La llegada que está teniendo el Gobierno a los pequeños productores a través del Ministerio de Agricultura es digna de destacar porque es el camino para que esa economía que a escala macro registra importantes resultados también se dinamice a nivel micro. La agricultura familiar se está recuperando con una gestión en la que se destaca la presencia que marca la administración estatal en el campo y fruto de eso son los espacios de comercialización que están logrando en diferentes lugares del país.
Mejora de prácticas productivas mediante capacitación, asistencia técnica, provisión de herramientas y maquinarias, firma de convenios interinstitucionales, diversificación de rubros frutihortícolas, producción todo el año, el mercado asegurado mediante nuevos programas sociales como Hambre Cero son algunas de las estrategias que se vienen difundiendo desde el Ministerio de Agricultura que comenzaron a prender y está estimulando al sector con la obtención de buenas cosechas y mercadeo.
Recordemos que Hambre Cero, por ejemplo, representa una demanda de 60 toneladas diarias lo que constituye una garantía para los métodos productivos de todo el año como el tomate que hoy tiene comercialización garantizada.
Una alternativa válida en este proceso de posicionamiento del sector son las ferias agrícolas que van aumentando protagonismo gracias a la mayor y mejor producción. Esta iniciativa es de alguna manera el reflejo de que las cosas marchan bien en el campo y es además una opción interesante en favor de la economía familiar con productos más frescos a mejores precios.
Los volúmenes de negocios generados en estas ferias, los nuevos logros en la exportación de frutihortícolas, como la inversión estatal, ha incluso motivado al involucramiento de un sector juvenil en general apático a los trabajos del campo y que actualmente encuentra una salida laboral en este sector.
Según mencionó en entrevistas el ministro de Agricultura, cada evento realizado en el marco de las ferias de la agricultura familiar moviliza cerca de G. 300 millones en ventas.
La reciente feria coordinada como operativo Semana Santa Ra’arõvo que abarcó varias ferias de la agricultura familiar, finalizó con ventas que superaron los G. 2.952 millones, durante dos semanas, gracias a los puntos de comercialización en diferentes puntos del país. Según el Ministerio de Agricultura, fueron beneficiadas directamente más de 3.055 familias agricultoras que generaron importantes ganancias en el marco de los días santos celebrados.
Los balances posteriores de los eventos socializados desde la citada cartera estatal indican que el acompañamiento y promoción de la agricultura familiar que está realizando el Gobierno son fundamentales en el proceso de crecimiento económico. De hecho, los números ya colectados a fin de año revelan exponenciales cifras de negocios que durante el 2024 giraron en torno a los USD 10 millones, G. 76.500 millones.
Estamos experimentando un momento auspicioso para la agricultura familiar y este hilo requiere de insistencia estatal para que el rubro, uno de los más importantes de nuestra economía, siga fortaleciéndose para recuperar la calidad de vida de miles de personas.
Hay que seguir innovando prácticas, aplicando tecnologías y nuevos conocimientos productivos que faciliten la labor en el campo. El trabajo emprendido desde el Ministerio de Agricultura está siendo demasiado efectivo y amerita el acompañamiento de todos los sectores.
Familias relegadas de la actividad económica están recuperando su autonomía productiva, jóvenes que con la evolución del mercado tecnológico eran difícilmente atraídos por el trabajo agrícola hoy tienen una motivación con la coyuntura favorable. Estos puntos mencionados son avances muy importantes que hay que seguir impulsando para que sean cada vez más inclusivos.
Un país con predominio agrícola-ganadera en su economía tiene que seguir apostando a inversiones en estos sectores si el objetivo es realmente mejorar las condiciones de vida de los habitantes. El Gobierno debe seguir apoyando la agricultura familiar y todo lo relacionado al trabajo en el campo, es el camino en el combate a la pobreza y la exclusión.