Actualmente se registra un aumento de consultas por enfermedades renales en coincidencia con la disminución de casos de COVID-19 en el país, según explicó el Dr. Marcos Martínez, Nefrólogo del Departamento de Nefrología de Adultos del Hospital de Clínicas.
La insuficiencia renal o enfermedad renal es la disminución o pérdida las funciones del riñón y dependiendo del tiempo de evolución se pueden clasificar en insuficiencia renal aguda o enfermedad renal crónica, si el tiempo de evolución es menor o mayor a tres meses, respectivamente.
“Hablamos del síndrome post-COVID cuando hay persistencia de signos y síntomas clínicos que surgen durante o después de padecerlo. Permanecen más de 12 semanas y no se explican por un diagnóstico alternativo. El COVID-19 se asocia con un mayor riesgo de secuelas que involucran sistemas de órganos pulmonares y extrapulmonares, lo que se conoce como COVID prolongado”, dijo el profesional médico.
En ese sentido se debe tener en cuenta que los riñones son órganos muy afectados por el COVID, lo que ocasiona un incremento en pacientes que superaron la patología tanto en las formas graves, como en los casos leves de coronavirus que fueron tratados de manera ambulatoria.
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Señalan que para prevenir estas complicaciones es importante consumir una buena cantidad de agua, evitar la automedicación, mantener las cifras de presión arterial y glicemia (azúcar en la sangre) en valores normales y evitar hábitos tóxicos como el consumo de tabaco o consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
Martínez recalcó además que acudir a las consultas de control con un médico tratante es fundamental para un diagnóstico temprano, a fin de evitar ciertas complicaciones y poder tomar las medidas terapéuticas inmediatas, para no llegar a las fallas renales graves que pueden requerir intervenciones más complejas como la internación o diálisis.
“El riesgo de falla renal está incrementado y por tal motivo debemos incluir una analítica de la función renal en los controles y seguimientos por consultorio. El riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica es todavía mayor en aquellas personas portadoras de patologías de base como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial”, expresó Martínez.