El abuelo de la menor desaparecida en la ciudad de Emboscada cuestionó este viernes la absolución del padrastro de nacionalidad alemana. Destacó que la familia sigue con la esperanza intacta de encontrar a la niña, de quien nada se sabe desde el 15 de abril del 2020.
“No estoy de acuerdo con la absolución del señor (padrastro) porque sigue siendo el principal sospechoso. Tenemos en puerta otro juicio por pornografía infantil y ojalá que el tribunal no priorice la plata y haga justicia esta vez”, manifestó el abuelo de la menor en comunicación con la radio 1080 AM.
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Sostuvo que para él la situación es muy complicada porque su hija, la madre de la niña, fue condenada a seis años de cárcel por abandono y violación del deber del cuidado, pero “se veía venir y ahora ya nada se puede hacer”. Lamentó también la falta de información sobre la menor.
Mencionó que es inentendible cómo su hija fue condenada y el padrastro absuelto por el caso de abandono, por lo que considera una injusticia la decisión del Tribunal de Sentencia de la circunscripción de Caacupé. A su criterio, todos los jueces deben recapacitar tras la determinación tomada en el caso.
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“No solamente mi hija debe recapacitar, sino todos los integrantes del tribunal que dieron la absolución, pero tenemos esperanza, vamos a seguir buscando a la niña, completar los otros juicios que faltan y ojalá que tengamos suerte. Encontrar a la niña para mí es la prioridad para poder dormir tranquilo, queremos llegar a ella”, agregó el abuelo.
Un Tribunal de Sentencia condenó a la madre de la niña desaparecida en la ciudad de Emboscada a seis años de cárcel por abandono y violación del deber del cuidado y cumplirá la pena en el Buen Pastor. El padrastro fue absuelto por el caso de abandono, pero sigue teniendo una causa abierta por pornografía infantil. La Fiscalía había solicitado nueve años de prisión para la mujer y tres años para el ciudadano alemán.
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Imedic: fiscalía apeló leve condena de Patricia Ferreira y Nidia Godoy
Los fiscales Néstor Coronel y Luz Guerrero apelaron la leve condena de solo 4 años de cárcel de Patricia Ferreira y Nidia Godoy, representantes de la firma Imedic S.A.
Estas personas fueron juzgadas y encontradas culpables por los delitos de producción de documentos no auténticos y comercialización de medicamentos no autorizados por la falsificación de facturas de la firma Eurofarma. Esta empresa había permitido el ingreso de medicamentos de dudosa procedencia a nuestro país. Igualmente, se apeló la absolución del delito de asociación criminal.
Los representantes del Ministerio Público piden anular el fallo dictado por un tribunal de sentencia y a su vez que se realice un nuevo juicio oral atendiendo a la gravedad del presente caso y a la participación de las condenadas en el suceso. Del mismo modo, la fiscalía apeló la absolución de culpa y pena del despachante de aduanas Néstor Ramírez, quien también estuvo sentado en el banquillo de los acusados.
Los fiscales sostienen que se violó abiertamente los principios de razonamiento adecuado debido a que el tribunal de sentencia resolvió absolver a los tres procesados en el marco del hecho acusado de asociación criminal. Igualmente, señalaron que existe falta de fundamentación en cuanto a la pena de 4 años de cárcel para Ferreira y Godoy.
Durante la exposición de sus alegatos finales, el Ministerio Público solicitó para Patricia Ferreira la pena de 7 años de cárcel; para Nidia Godoy, 6 años de pena privativa de libertad y para el despachante Néstor Ramírez, la pena de 3 años de cárcel.
Los fiscales mencionaron que los acusados jugaron con la salud de la ciudadanía. Igualmente, los representantes del Ministerio Público sostienen que se comprobó que los acusados falsificaron facturas para que puedan ingresar medicamentos a nuestro país sin los controles correspondientes.
