Uno de los principales atractivos de la ciudad de Areguá, capital del departamento Central, es su playa que hace unos meses volvió a abrir sus puertas tras el cierre debido a restricciones sanitarias por la pandemia del COVID-19. Poco a poco va recibiendo cientos de visitas pero el sitio no se encuentra en óptimas condiciones, su encierro derivó a su abandono por mucho tiempo y los funcionarios del municipio anunciaron que se pondrá a punto para la temporada alta.
El muelle de la playa de Areguá, escenografía de cientos de sesiones de fotos, actualmente se encuentra en una calamitosa situación, su pasarela de madera es alimento de termitas y muchos de los tablones se están quebrando y despegando de la base, por lo que representa un peligro para los visitantes. Urge un mantenimiento completo para esta icónica estructura de madera.
Otro de los sitios en pésimas condiciones de este lugar es su parque de diversiones, que lejos de convertirse en entretenimiento para los niños es un gran peligro. Las calesitas, toboganes y hamacas de madera se encuentran totalmente destruidos, el arenal que ofrece la cancha contigua al parque salva la situación, los niños se trasladan hacia esa zona para jugar. Siempre y cuando esté libre de deportistas.
La zona de la costanera utilizada para las caminatas y trotes tiene un buen aspecto pero los visitantes se quejan de zonas con altas malezas que provocan la proliferación de mosquitos. Mientras que en el área de la “playa”, donde no existe arena en la orilla, crecen las malezas y camalotes que si bien no es apta para bañistas, ni siquiera se puede caminar por su orilla debido a la suciedad.
“Se ve muy descuidado, recién se están limpiando. Están estropeados el parque, los camineros, por lo visto por la pandemia quedó abandonado. No me animaría a bañarme, de hecho que está prohibido todavía y para empezar hay que entrar mucho y está muy sucio. Tampoco hay vallas de seguridad. No pienso meterme”, señaló Mónica Rojas, una lugareña que se disponía a realizar su caminata diaria con su familia.
Por su parte, la familia Bedoya López, vecinos de Areguá, ya que viven en Luque, visitaron la playa de Areguá donde compartieron un picnic familiar, elogiaron el predio de la playa municipal y llegaron hasta el lugar para deleitarse con los paisajes y a relajarse bajo los árboles que ofrecen buena sombra en horas de la calurosa mañana de verano.
“Yo soy de Luque, vinimos con mi familia a pasar el día. La plaza en sí de la playa municipal es muy linda, pero la playa está muy descuidada, es evidente que le falta cuidado porque no tendría que estar en este estado. Tenía que haberse mejorado durante el tiempo que se cerró, aprovechar eso para embellecer el lugar y no abandonarlo así, por lo menos para que la gente pueda acercarse un poco más”, indicó Bienvenido Bedoya, quien junto a su familia visitó la playa.
Respecto a la situación de este espacio público, Luis Castillo, administrador de la playa municipal, explicó que el intendente interino Julio Trinidad, quien asumió tras la renuncia de Denis Torres, fue quien ordenó la apertura de la playa municipal de Areguá sin antes ponerlo en condiciones. Sin embargo, Torres, en su anterior periodo y durante la pandemia, cerró el lugar y no aprovechó para mejorarlo, al contrario, quedó a su suerte y ahora, los visitantes notan esta lamentable situación.
“Estamos trabajando con el gobierno que se instaló recientemente, hace dos semanas recién empezó el nuevo gobierno de Denis Torres, intendente reelecto de Areguá, la playa se habilitó justamente cuando él estaba renunciante en campaña y ahora estamos de lleno tratando de mejorar en tiempo récord para la comodidad de la gente”, señaló Castillo, justificando la inoperancia en el cuidado de este hermoso espacio municipal.
Agregó que tanto el parque infantil así como la piscina municipal son las dos prioridades para la administración en esta temporada alta, por lo que prometió que en dos semanas más, se tendrían estos espacios en buenas condiciones para recibir a los visitantes.
La entrada a la playa municipal tiene un costo de G. 1.000 para el peatón, G. 3.000 para motocicletas y G 7.000 para vehículos, el fin de semana pasado el lugar fue visitado por más de 1.000 personas y lo recaudado en entradas es destinado a la municipalidad y no para el cuidado de la playa.
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