Por Lourdes Torres - Periodista de Patrimonio Histórico
Una de las pruebas palpables de que la Virgen de Caacupé ama a su pueblo y a su gente es lo que ocurrió hace 87 años atrás durante la Guerra del Chaco. Un día como hoy, 8 de diciembre de 1934, una división de infantería, encabezada por el coronel Eugenio Alejandrino Garay, tomó por sorpresa a dos divisiones bolivianas que custodiaban el Fortín Yrendagüé y recuperaron de una manera casi mística contra toda probabilidad de victoria.
Desde La Nación se contactó con el especialista de historia militar Claudio Velázquez, quien narró la proeza de este cuerpo militar que hasta hoy en día ni expertos militares logran encontrar una explicación lógica a lo ocurrido.
En ese sentido, destacó que la toma del Fortín Yrendagüé fue considerada como una de las hazañas mas importantes de lo que fue la Guerra del Chaco, justamente por tratarse de un fortín que tenía agua dulce en una zona prácticamente desértica.
Mencionó que el que encabezó esta misión fue el que hoy es conocido como general Eugenio A. Garay, quien entonces tenía 60 años y dirigió una marcha a pie de 75 kilómetros hasta llegar al Fortín Yrendagüé, con un cuerpo de 1.400 hombres aproximadamente.
Esta marcha, que duró entre un día y medio, se realizó entre el 6 y el 8 de diciembre, con un calor que superaba los 42 grados en la sombra en pleno Chaco y con escasa agua para hidratar a sus hombres. Al llegar al lugar, después de hacer los 75 km, los paraguayos tomaron por asalto el fortín que era custodiado por dos divisiones militares bolivianos que le doblaban en número a los paraguayos.
“Estos bolivianos abandonaron el lugar y tomaron una marcha desesperada, y teniendo en cuenta que el trayecto fue muy largo. Por eso es que se llama hasta hoy en día como La Picada de la Desesperación al tramo que hicieron los bolivianos, después de ser expulsados del Fortín Yrendagüé”, comentó el historiador.
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Igualmente, relató una anécdota en que días antes de este asalto al Fortín Yrendagüé, el coronel Garay recibió la triste noticia que su esposa había fallecido en Asunción. De todas formas, el militar tomó la decisión de continuar con los planes trazados. Lo único que pidió al general José F. Estigarribia, que había puesto a disposición su avión, es que permita a su hijo abandonar el frente de batalla y viajar a la capital para despedirse de su madre.
“Aun con toda esta situación encima, él se va y encabeza esta emblemática batalla que le dio una victoria estratégica a los paraguayos, y también desde el punto de vista de armamentos. Los paraguayos lograron apoderarse de una importante cantidad de armamentos que les permiten continuar la guerra hasta junio de 1935″, acotó.
Asimismo, indicó que la zona del Fortín Yrendagüé está ubicada prácticamente en el límite hoy en día con Bolivia, en la zona conocida como Eugenio A. Garay, al norte del Chaco paraguayo. “Hoy todavía existe vestigio de lo que fue la Picada de la Desesperación, incluso algunos que se han animado a adentrarse en esta picada han encontrado vestigios de lo que fue esta marcha penosa de los bolivianos. En el lugar también está un monumento emblemático a Eugenio A. Garay. Es un lugar al que cuesta muchísimo hoy llegar”, precisó.
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Mencionó igualmente que el Fortín Yrendagüé había sido levantado por los paraguayos luego de que un equipo paraguayo de excavación de pozos había encontrado una napa de abundante agua dulce, el descubrimiento se hizo el 27 de octubre. Días después, el 9 de noviembre de 1934, el Cuerpo de Caballería boliviano al mando del coronel David Toro logró desalojar del Fortín Yrendagüé al Segundo Cuerpo paraguayo al mando del coronel Rafael Franco. Hasta que lo vuelve a recuperar en la mañana del 8 de diciembre de 1934, en el día de la Virgen de Caacupé.
Historiadores no encuentran explicación lógica
Velázquez comentó que muchísimos estudiosos de la Guerra del Chaco no se explican cómo es que el coronel Garay, con 60 años, pudo caminar más de 70 km, con toda una división, con ese calor de diciembre, y al llegar pudo iniciar una batalla y recuperar el fortín. “De hecho, dicen que esa es la prueba de que existe la Virgen de Caacupé y de que jugó un partido a favor del pueblo paraguayo, es esta batalla en particular que se dio en su día solemne”, comentó.
En ese sentido, Velázquez señaló que la marcha de los militares paraguayos llevó un día y medio casi dos días, el día 6 de diciembre salieron de un punto llamado Estrella, y caminan estos kilómetros para dar un golpe. “La división militar que estaba al mando de David Toro, ni se imaginaba que los paraguayos iban a ser capaz de esta maniobra”, comentó.
Asimismo, señaló que el que ordenó esta misión casi suicida fue el entonces coronel Rafael Franco, y muchos calificaron hasta de irresponsable a Franco por haber mandado a hacer esta maniobra a pie a toda la 8va. división, porque había muchísimas probabilidades de que fracase esta acción. “De todas forma, fue algo que salió bien, y hoy se recuerda como una gran victoria”, concluyó.