Estudiantes que culminaron el 3er. año de la Educación Media y Bachillerato Internacional (IB) en el Centro Educativo Arambé (CEA), de Luque, lanzaron 21 birretes al cielo esta tarde, celebrando la culminación de la etapa escolar. Son en total 21 vidas transformadas a través de una educación de calidad, de alta exigencia y una fuerte formación en valores humanos.
Entre los estudiantes que culminaron esta etapa se encuentra Nathanael Silva, mejor egresado de la promoción 2021 de Arambé. Un chico humilde y dedicado a sus estudios, que pese a la difícil situación de la pandemia y las exigencias del IB, logró sortear todos los obstáculos y salir victorioso de los desafíos académicos que le fueron impuestos a él y a sus compañeros.
“Hoy estamos celebrando la culminación de la historia, la trayectoria de un grupo aquí en el Centro Educativo Arambé. Así que, como todo esto no salió de la nada, quisiera dar las más sinceras gracias: a Dios, porque estoy convencido de que por su gracia estamos aquí y que no nos abandonará; a los padres y seres queridos; a los profesores y no menos importante, a aquellos que pusieron su granito de arena, sea desde el área que sea, en nuestras vidas, y nos han ayudado a ser lo que somos ahora”, dijo durante su discurso.
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El destacado joven comentó que las exigencias no bajaron debido a la pandemia, tanto por parte de la institución como del Bachillerato Internacional, pero desde Arambé durante todo este tiempo supieron darles todas las herramientas posibles para encarar situaciones de todo tipo, en cuanto a valores, conocimientos y experiencias.
El mejor egresado se ganó el cariño y la admiración de todos sus compañeros. Nathanael, en comunicación con La Nación, comentó que ve a sus compañeros como hermanos. Cuando uno de ellos se encuentra en alguna dificultad, todos acuden a apoyar.
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“Pasamos por todo. Desde el comienzo, salieron compañeros, algunos repitieron y nos dejaron, otros que se nos unieron por las mismas razones, las situaciones de la vida que a algunos de nuestros compañeros los llevaron a tomar rumbos diferentes a los nuestros, la muerte de varios seres queridos, padres, entre ellos la especial y dolorosa pérdida de nuestro compañero Enrique y el profesor Elder, que estoy seguro que nos acompañan en nuestro día a día. Creo firmemente que estas cosas nos hicieron más unidos y conectados unos con otros”, dijo en su discurso.
Entre risas, lágrimas e interminables abrazos, los 21 jóvenes se despidieron para siempre de su etapa escolar para tomar vuelo hacia la universidad, al ámbito profesional y a la vida real. Nathanael anunció que se está preparando para ingresar a la universidad para estudiar mecatrónica, por su interés en la robótica en los clubes de Arambé.
“No es un hasta nunca, sino un hasta luego. Viendo este panorama, surgen miedos e incertidumbres, puesto que un gran abismo se impone ante nosotros, acerca de lo que es entrar en la vida adulta, pero más grande que eso está el deseo de crecer y ser más de lo que somos hoy”, dijo.
Del emotivo acto de graduación participaron todo el plantel docente, directivos y funcionarios del centro educativo, así como también los padres y familiares de los flamantes egresados. Además, estuvieron presentes representantes de la Fundación Ramón T. Cartes, quienes aplaudieron y reconocieron la labor docente que logró transformar la vida de estos 21 adolescentes.
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“Llévense el mundo por delante, tienen todas las habilidades, capacidades y los valores dentro suyo para conquistar lo que sus corazones anhelan. No desaprovechen esta oportunidad y ténganle siempre presente a Dios en cada paso que den para el bien de nuestro país y del mundo, porque yo estoy segura y convencida, así como todo el equipo de Arambé, que nuestro futuro como país está en manos de ustedes”, fue el mensaje de Catherine Chauvel, directora general del CEA para los graduados.
Por su parte, Laura Vargas, directora académica de la institución, no dejó de emocionarse al presenciar la graduación de sus alumnos, a quienes vio como sus hijos a lo largo de estos 13 años en los que estos alumnos dejaron parte de sus vidas en las aulas, pasillos, canchas y en las charlas entre alumnos y docentes.
“Son nuestros hijos, los vemos así porque los vimos crecer desde muy pequeñitos, acompañamos paso a paso sus avances, y de verdad, nos llena de orgullo verlos completando una etapa tan importante como lo es la Escolar Básica. Ahora emprenden vuelo hacia otros desafíos y oportunidades a nivel académico, pero siempre estaremos con ellos apoyándolos en su formación tanto académica como en valores”, señaló Vargas.
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