Cada 29 de octubre se recuerda el día mundial del ACV, ictus o derrame cerebral, que es una enfermedad grave de terribles consecuencias. Refieren que es la tercera causa de muerte a nivel mundial y la primera de discapacidad en el adulto. Es una enfermedad frecuente y se estima que 1 de cada 4 personas sufrirá un ACV a lo largo de su vida.

El ACV es una afectación de la circulación cerebral y hay 2 tipos: hemorrágico e isquémico. “El hemorrágico es cuando una arteria dentro de la cabeza se rompe y sale sangre, y el otro, más frecuente, es el isquémico con el 85% de los casos. Este se produce cuando un coágulo tapa una arteria y no deja pasar más la sangre, por lo que esa parte del cerebro, que estaba siendo irrigada por la arteria, deja de recibir sangre y por ende oxígeno, la persona sufre y finalmente muere si no se vuelve a abrir”, explicó a La Nación, el neurólogo Ricardo Mernes, de la Unidad de ACV del Hospital de Clínicas.

Reiteró que el ACV es un coágulo que tapa la circulación, provoca isquemia o infarto, lo que se conoce como isquemia cerebral o infarto cerebral también. Destacó que es importante el reconocimiento rápido de los síntomas y que es una enfermedad que tiene tratamiento, pero que este depende del tiempo. Señaló además que lo importante es saber que el ACV es a consecuencia de los factores de riesgo.

Dr. Ricardo Mernes de la Unidad de ACV del Hospital de Clínicas. Foto: Gentileza.

Factores de riesgo

“Existen factores como la hipertensión arterial, la diabetes, la dislipidemia (colesterol elevado), el consumo de tabaco, la obesidad y el sedentarismo, entre otros, que aumentan el riesgo de padecer un ACV. El correcto control de estos factores constituye la clave de la prevención primaria”, remarcó.

Estos factores favorecen la aparición de un ACV, pero se los puede controlar y así disminuir el riesgo de sufrir un ACV en un 80%, citó Mernes y enfatizó que el ACV tiene tratamiento, con la salvedad de que hay que actuar lo más rápido posible. “Dentro de las primeras cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas”, precisó.

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“Una vez que se produce el ACV, existe un tratamiento. En estos pacientes se puede administrar un remedio por la vena para tratar de diluir ese coágulo y que vuelva a pasar la sangre. El problema es que tenemos un tiempo límite para poder administrar ese remedio y es de 4 horas y media. De ahí la importancia de que una vez que se inician los síntomas se acuda lo antes posible a un servicio de urgencias o se llame al 141. Nosotros desde la Unidad de ACV del Hospital de Clínicas coordinamos un código ACV extrahospitalario con el SEME, servicio de emergencias médicas extrahospitalarias”, comentó.

Indicó que cuando una persona tiene un ACV y va a algún hospital público en el Área Metropolitana, la Unidad de ACV de Clínicas es contactada inmediatamente. Si el paciente es candidato a recibir ese tratamiento, se ordena su traslado inmediato a la unidad y es tratado. Este código está en vigencia desde el 2016.

Síntomas

Igualmente, Mernes manifestó que lo que la gente debe saber es que los síntomas empiezan bruscamente, de un momento a otro. La persona estaba bien y de repente presenta por ejemplo una desviación de la boca hacia un lado, debilidad de un brazo, una pierna o de todo un lado del cuerpo, la dificultad brusca para hablar o trastorno brusco de la visión, son síntomas que sugieren un ACV.

Si alguna persona presenta bruscamente alguno de los síntomas citados debe acudir sin demora a un servicio de urgencias o llamar al 141 (número del servicio médico extrahospitalario SEME).Para ganarle al ACV debemos actuar con velocidad, porque cada minuto cuenta y ganarle al ACV es responsabilidad de todos.

La identificación rápida de los síntomas es fundamental para que el paciente llegue a tiempo y se pueda beneficiar del tratamiento.

Parte del equipo de la Unidad de ACV del Hospital de Clínicas. Foto: Gentileza.

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Edad

Así también, el neurólogo dijo que el ACV se puede dar a cualquier edad pero es mucho más frecuente por encima de los 75 años. “Ahora estamos teniendo pacientes un poco más jóvenes. Es excepcional en niños pero también se puede dar. Es una enfermedad de las personas mayores de 75 años, es mucho más prevalente, un 75% de los ACV se da a partir de esa edad, pero se puede dar cada vez en personas más jóvenes”, apuntó.

Por último, pero no menos importante, refirió que un factor a tener en cuenta es si los padres tuvieron un ACV siendo jóvenes, ya que eso representa un factor de riesgo. Pero si tuvo a los 80 años, es más o menos esperable a esa edad, no hay un factor genético que influye. Aseguró que a medida que tenemos mayor edad, más chance tenemos de sufrir un ACV.

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