Como ya es sabido, ómicron es la nueva variante de preocupación del COVID-19 presente hasta el momento en 110 países. Fue detectada en principio, en provincias sudafricanas a finales de noviembre de este año. En nuestro país fue detectada hace una semana.
Desde la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS) publicaron datos acerca de esta nueva variante de preocupación, cómo se contrae la enfermedad, síntomas y cuáles son las herramientas efectivas de protección para frenar los contagios y el surgimiento de nuevas mutaciones del virus.
En este sentido, mencionaron que la característica de ómicron es lo transmisible que es, mucho más que las variantes anteriores; se propaga con mayor facilidad de una persona a otra, situación que se está observando con la rápida expansión de la enfermedad a nivel global. La mayoría de los contagios se producen al inicio de la enfermedad, en el primer y segundo día de aparición de los síntomas y dos o tres días después.
La evidencia muestra que tiene una ventaja de crecimiento sobre la variante delta y se está propagando significativamente más rápido con un tiempo de duplicación de 2-3 días. Se observa un aumento en la incidencia de casos en varios países, incluidos aquellos en los que la variante se ha convertido en la variante dominante del SARS-CoV-2, como el Reino Unido y los Estados Unidos. Sin embargo, un declive en la incidencia de casos ahora se ha observado en Sudáfrica.
Señalaron que es probable que la rápida tasa de crecimiento sea una combinación tanto de la evasión inmune como del aumento intrínseco de la transmisibilidad de la variante ómicron.
Gravedad y contagios
En cuanto a la gravedad, indicaron que existe un riesgo reducido de hospitalización en comparación con la variante delta. Sin embargo, los datos sobre la gravedad clínica de los pacientes infectados con ómicron están aumentando, pero aún son limitados.
Explicaron que cualquier persona infectada con la variante pueda propagar el virus a otras personas, aunque no tenga síntomas, incluso si está vacunada. Por esta razón es recomendable continuar con las medidas de protección que ayudan a minimizar el riesgo de contagio. Entre ellas el uso correcto de tapabocas, la distancia física, mantener los ambientes interiores ventilados y evitar las aglomeraciones.
Nueva variante
Cuando un virus se propaga ampliamente y ocasiona numerosas infecciones, aumentan las probabilidades de que se produzcan mutaciones. Cuanto más pueda propagarse un virus, más oportunidades tiene de sufrir alteraciones.
La circulación de una nueva variante en el país es una amenaza para la salud de la población, implica mayor proporción de contagios, de hospitalizados y fallecidos, en consecuencia, el resurgimiento de nuevas olas epidémicas.
Cómo hacer frente al COVID-19 y sus variantes
Aseguraron que las vacunas contra el COVID-19 son altamente efectivas para evitar enfermarse gravemente, ser hospitalizado y morir. Por eso, se recomienda para protegerse de COVID-19 y sus variantes estar totalmente vacunados. De esta manera, con la aparición de la variante ómicron se enfatiza la aplicación de la dosis de refuerzo.
De igual manera, las mascarillas ofrecen protección contra todas las variantes y minimizan el riesgo de contagio cuando se utiliza de forma correcta, bien ajustada al rostro cubriendo nariz, boca y mentón. Está recomendado el uso de tapabocas en entornos públicos cerrados y al aire libre cuando no se puede mantener la distancia física recomendada.
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Además, para reducir la propagación del virus causante del COVID-19 es igualmente importante cuidar la ventilación cruzada de los ambientes interiores abriendo puertas y ventanas, aún con el acondicionador de aire encendido, mantener la distancia física entre personas, evitar aglomeraciones y los lugares poco ventilados, así como también mantener la higiene de manos.
Prestar atención a los síntomas
Recomendaron estar atentos a los síntomas que aparezcan, ya que los del COVID-19, independientemente al tipo de variante, pueden aparecer de 2 a 14 días después de la exposición al virus.
Fiebre, tos, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, fatiga, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza, pérdida del gusto u olfato, náuseas y vómitos, diarrea, falta de aire o dificultad para respirar. Las personas con cualquiera de estos síntomas pueden tener COVID-19, generalmente asociación de dos o más síntomas.
En el caso de presentar cualquiera de estos síntomas, la persona debe aislarse, contactar con su médico de confianza y seguir las indicaciones, de esta manera protegerá a su entorno familiar y social. En el caso de acudir al servicio de salud, llevar puesta en lo posible mascarilla quirúrgica o N95. Remarcaron la importancia de evitar automedicarse, ya que esta práctica podría complicar el cuadro y poner en riesgo la salud.
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El aislamiento de un paciente con resultado positivo es de 10 días, a contar desde el inicio de los síntomas. Manifestaron que datos preliminares sugieren realizar pruebas con PCR o las pruebas de diagnóstico rápido basadas en antígenos (Ag-RDT) no parecen verse afectadas por la variante ómicron.