El pasado lunes 14 de febrero, en el Día Internacional del Amor y la Amistad, o San Valentín, las redes sociales se inundaron de mensajes contra el bullying. Esto, tras viralizarse la historia del pequeño Drayke Hardman, un niño de 12 años de edad que sufrió acoso y bullying en su colegio, no aguantó y decidió quitarse la vida en Utah, Estados Unidos.
El hecho conmocionó al mundo entero debido a la drástica decisión que tomó un pequeño que estaba empezando a vivir. Ante lo expuesto anteriormente, la licenciada Marta Trinidad, experta en psicología, en comunicación con La Nación lamentó el hecho y afirmó que lo sucedido le causó bastante tristeza.
En este sentido, advirtió a los padres que estén en alerta a los cambios de conducta de sus hijos y si existe caso de bullying, lo principal es contenerlos, hacerlos sentir seguros, evitando hablar de represalias, violencia o agresividad y, por supuesto, informar a la institución educativa.
“Los padres debemos estar atentos a cualquier cambio de conducta y estar presentes en el proceso de formación de nuestros hijos. Si nos damos cuenta de que están siendo atacados, primero contenerlos, hacer que se sientan seguros y no hablar de venganza o agresividad, sino de una solución sana, aunque sea difícil; segundo: hablar con la institución, docentes y psicólogos y padres para que todos puedan estar involucrados en la solución y se evite esta misma situación con otros niños”, dijo.
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La Unicef define “bullying” como acoso escolar. Se trata de una conducta de persecución física o psicológica que realiza uno o más estudiantes contra otro. Es una acción negativa, continua e intencionada que crea una relación de dominio-sumisión, mientras que para la Organización Mundial de la Salud (OMS) constituye la primera causa de suicidio adolescente; por eso, son cada vez más las acciones globales que se intentan llevar a cabo para combatirlo, señaló la profesional a LN.
Aseguró que el bullying se puede prevenir con muchas acciones, desde las instituciones educativas se puede evitar comunicando y concienciando a los docentes y alumnos sobre las terribles consecuencias, mientras que en el seno familiar se puede evitar hablando con los niños para que sepan cómo lidiar con sus emociones y no agredir a otros, o bien que tengan la confianza de contar cuando están siendo acosados.
“Como padres, este es un llamado a examinar cómo estamos influyendo en nuestros hijos con nuestras palabras y nuestras actitudes con respecto a los demás, esto podría reflejarse en la conducta de ellos. Tomemos conciencia de la salud mental. Seamos empáticos y busquemos la solución adecuada, no otra que provoque o desencadene peores daños. Hablemos con nuestros hijos, estemos presentes en sus vidas, pero también démosles las herramientas necesarias para enfrentar la vida”, remató.
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