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Régimen cerrado es clave para dar estabilidad al sistema penitenciario, afirman
Actualmente son dos los centros penitenciarios en los que está habilitado el régimen cerrado, ellos son el penal Martín Mendoza de Emboscada y el de Minga Guazú, a donde se destinan a las personas privadas de libertad con alto perfil criminológico y guardan reclusión en celdas individuales, sin contacto con los demás.
“El régimen cerrado especial es necesario para mantener o tratar de mantener la calma y demostrar el interés del Estado porque cambien las cosas dentro del sistema penitenciario que tan golpeado estuvo dentro de los últimos tiempos”, expresó Víctor Benítez, viceministro de Política Criminal a la 650 AM.
Mencionó que a casi un año de la implementación de este régimen, varios representantes legales han accionado apuntando a que sus clientes pasen al régimen ordinario, pero de acuerdo al entendimiento del Poder Judicial, este sistema especial se adecua a las normas vigentes y es necesario para el ordenamiento penitenciario.
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“En el régimen cerrado especial hay una capacidad para 82 personas de alto perfil, son celdas individuales, está destinado para aquellos con altas condenas o ligados al crimen organizado, personas que no se adecuan al sistema ordinario o que dentro del mismo son líderes dentro de esa penitenciaría y tienen a un grupo importante alrededor”, detalló.
El viceministro señaló que las personas de alto perfil no demuestran una predisposición a cumplir con los reglamentos de un centro penitenciario, por lo que son destinados a dicho régimen hasta que ellos mismos puedan tener las características para formar parte del régimen ordinario. Benítez indicó que se realizan evaluaciones por el organismo criminológico para determinar si son aptos o no para cambiar de régimen.
“Creo que para cualquier persona sería duro, más todavía para ellos que hacían lo que querían, seguían con sus operaciones desde las penitenciarías, estas personas nunca demostraron interés en dejar de cometer hechos punibles”, recalcó. Cabe destacar que la capacidad de reclusos de los dos centros es para 1.237 personas y cuentan en total con ocho pabellones.
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Una comunidad pesquera que rema en busca de un mejor porvenir
- Por Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos. Jorge Jara
La isla Banco’i está situada a 47 km del casco urbano del distrito de Arroyos y Esteros, en el departamento de Cordillera. Si bien está localizada a menos de 80 km de la capital, en la práctica se encuentra más aislada que muchos sitios más remotos del país. Un equipo de La Nación/Nación Media realizó una expedición a esta maravilla de la naturaleza que alberga a humildes familias campesinas, que con dignidad luchan por un mejor mañana en medio de austeras condiciones de vida.
A la altura del kilómetro 50 de la ruta PY03 torcemos el rumbo hacia la izquierda y atravesamos sucesivamente unos 10 portones hasta llegar a la estancia Olivares. Allí nos recibe Arturo Alvarado, propietario de la Estación Puerto Olivares, un complejo turístico medioambiental cuyas instalaciones tienen motivos vinculados a los ferrocarriles y que brinda distintos tipos de servicios recreativos a los visitantes.
Nos munimos de abundante agua fría y nos dirigimos al puerto, donde ya nos estaba aguardando Ever Martínez, un hombre de poco más de 30 años curtido por el sol, con su canoa amarrada al lado de la balsa en la que el sitio turístico ofrece paseos a los visitantes.
Si bien lacónico, Ever es de trato afable y por breves intervalos hasta algo conversador. Durante el lento avance nos cuenta que es originario del islote, donde también nacieron sus padres, además de otros pormenores de la vida diaria en medio del semiaislamiento. Esta recluida comunidad está compuesta de 21 familias, que totalizan unas 70 personas, cuya principal actividad es la pesca, la pequeña agricultura y la cría de ganado menor.
DELTA
Tras casi una hora de travesía, llegamos al extremo de esta isla de unas 600 hectáreas bañada por las aguas de los ríos Manduvirá, Yparaguaymi y Paraguay, donde estos dos últimos cursos se cruzan en el delta sin mezclarse manteniendo sus respectivas tonalidades, más oscuro el uno y más blanquecino el otro.
