Esta semana, desde el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) dieron a conocer el informe denominado “Trabajo Doméstico no Remunerado”, que trata de la participación tanto de mujeres como hombres en el mercado laboral y en los hogares. El trabajo no remunerado engloba los cuidados y mantenimientos del hogar, demostrando la desigualdad que genera el mercado laboral.

A lo largo de la vida existen dos maneras de evaluar el ciclo económico de las personas, que son la suma de los ingresos y el consumo, pero solo se considera el trabajo remunerado en el mercado, que incluye a los asalariados, personas que tienen su negocio propio, etc. Los niños y los adultos mayores consumen más de lo que producen, ya que deben ser mantenidos por sus familias, padres, programas del Estado, entre otros.

“En este ciclo económico es donde encontramos que los hombres tienen un superávit mayor, que quiere decir que ingresan más de lo que gastan durante un periodo que va desde los 26 hasta los 62 años y las mujeres tienen un déficit en todo su ciclo económico, en teoría consumen más de lo que producen, pero no está considerado el trabajo no remunerado”, explicó en contacto con La Nación Rocío Galiano, representante nacional de UNFPA.

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Explicó que el trabajo no remunerado incluye los trabajos domésticos y el cuidado de personas en el hogar (niños, adultos mayores o personas con discapacidad) y que con el informe dan valor a este trabajo si uno lo tuviese que pagar, cortando la brecha de diferencia citada más arriba entre hombres y mujeres.

“Se le dio un valor económico a ese tiempo destinado al hogar, asignándoles un valor de referencia de cuánto costaría estas tareas. Si consideramos estas cargas no remuneradas, a cualquier edad las mujeres trabajan más en término de tiempo, pero al asignarle ese valor económico encontramos un superávit entre los 26 a 54 años de las mujeres, con lo cual se reduce esa brecha entre hombres y mujeres”, confirmó.

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Aportan un 17% al PIB

Resaltó que al agregarle un valor económico al trabajo no remunerado se puede relacionar con el Producto Interno Bruto (PIB) que es riqueza que produce un país. “Donde se ve que este trabajo no remunerado es casi una cuarta parte del PIB que sería el 22,4% que están generado en un 76% por las mujeres que son las responsables del 17% y el hombre del 5,4%. Acá vemos la gran desigualdad que existe entre hombres y mujeres en cuanto a las tareas no remuneradas”, refirió.

Galiano agregó que todo esto significa que las mujeres por la gran carga que tienen, que es el tiempo, tienen menor posibilidad de insertarse en el marcado laboral o trabajo remunerado, porque tienen que dar cuenta de todo este trabajo no remunerado. “Esto significa que se insertan, lo hacen más tarde, con trabajos remunerados con menor valor, peores condiciones laborales, más precarios y que también postergan sus propios proyectos personales. Todo esto ocasiona una mayor brecha de desigualdad”, ratificó.

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Medidas para reducir las brechas de desigualdad

La profesional manifestó que una de las primeras medidas a ser implementadas es la redistribución de esa carga de trabajo en los quehaceres domésticos dentro del hogar. “Redistribuir con los miembros del hogar, con la pareja o las personas que habitan la casa. Es una manera en que se equilibran las condiciones para que todos tengan las mismas oportunidades”, aseguró.

En tanto que desde las políticas públicas, una de ellas aún está pendiente en Paraguay y es la “Política de cuidado” que ya fue propuesta al parlamento, de asumir esa responsabilidad compartida de los cuidados en esas etapas de la vida ya sea mediante incentivos, licencias, racionalizar y de profesionalizar el mercado del cuidado que se convertiría en una oportunidad laboral para las personas.

“Que involucre tanto al Estado como al sector privado y a la sociedad, que dé cuenta de cómo nos hacemos cargo de las personas en las etapas de la vida que requieren cuidados. Porque todos pasamos en alguna etapa de la vida de mayor dependencia e independencia cuando somos niños y adolescentes, generando ingresos somos más independientes, pero cuando nos acercamos a la tercera edad volvemos a requerir atención”, afirmó.

Galiano también habló sobre una política de igualdad que se debe reconocer y estimular sobre esas cargas de tareas de las mujeres en los hogares. “La misma política de empleo, cuántas mujeres jóvenes hoy no se están pudiendo integrar en el marcado laboral por esta carga de tareas no remuneradas y esta es una pérdida del país en su desarrollo. Las políticas de educación también pueden aportar, el Ministerio de Educación plantea extender la jornada escolar que podría dar la oportunidad a las mujeres en el mercado laboral”, señaló.

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El informe “Visibiliza el valor del tiempo: el trabajo no remunerado en los hogares y su incidencia en el desarrollo del Paraguay” es resultado de una iniciativa impulsada por el Sistema de las Naciones Unidas en Paraguay, a través de la coordinación local del Fondo de Población de las Naciones Unidas, conjuntamente con el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade, división de población de la Cepal) para la coordinación técnica y con la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social de la Presidencia de la República del Paraguay (STP) a nivel gubernamental.







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