El Ministerio de Salud Pública, a través de la Dirección de Vigilancia de la Salud dio a conocer evidencias científicas en el que se demuestran que las vacunas anti-COVID logran reducir en un 91% el riesgo de muerte. Esto fue anunciado por primera vez durante la conferencia de prensa semanal que se desarrolló esta mañana.
Además, señalaron su efectividad ante el riesgo de hospitalización en unidades de terapias intensivas (UTI) o salas comunes, así como también fallecimientos. De acuerdo a lo que explicaron las autoridades sanitarias, los vacunados tienen un riesgo menor del 87% de utilizar las UTI, mientras que el riesgo de hospitalización se reduce a un 67%.
“Hay que tomar el grupo de vacunados aparte y la población no vacunada para ver cuántos de estos necesitan terapia intensiva. Vemos que en el grupo de vacunados por cada 10.000 casos confirmados, se reportan 14 hospitalizaciones. Sin embargo, en el grupo de no vacunados se reportan 101 hospitalizaciones en terapia intensiva, si hacemos la diferencia entre ambos grupos, vemos que el riesgo de hospitalización es de 87% en la población no vacunada”, indicó la Dra. Sandra Irala.
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Agregó que de cada 1.000 casos confirmados se reporta un fallecido de entre los vacunados con el esquema completo de las vacunas anti-COVID, mientras que se registran tres fallecidos entre la población parcialmente vacunada o que tiene al menos una dosis, y de los no vacunados se reporta un total de 11 fallecidos.
“La diferencia entre estar vacunado y no vacunado representa un riesgo de fallecer, se reduce a un 91% a diferencia de la población que cuenta con esta protección”, indicó. Los estudios lo realizaron las autoridades científicas y hoy ya quedan sentadas como evidencias. Iniciaron en el mes de enero y concluyeron en la quincena de enero de este año, atendiendo a la presencia de la variante ómicron que hace que la cantidad de afectados se triplique al igual que decesos.
Según un mapa compartido por las autoridades sanitarias, los epicentros de contagios serían Asunción, Central, Ñeembucú y Misiones, que son consideradas zonas rojas por la alta circulación del virus SAR COV-2- de la variante ómicron.
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