Tras el crimen ocurrido en en inmediaciones del arroyo Aguapety, de Coronel Oviedo, departamento de Caaguazú, la fiscala Marta Leiva esta mañana ordenó el cese de provisión de agua a las arroceras y procedieron a confiscar la bomba de agua y caños para dejar sin efecto esta práctica.
Según los denunciantes, desde diciembre pasado el cauce hídrico sufre una depresión inmisericorde de parte de dos empresarios arroceros, el argentino Javier Chaliol y el ovetense Rodolfo Méndez, sin que ni Fiscalía ni el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) tomen acciones.
Antecedentes
Dos personas a bordo de una motocicleta rociaron a balazos a un hombre el viernes último, a las 19:00 aproximadamente, en inmediaciones del arroyo Aguapety, de Coronel Oviedo, departamento de Caaguazú. El hombre recibió seis impactos de bala de arma de fuego en el cuerpo que le ocasionaron la muerte de forma casi instantánea. Tras cometer el crimen, los responsables se dieron a la fuga.
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La víctima fue identificada como Francisco Villalba Cubas, de 50 años, quien desde hace unos 40 días encabeza un grupo de manifestantes que reclaman el desvío de las aguas del arroyo Aguapety hacía dos arroceras. Incluso, se hicieron denuncias en la Fiscalía, que lejos de accionar contra quienes están dañando el medio ambiente, ordenaron custodia policial a los denunciados.
Villalba Cubas, junto con otros manifestantes, había amenazado con cerrar la ruta para presionar a las autoridades del Ministerio Público a tomar cartas en el asunto, ya que hasta el momento no se hizo nada al respecto y las dos empresas arroceras seguían desviando el cause del arroyo, dejando en pésimas condiciones este afluente.
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Se trata de los hermanos Fredi Gómez Hermosilla y Emilio Gómez Hermosilla, quienes tras perpetrar el hecho se desplazaron rápidamente en la motocicleta, fueron perseguidos por los vecinos de la víctima y tuvieron que abandonar su biciclo en la entrada de una zona boscosa, en donde ingresaron para escapar.
En este sentido, surgen dos versiones de la causa del asesinato de Villalba Cubas: una de ellas es que el crimen fue por encargo y que se debía a las manifestaciones realizadas por el desvío del arroyo Aguapety, y la otra es que, horas más temprano, el hombre habría tenido una discusión con dos jóvenes de la zona, que ya fueron totalmente identificados por la Policía Nacional.
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