Desembarcamos en el banco de arena donde cazaban los mbiguá y las garzas mora para hacer unas tomas. A lo lejos se observa unas vacas pastando. Cuando le pregunto sobre la demanda más inmediata que tienen los habitantes, Martínez dice que “ko veda aja heta gente oikotevê peteî ayudita’i. Oî gente imboriahúva ha heta ifamilia ha oikotevêva porque ko veda-pe ndocobrái como pescador porque reimeva’erã asociado ha repagava’erã 100.000 por año. La mayoría ko ndaikatúi opaga umía. Ápeko tres o cuátronte ocobra kuri ha oî otros cuátro ocobráva por la tercera edad” (en esta veda mucha gente necesita un poco de ayuda. Hay personas muy pobres y que tienen muchos hijos, y necesitan, porque en esta veda no cobraron el subsidio como pescadores porque hay que estar asociado y pagar una cuota anual de 100.000 guaraníes. La mayoría no puede pagar eso. Acá cobraron solo tres o cuatro y otros cuatro cobran la pensión a la tercera edad).
De manera inmediata hace la salvedad de que “chéko gracias a Dios areko peteî almacen’i che tio ndive ha péicha aaguanta la 45 días ha aipytyvõ avei che rapichakuérape ha ambodeve chupekuéra. Ápe ko nde remaña ha ha’ete ku entero iporãmbáva, ndaha’éi ko péicha hyepýpe. Che añandu la che vecino pyapy mba’éicha hína” (yo gracias a Dios tengo un pequeño almacén con mi tío y así aguanto los 45 días y también les ayudo dándoles fiado. Acá vos mirás y parece todo muy lindo, pero no es así allá adentro. Yo siento cómo es la preocupación de mis vecinos).
Si ya de por sí la pesca encierra un fuerte componente de azar, con la veda y la bajante de los ríos la economía de subsistencia se hace aún más estrecha. A más de ello, el descenso de las aguas ha profundizado el aislamiento, pues en algunos tramos del río Manduvirá es preciso encharcarse los pies para bajar y empujar las canoas a través de las piedras. En ciertos trechos el curso se troca en una senda pedregosa que proyecta la imagen acabada de la isla rodeada de tierra de la que hablaba nuestro escritor supremo.
Actualmente el único punto desde el cual el trayecto a la isla es cien por ciento navegable, incluso para pequeñas embarcaciones, es la estancia Olivares. Esto convierte a este sitio en parada obligatoria para cualquier expedición, así como para los macateros que surten a la ínsula de los productos básicos necesarios.
LA ESCUELA
Luego retornamos aguas abajo para casi a mitad de camino hacer escala en la escuela, donde arribamos cerca del mediodía. Bajo el “sopor de la siesta calcinada” los niños jugaban a la pelota con los pies descalzos. Una límpida bandera paraguaya flamea aletargada en la cúspide del mástil.
En la Escuela 10260 Isla Banco’Yparaguaymi nos recibe su director, unidocente y licenciado en Guaraní, Agripino Acosta, quien vive en Arroyos y Esteros y llega los lunes a la comunidad para permanecer durante toda la semana en la más completa soledad luego de que los niños retornan a sus casas. El maestro nos explica que la institución a su cargo alberga a un total de 13 estudiantes del primero al sexto grado, siete en el primer ciclo y seis en el segundo, en los turnos tarde y mañana, respectivamente.
El rasgo más predominante de los escolares es la timidez y el sacrificio, pues además del poco hablar algunos deben caminar diariamente hasta siete kilómetros para ir y volver de la escuela bordeando el río.
El principal pedido del maestro es la ampliación de los rubros docentes para poder brindar hasta el noveno grado, es decir, la totalidad de la educación primaria obligatoria y gratuita que manda la Constitución Nacional.
