Hoy se cumplen exactamente seis meses del trágico accidente aéreo en el que murieron siete personas y en el que resultó como único sobreviviente el joven José Daniel Zaván Vaccari, quien estuvo en terapia intensiva e incluso fue sometido a varias cirugías. Pero gratamente hoy se encuentra lúcido, retomando sus estudios en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y reconoce que su vida es un milagro.
“Es un milagro muy grande todo esto que me pasó y gracias a Dios también ya me estoy recuperando de una prueba de vida realmente. Ndaha’éi ko michî mba’e la ojehúva chéve”, indicó Zaván en comunicación con la 780 AM.
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La salud de Zaván se encontraba en delicado estado a consecuencia del accidente aéreo que sufrió la avioneta de las Fuerzas Armadas, al que subió para llegar desde Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, Chaco paraguayo, a Asunción para la inscripción al segundo semestre de la carrera de Ingeniería Agronómica de la UNA.
“Quiero dar mi agradecimiento a todas las personas que se solidarizaron conmigo y que estuvieron conmigo todo este tiempo. Ahora ya retomé la facultad, soy estudiante de la carrera de Ingeniería Agronómica de la UNA”, señaló.
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El joven universitario se salvó en el accidente en el que todos los tripulantes ya habían perdido la vida y posteriormente se volvió a salvar del incendio de la avioneta tras el aterrizaje forzoso porque tuvo ángeles de la guarda que se atrevieron a inspeccionar la aeronave minutos antes de su incendio y posterior explosión. Se trata de los militares Amado Ariel González, Ismael Villasanti y Julio Ojeda, que lo socorrieron a tiempo.
“Uno no dimensiona lo que pasa a veces y no pensaba que me iba a convertir en una inspiración y esperanza para tanta gente en nuestro país en medio de esta pandemia, donde está todo muy difícil, pero siempre hay una luz de esperanza entre tanta oscuridad. Las probabilidades de salir de eso eran muy pocas y creo que a partir de estos momentos que estoy mucho más lúcido me estoy dando cuenta de todo lo que me pasó”, relató Zaván.
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Zaván insistió en agradecer a todas aquellas personas que sin conocerlo se solidarizaron con su causa, rezaron por él y donaron sangre, que si bien no era propiamente para él lo donado fue para reponer lo que se usó con él y mediante ello se salvaron otras vidas. “Gracias a que donaron su sangre cuando más necesité también ayudaron a mucha otra gente”, expresó.