Un nuevo trasplante renal fue realizado por el equipo de trasplante del Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA). Se trata de un paciente pediátrico de 17 años de edad, quien después de dos años de hemodiálisis recibió una nueva oportunidad de vida.
El hecho se concretó gracias a la decisión de sus padres sobre la donación de órganos y la valentía de su papá, quien concedió uno de sus riñones. Con esta intervención, el Departamento de Nefrología Pediátrica del citado nosocomio registra su 15º trasplante renal, sumando a su vez esperanzas y luchando para que todos los pacientes pediátricos en lista de espera puedan recibir el tratamiento adecuado y oportuno para mejorar así su calidad de vida.
Según el informe médico, ambos, receptor y donante, se encuentran en buen estado. El receptor, quien va evolucionando positivamente, permanecerá por una semana en sala de terapia intensiva pediátrica debido a que los cuidados posquirúrgicos son fundamentales; luego pasaría a sala de recuperación del Departamento de Nefrología Pediátrica.
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Al respecto, la profesora y doctora Leticia Florentín, jefa del departamento, comentó que el paciente padecía de una patología congénita llamada síndrome de Alport, la cual fue diagnosticada debido a que su hermano menor había presentado manifestaciones en la orina. Debido a esto se realizó una evaluación del historial familiar, en donde los estudios arrojaron que el pediátrico de 17 años ya se encontraba con enfermedad renal crónica y para ingreso a hemodiálisis.
“Esta enfermedad, por lo general, tiene pocos signos o síntomas, entonces puede avanzar y avanzar, que es lo que pasó con este paciente, y cuando vino a consultar ya estaba con enfermedad renal crónica para entrar a hemodiálisis”, mencionó.
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La profesional comentó que de eso ya hace dos años, ya que el paciente llegó hasta el hospital en el 2019. “Cuando le expusimos la posibilidad de trasplante a sus padres, sin dudar ambos se ofrecieron; entonces se realizaron los estudios a los dos porque son los más parecidos genéticamente, y se evaluó quién se encontraba más apto y fue el padre quien, decidido, ingresó al quirófano para donarle uno de sus riñones a su hijo”, refirió.
Indicó que el equipo multidisciplinario que realizó esta intervención estuvo integrado por cirujanos vasculares, urólogos, nefrólogos pediátricos, anestesiólogos e instrumentadores quirúrgicos.
Nefrología pediátrica
Actualmente, el departamento registra 8 pacientes en hemodiálisis y uno en diálisis peritoneal. Ellos, a su vez, conforman la lista de espera para trasplante renal. También están los pacientes renales crónicos que solo reciben tratamiento médico, debido a que todavía no requieren de hemodiálisis.
“Teníamos muchos más pacientes, pero las cifras bajan porque se van trasplantando; también están los que no pueden ingresar a la lista porque están sensibilizados y un trasplante no es posible en su condición; estamos luchando para conseguir todo el tratamiento correspondiente, que debemos mencionar es muy costoso”, agregó.
Florentín dijo que el tratamiento implica una preparación de meses previos al trasplante para poner al paciente en condiciones, y las limitantes siempre son las económicas porque esto implica numerosos estudios, tanto para el receptor como para el donante vivo. Aseguró que, a pesar de eso, no decaen, sino que van a seguir trabajando y poder ofrecer a cada niño un tratamiento a su enfermedad.