Hace seis meses, un menor de solo 11 años fue víctima de un desafío de TikTok del que participó con otros niños que no midieron las consecuencias que podría traer. El menor estuvo internado y sigue un tratamiento bastante doloroso y costoso para poder recuperarse de quemaduras que recibió a consecuencia del “Fire Challengue”.

Hoy, la familia que vive en Luque pide ayuda para que el niño tenga la posibilidad de seguir con su tratamiento y que las cicatrices que le ocasionaron las quemaduras sean solo un mal recuerdo. “Durante seis meses quedé callada, pero esto no se merece pasar ninguna familia paraguaya. Ninguna mamá y ningún papá”, dijo Jeniffer, madre del menor.

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Explicó que durante este tiempo investigó en qué consiste el desafío del “Fire Challenge” y que cuenta con tres etapas. La primera es realizar un dibujo con el alcohol y encenderlo. “En ese entonces se tuvo que llamar a los bomberos para controlar el fuego porque el desafío se salió de control”, apuntó.

La segunda, otra figura en el espejo con la misma acción y la tercera, prender fuego a una persona. “El alcohol era al 70%, que usamos en la casa. Jugando le rociaron a Rafaelito en las piernas, luego encendieron un fósforo y metieron dentro de la botella, luego esa botella cayó y explotó hacia mi hijo”, detalló la madre.

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Afirmó que el vuelco de la botella hizo que el menor sufra quemaduras en las manos, antebrazos y parte posterior de la pierna, donde las quemaduras fueron más fuertes. Al sentir las llamas corrió y se lanzó a un charco de cloaca, tratando de apagar el fuego y logró esto, pero a la vez hizo que bacterias del agua sucia agraven su situación después.

Resaltó que muchas personas se encontraban en el lugar y vieron lo sucedido, posterior a esto, el pequeño corrió hacia su casa, donde su madre lo vio con piel colgando de las heridas. Por lo que lo trasladaron hasta el Hospital del Quemado, donde quedó internado y recibió injertos de piel como tratamiento.

Vende medialunas para tratamiento

La mujer instó a los padres y madres a que hablen con sus hijos sobre estos desafíos que pueden inclusive segar la vida de los chicos. Relató que, en la plaza, la semana pasada pasó nuevamente algo similar, esta vez hubo una explosión y echaron el tobogán. “Dos de los padres de los menores que participaron del desafío se acercaron para pedir disculpas y ofrecernos toda la ayuda. Me ayudan con la venta de medialunas y me compran agua”, apuntó.

Actualmente, Jennifer vende medialunas y otros productos en un quiosco del barrio Santa Cruz de Luque, para poder costear el tratamiento de su hijo y el de ella, que padece de una enfermedad crónica en los riñones. Las personas que deseen ayudar con giros o comunicarse para ayudar de alguna manera, pueden hacerlo al número 0983 356-031.







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