Este lunes, pobladores de Barrio Obrero de la ciudad de Asunción denunciaron que el local de un conocido exminimarket –cadena que había cerrado el año pasado– ahora se transforma en guarida para malvivientes y adictos. Los pobladores temen por su seguridad, ya que son víctimas de la inseguridad a toda hora.

Esta sería una de las tantas denuncias que se suman a los locales abandonados por sus propietarios, quienes cierran sus negocios y ya no vuelven a ver en qué condiciones se encuentra la propiedad actualmente. Hoy, los vecinos de Barrio Obrero lamentan el total desinterés por parte de los dueños y la Policía Nacional.

El local se encuentra ubicado sobre las calles Nuestra Señora y Chiang Kai-shek del citado barrio, a metros de una caseta policial que solo funciona durante el día, pero que tampoco ofrece la seguridad que merecen los pobladores o transeúntes, según la denuncia.

Un vecino de la zona se animó a denunciar públicamente y comentó que meses después de haber cerrado los delincuentes rompieron las puertas y se encargaron de llevar todo lo que se pueda vender del lugar, además lo convirtieron en su aguantadero por las noches.

“Entran los drogadictos especialmente a la noche y hacen de las suyas”, detalló el hombre en canal GEN y Universo 970. Aseguró que la policía no le da importancia a las denuncias. Además que casi todos los días son víctimas de los adictos, especialmente los que circulan a partir de las 18:00.

“Ellos (la policía) solo están de día y de noche ya se van. Yo vivo acá cerca, circulo mucho por esta zona y nunca están por las noches”, puntualizó muy preocupado. Aseguró que un tiempo después de cerrar la gente empezó a entrar al local y se llevaron todas las cosas.

“Se llevaron las puertas y ahora los pisos. Así como los equipamientos para enfriar los productos, aire acondicionado, bebidas y comestibles. Los dueños cerraron y dejaron todo ahí, por un tiempo estuvo intacto, después ya empezaron a saquear”, refirió.

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Así también, vecinos y trabajadores que se encuentran en inmediaciones del exsupermercado ubicado en el centro mismo de la ciudad de Capiatá sobre la ruta PY02 denunciaron que el local está en total estado de abandono. Además, sirve de aguantadero para los adictos y delincuentes de todo tipo. Las personas temen por su seguridad.

Según detallaron los vendedores y transeúntes, ellos solo pueden permanecer en las inmediaciones del local hasta cierta hora, ya que luego llegan los famosos “chespiritos” para apoderarse de la zona. Estos rompieron las puertas con la intención de poder ingresar sin problemas, denunciaron. Hasta ahora nada se sabe de los propietarios del lugar.

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