Paseros del puente San Roque González, que une la ciudad paraguaya de Encarnación con la ciudad de Posadas, Argentina, aguardan horas y horas en la fila para poder cruzar al lado argentino, pero una periodista de La Nación y una ciudadana se percataron de la existencia de filas paralelas.
Los conductores o “paseros” que ingresaban al puente, presuntamente, lo hacían coimeando con la Policía Municipal de Tránsito (PMT) de Encarnación así como con militares de la Base Naval, encargados del tránsito vehicular en la zona, para el adelantamiento y así evitar esperar como las demás personas.
Para evidenciar esta práctica ilegal en el que incurren los paseros y las autoridades, la periodista Rocío Gómez, corresponsal del Grupo Nación en Itapúa, vestida de civil formó la fila por horas en la jornada de ayer, intentó ingresar en la fila paralela para coimear y dar con el lado argentino, pero casi fue arrollada en el intento por parte una automovilista disgustada, quien se adelantó a Gómez e incluso le gritó “¡Para qué te metes!”.
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“Malila hizo la denuncia a través de redes sociales, que esperó seis horas para poder cruzar a Posadas, ella fue a un extremo hasta la punta de la cabecera para saber por qué la fila no se movía y ella fue testigo, así como nosotros, de filas paralelas que ingresan al puente San Roque González de Santa Cruz y sería, supuestamente, porque pagan coimas a los que regulan el lugar”, relató Gómez en contacto con el programa Dos en la ciudad, transmitido por el canal GEN y radio Universo 970 AM.
Según la comunicadora y la denunciante, los presuntos responsables del cobro por adelantamiento en el puente serían los militares de la base naval de Encarnación y también están los agentes de la PMT. Si bien, ambas no pudieron precisar quién era la persona a quién se le pagaba para avanzar, se habla de un cobro de más o menos G 50.000 a 60.000 para adelantarse.
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“Esperamos seis horas, desde las 05:30 de la mañana con mi hermana en la fila del puente, íbamos avanzando de a poco, hasta las 08:00 de la mañana, desde esa hora no avanzamos ni un milímetro más. Quedamos estancados en un lugar y me bajé a ver qué pasaba. Caminé cuatro cuadras hasta llegar a la cabecera del puente y cuando llegué vi una fila de autos que iban pasando, abrían las barreras pero no pasaban los de la fila real en donde estábamos hacía horas”, denunció una de las paseras del puente.
La mujer, en su impotencia ante el manejo ilegal del tránsito por parte de las autoridades, empezó a filmar lo que pasaba desde la cabecera del puente ante la mirada atenta de los militares y los policías de tránsito, que al ver su actuación empezaron a desviar a los paseros de la zona de la colectora y a hacer correr la fila real, denunció. Recién a las 11:00 pudo cruzar al lado argentino.
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