Hoy lunes, alrededor de las 16:00, falleció el pastor Emilio Abreu quien debía ser sometido a un trasplante de médula y por eso se encontraba internado en el nosocomio. Abreu estaba en condiciones bastante delicadas y para los médicos su recuperación era muy difícil por los órganos que estaban comprometidos a raíz de su enfermedad. Padecía de Mielofibrosis, un tipo poco común de cáncer de médula ósea que altera la producción normal de células sanguíneas del cuerpo y cuya mortalidad es de prácticamente el 100%.
Tenía muchos órganos deteriorados, sobre todo el hígado y por eso su pronóstico era muy desalentador ya que, según profesionales del área, ante la falla de la medula ósea, es el sistema hepático el que actúa en reemplazo y cuando éste se complica, la situación ya es catastrófica.
El pastor fue sometido a dos trasplantes de médula ósea en Lituania; si bien el donante era un ciudadano Alemán, las condiciones sanitarias por causa del covid 19 no permitieron que el procedimiento pueda realizarse en dicho país. Según el doctor Jorge Batista, del Instituto de Previsión Social, existe una serie de requisitos para que una persona pueda ser donante de médula ósea, en todos los casos el panorama ideal es que el hermano o los padres del paciente en cuestión puedan ser los donantes, si ninguna de estas posibilidades son factibles, se busca alguna persona compatible con el paciente en muchos aspectos.
“El hermano es el donante ideal, cuando esto no puede suceder, puede ser el padre o la madre y cuando esto tampoco se da, se busca una persona a nivel internacional que pueda ser compatible con uno. “, refirió el doctor en una entrevista a La Nación.
“Debíamos esperar hasta fin de mes, pero lastimosamente no aguantó”
Desafortunadamente los dos trasplantes que se realizaron en Lituania fueron fallidos, por lo que se esperaba un tercer intento y eso debía realizarse en Paraguay, justamente a fin de mes de febrero, primeros días de marzo pero Abreu no resistió, según el doctor Jorge Batista.
“El donante original era un alemán quien durante este tiempo se estaba recuperando de los dos trasplantes a los que había sido sometido y como cualquier paciente que pasa por ese proceso, debía pasar un tiempo para hacer el tercer intento, pero a ese proceso ya no llegó el pasto...” “debíamos esperar hasta fin de mes, pero lastimosamente no aguantó”, relató.
“Los europeos determinaron que se lo traslade a IPS”.
El propio Abreu, según los médicos, era consciente de que sus posibilidades de vida se apagaban cada vez más con los resultados negativos que se dieron con los dos trasplantes fallidos. “Él sabía que sus chances eran cada vez menos, generalmente cuando se tienen como resultado dos trasplantes negativos de seguido, la posibilidad de que se pueda llegar a un tercero es mínima, el cuerpo está muy afectado, uno no puede someterse a un trasplante tras otro de manera muy rápida y el donante tampoco puede hacerlo”, refirió el profesional de la salud.
Abreu fue trasladado a Paraguay luego de que un grupo de médicos de Lituania hayan determinado que el único lugar que tenía las condiciones edilicias y equipamientos era el Instituto de Previsión Social. “Los europeos determinaron que el único lugar donde se le podía hacer ese procedimiento era el IPS, IPS era el único centro que reunía todos los requerimientos”, manifestó Batista.
Abreu estuvo todo el tiempo en un área restringida, en una especie de burbuja, con nulo contacto y constantemente monitoreado. Según los médicos hasta hace un par de días estuvo totalmente consciente. “Él estuvo lúcido, muy bien, muy comunicativo sobre todo con su esposa hasta hace un par de días, después ya estuvo cada vez más cansado y se fue deteriorando”, manifestó a La Nación.
Abreu falleció tranquilo, sin dolor ni sufrimientos. Tenía 67 años de edad y fue el referente máximo del Centro Familiar de Adoración de la iglesia evangélica. Nació en Estados Unidos, Pittsburgh, Pennsylvania, y terminó su licenciatura en Educación Especial, en la Universidad de Indiana.