“Acá los chicos llegan hasta el sexto y ya abandonan sus estudios porque no quieren salir de su hábitat. Para terminar la primaria deben ir 30 km por el río hasta Itá Pirú, que remando aguas arriba lleva unas cinco horas de viaje”, señala Acosta, quien asegura que la ampliación hasta el noveno grado atraería a estudiantes de comunidades circundantes y se podría llegar a los cuarenta alumnos aumentando el plantel docente.
UNA VOCACIÓN
El profesor Agripino no oculta su angustia ante la apremiante situación y admite que a veces se siente tentado a arrojar la toalla, aunque de súbito recobra la energía para seguir bregando merced al profundo amor que tiene a su vocación. El docente añade que otra de las necesidades más urgentes que tienen es la energía eléctrica y agua corriente, pues algunos deben desplazarse de dos a tres kilómetros hasta el río para recoger el agua en bidones. No obstante, no se queja de la potabilidad del vital líquido que proveen los ríos circundantes asegurando que cualquier malestar asociado a beber de ellos es solo “psicológico”.
Otro de los pedidos es la extensión del almuerzo escolar hasta el mes de noviembre, pues la provisión acabó el pasado octubre y no se pueden racionar los insumos por falta de medios para refrigerarlos.
El maestro hace notar con orgullo que la escuela se encuentra impecablemente limpia, algo que asegura es de todos los días y no fue algo montado en ocasión de nuestra visita. Acosta apunta que esta rutina de aseo es una cuestión de vida o muerte debido a la gran cantidad de víboras y la falta de un puesto de salud para atender una emergencia de este tipo. Esta es otra de las razones por las que les urge la energía eléctrica para poder iluminar sus hogares durante las noches a fin de estar prevenidos ante el acecho de reptiles venenosos y otras alimañas.
LA EDUCACIÓN Y SUS PORQUÉS
Luego lo acompañamos al aula para el desarrollo de la rutina escolar. “Ma’erã ñande ja estudia” (para qué estudiamos), pregunta como preludio de la lección de matemática en la pequeña aula multigrado ornamentada con un retrato del papa Francisco, carteles del abecedario, fechas y algunas operaciones matemáticas elementales.
“Anive hagua ñanembotavy avavéa” (para que nadie nos engañe), responde uno de los más grandes con el sudor brotándole desde la frente y moviendo inquietamente sus polvorientos pies descalzos luego del partido de fútbol que rutinariamente precede a las clases. De hecho, esta es una de las principales razones que atrae a los chicos a la escuela, pues allí se guarda la única pelota que hay en toda la comunidad.
Acto seguido, alternando el guaraní y el español, empieza a impartir las lecciones de suma, resta, división y multiplicación aplicándolas al contexto real de las operaciones de venta y trueque de pescado y miel.
La temperatura máxima pronosticada para la jornada fue de 38 grados con una sensación térmica que holgadamente superaba los 40 grados. La ventana oeste escupe fuego al interior, mientras que la abertura este refresca levemente la salita transportando el microclima de los árboles sembrados hacia la fachada que da al río.
MENSAJE
Mientras nos vamos retirando para que pueda continuar con su clase, le pregunto si desea dar un mensaje final. Entonces Acosta desenfunda una carpeta en la que escribió un mensaje que tenía preparado y procedió a leerlo:
“Una mirada a la vida. Enseñar a ver y mirar es el gran desafío y el futuro de la educación. Queridos educadores, hemos anclado el barco de la escuela. Es hora de que nuestros niños y niñas naveguen sobre todo y ante todo en el mismísimo mar de la vida, no solo para estudiarla, sino sobre todo y ante todo para vivirla y gozarla, y después no olvidarse de nosotros los docentes.
Si nuestros niños y niñas desean conocer algo, no les demos la espalda ni los dejemos sin respuesta, y cuando llegue el fin de curso, que el año no sea un puerto aburrido de aguas estancadas y no olvidemos nunca cómo seremos en mares agitados.
