“El dulce encuentro” de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga, con sus seguidores y devotos de su pueblo paraguayo se dio en coincidencia con la llegada de la primavera y el Día de la Juventud, en el aeropuerto Silvio Pettirossi de Luque, donde se realizó una celebración eucarística como acción de gracias por la llegada de sus reliquias al país.
A las 7:45 aproximadamente arrancó la “caravana de la esperanza y la fe” que encabezó un carro de bomberos de Capiatá que llevó las urnas finamente diseñadas para que Chiquitunga descanse en el convento de las Carmelitas Descalzas de Asunción.
Cual si fuera una reina de la primavera y la juventud, los restos de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado pasean en un carro de bomberos totalmente ornamentado con flores, dignos de una reina que sale a saludar a sus seres queridos, tras ser elegida como la soberana de un certamen de belleza.
Muchos fieles aseguran que Chiquitunga estuvo sentada sobre la cabina del carro con una sonrisa de oreja a oreja y un rostro rozagante que siempre la caracterizó, saludando efusivamente al pueblo paraguayo en este “Dulce encuentro”, ya que en su momento escribió en sus cartas que le gustaría recorrer el territorio paraguayo y ahora ese sueño lo está cumpliendo siendo la beata de todos los paraguayos.
Sus devotos y seguidores la siguieron en un centenar de vehículos adornados también con coloridos globos y flores, como si fuese una fiesta primaveral su llegada al país, luego de tres años de permanecer en Italia, su llegada se retrasó debido a la pandemia del COVID-19 y las restricciones a nivel global.
El trayecto de la caravana empezó en la autopista Silvio Pettirossi de Luque, siguió por la avenida Aviadores del Chaco para llegar a la avenida San Martín, después iría por la avenida Nuestra Señora del Carmen hasta llegar al convento de las Carmelitas.
Durante todo el camino cientos de personas salieron a la calle con globos, flores, la bandera paraguaya y estampas de tamaño grande de Chiquitunga para saludar a la beata paraguaya, amante de las flores, especialmente de los jazmines blancos.
Chiquitunga es esperanza para el pueblo paraguayo en medio de una fuerte crisis que se encuentra viviendo el país debido a la economía y la inseguridad reinante, pero ya no tan golpeada por la pandemia en el sistema de salud. El pueblo religioso pide a María Felicia interceder por Paraguay en estos tiempos difíciles.
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Este solemne encuentro llenó de emoción a devotos así como a quienes recién van conociendo su historia. Chiquitunga es la primera beata de Paraguay y tiene en su haber miles de historias de fe, sanación y milagros que quedan por ser demostrados para llegar a los altares.