“Hubo gente que con mucho dolor sentía la oportunidad de soltarle (a un ser querido fallecido) y a nosotros nos dio un gran compromiso”, comentó la artista Daniela Vega, del taller Todo Mosaico, que dirigió el proyecto surgido para homenajear a las víctimas del COVID-19 y que se materializó en un mural instalado en el Ineram, cargado de un gran simbolismo.
“Este mural es muy significativo para nosotros, representa a los que partieron, se nos adelantaron, y no queríamos dejar pasar este momento para honrar sus vidas”, dijo el doctor Felipe González, director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente “Juan Max Boettner” (Ineram), en el descubrimiento del mural, celebrado el jueves pasado.
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“Quisimos hacer un homenaje y creímos que los ángeles eran los más adecuados. Hicimos dos alas grandes de un metro y cuarenta más o menos, cada una, con un total de 3.500 piezas. Las hicimos con el equipo del taller, con mis alumnas e hicimos una convocatoria para la gente que ha perdido familia y les enseñamos a hacer mosaicos”, explicó la artista.
El proyecto, en que colaboraron 15 muralistas y participaron casi 150 familiares que perdieron a un ser querido a causa del coronavirus en este centro de referencia de la pandemia, cuenta con alitas creadas en mosaico que llevan los nombres de los homenajeados, y que cubren ambos lados del mural, cerca de la gruta de la Virgen, en el patio del Ineram.
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