Hay que enseñarles que el alcohol y las drogas son semillas de la muerte. La vida es el mayor don que Dios nos ha dado y por ser don de Dios está vinculado ineludiblemente al amor. Nuestra vida es fruto del amor, enseñemos con amor y seriedad, pero sobre todo con vocación, no por ocasión.
Rememos siempre hacia el bien y luchemos contra la corriente. Vendamos al mercado de la vida nuestra imagen de felicidad y lancemos en ella nuestros mejores frutos. De nosotros depende”.
A lo paraguayo porte, nos despedimos una y otra vez, pero seguimos charlando. El profesor Agripino insiste en que espera que esta no sea nuestra primera y última visita, tal como las promesas vacuas de cada lustro, por lo que me veo obligado a comprometerme a regresar.
Además de la humildad y la timidez, la escuela Banco’Yparaguaymi se caracteriza por su profunda devoción católica. Amén de las primeras letras y las operaciones matemáticas básicas, el profesor Agripino instruye en la fe, pues la misma precariedad de recursos hace que en muchas ocasiones no quede más opción que delegar algunas tareas a la buena de Dios.
CARIDAD
Antes de cerrar estas líneas, googleo sobre el significado de la caridad cristiana, que según la página oficial del Vaticano es la “virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios”.
Pienso entonces que –aunque no creo en Dios, amo a mi patria (¿y cuál es la expresión viva de esa entidad abstracta a la que llamamos patria si no quienes viven en ella?). Esto me hace concebir que sería un bello acto de humanidad y patriotismo ir el venidero Día de los Reyes Magos a obsequiar pelotas, útiles escolares, algo de vestimenta y calzados a estos pequeños compatriotas.
Después de todo quizás no todo está perdido o, en todo caso, como afirma Julio Cortázar, “nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo”.
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Triple choque en Sanber: jueza decretó prisión en la cárcel de Emboscada de Sanabria Vierci
La jueza penal de Garantía, Silvia Carolina Cáceres, decretó la prisión preventiva de Eugenio Sanabria Vierci, imputado por homicidio culposo y exposición al peligro en el tránsito terrestre por el accidente fatal que se registró en la ruta Luque- San Bernardino.
Sanabria Vierci pasará a estar recluido en la penitenciaria de Emboscada una vez que tenga el alta médica. Asimismo, los médicos del centro asistencial donde está internado el imputado deberán informar del estado de salud al juzgado cada 24 horas.
La resolución se dio a conocer luego de la audiencia de imposición de medidas cautelares, diligencia judicial llevada a cabo en el sanatorio privado.
La agente fiscal Zulma Benítez imputó por homicidio culposo y exposición al peligro en el tránsito terrestre a Eugenio María Sanabria Vierci, de 68 años, luego de que el mismo protagonizara un accidente fatal en el tramo de la ruta Luque-San Bernardino. Otro hecho grave fue que el autor del accidente dio positivo al alcotest con 0,622 mg/l de alcohol en sangre.
En el automóvil de la marca Kía Picanto viajaba una familia con cuatro integrantes, tres de ellos fallecieron. Las víctimas fatales fueron identificadas como Osvaldo Darío Jacquet Valdez, de 39 años; su esposa Kristin María Blumenröther, de 40 años, y un hijo de ellos de tan solo cuatro años.
La única que hasta el momento pudo sobrevivir al accidente es la otra hija de la pareja, de 8 años. La niña está internada luchando por su vida en el área de terapia intensiva del Hospital de Trauma. El tercer vehículo es un Hyundai HB20, que estaba al mando de Víctor Ariel Serafini Bobadilla, de 32 años, quien iba acompañado por Eliane Solange Pattender Chena, de 27 años, y Nancy Angeluz Chena Vallejos, de 57 años, quien falleció en el Hospital del Instituto de Previsión Social (IPS) Ingavi.