace tiempo los cirujanos plásticos ven con preocupación su uso y aplicación indiscriminada en nuestro país.

Sobre el punto, advirtió que últimamente se ha vuelto una práctica exagerada su uso, a tal punto de que hay quienes organizan las “Botox party”, en la que reúnen a un grupo de personas y se les inyecta el producto, a sabiendas de que su uso desconsiderado puede traer consecuencias como ptosis palpebral o caída del párpado superior; o estrabismo, por citar algunos.

“Si es que no se conoce la anatomía, la funcionalidad de los músculos faciales, o los lugares donde aplicar, puede causar graves problemas”, alertó. “De hecho”, prosiguió “nosotros recibimos pacientes con inconvenientes por mala praxis tras la aplicación y desde hace tiempo venimos diciendo, alertando a la población de que está mal someterse a este tipo de procedimientos con gente inexperta o sin la preparación médica adecuada, porque los resultados no son los esperados o traen consigo un problema mayor”, aseveró.

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Entre las complicaciones más frecuentes resaltó la ptosis palpebral, que es la caída del párpado superior, debido a que se paraliza el músculo al aplicar la toxina en el lugar equivocado. Otra consecuencia es el estrabismo o la visión borrosa, cuando se inyecta para las patas de gallo, en ese lugar hay que tener cuidado porque también puede producir dificultad diplopía o visión doble.

El especialista en cirugía estética recordó que los únicos profesionales médicos autorizados para aplicar toxina botulínica son los cirujanos plásticos, los dermatólogos, así como los neurocirujanos que la utilizan también para ciertas patologías.

El botox “es un producto que no puede ser utilizado de forma banal en cualquier peluquería, casa de estética o spa, porque representa un riesgo para la salud, más aún si el producto no está autorizado por el Ministerio de Salud”, recalcó.

Apuntó que la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) es la encargada de otorgar el registro sanitario y que son contados los productos autorizados para su utilización; el resto son de contrabando o de origen dudoso, alertó.