La pandemia ya lleva más de un año y tres meses desde que llegó para cambiar la vida de millones de paraguayos y de instalar diferentes paradigmas sobre cómo enfrentar los desafíos que se fueron presentando. La Nación viene recogiendo a lo largo de este periodo, de manera semanal, casos de connacionales que encuentran oportunidades en las adversidades y se convierten en claros “Ejemplos de Superación”.
En esta ocasión, como otro sábado más, conocimos a Gloria Bernal Jara, una brillante joven de 24 años de edad, quien en plena pandemia empezó a vender desayunos bien completos en el Mercado Municipal de Abasto de la capital, a los efectos de poder costear su tesis universitaria y así poder recibirse de médica veterinaria. Recientemente, ella, flamante doctora en salud animal, publicó su historia en las redes sociales volviéndose viral en pocas horas. Gloria sostiene que no por ser profesionales o casi profesionales, las personas deben avergonzarse por trabajar de otra cosa que no sea de su rubro. Dice que todo trabajo es digno.
En entrevista con esta redacción, esta “kuña mbarete” nos comentó que sus padres trabajan hace 36 años en el Mercado de Abasto; Justino “Gua’i” Bernal (68) y Victorina Jara (58). Su padre tiene un puesto de venta, en su propia camioneta, de alimentos para el desayuno diario como café y cocido caliente, chipa y pan. Su madre tiene un puesto en el remozado Bloque C, donde comercializa los más frescos choclos. “Por ser villarriqueño, a mi papá lo conocen como ‘Café Gua’i”, y a mi mamá se la conoce como ‘Yoli Choclería’”, acotó Gloria.
Hace cuatro años que empezó a trabajar más de cerca con su mamá en el puesto y también le cubría a su padre cuando estaba indispuesto. Gloria y su madre salían de casa a medianoche, en Barcequillo, San Lorenzo, para llegar a la 1:00 de la madrugada y empezar la actividad laboral en el populoso mercado.
A la par de esta actividad, Gloria continuaba su carrera de veterinaria en la Universidad Autónoma del Sur (Unasur) para cumplir su sueño de ser profesional de la salud animal. Ya estaba por culminar sus estudios pero se vino la pandemia y el sueño de presentar una tesis se vio en suspenso debido a la inversión que necesitaba realizar.
Entonces, teniendo en cuenta que su padre tenía una edad de riesgo para seguir trabajando en pleno aumento de casos del COVID-19, Gloria decidió reemplazarlo en su puesto de venta de desayuno y también lo vio como una oportunidad de juntar un poco de platita para costear sus estudios.
“Por ejemplo, los domingos de tarde ya preparaba mi café y cocido, para calentar a la noche y poner en los termos. Después cargaba todo en la camioneta, dormía dos horas y a medianoche ya salíamos con mamá en dirección al Abasto. Desde la 1:00 hasta las 8:00 me dedicaba a vender los productos. Después hacía reparto de choclos hasta las 10:00, ya que somos proveedores de algunos comercios de Lambaré y Fernando de la Mora”, comentó.
Como si fuera poco todo esto, desde las 10:00 Gloria iba a una clínica veterinaria donde comenzó a realizar una pasantía para cumplir las horas necesarias que exige la carrera universitaria.
Toda esta pesada rutina, sin descanso, de salidas a la madrugada durante el frío y la lluvia, y continuar hasta la tarde en una veterinaria, duró en total dos largos meses, durante la época más dura de la pandemia en Paraguay.
Cuando poco a poco fue habilitándose nuevamente las actividades académicas, Gloria por fin pudo retomar las clases virtuales y esporádicas presenciales, logrando así empezar a realizar su ansiada tesis. Además, el dinero que logró reunir durante los meses como vendedora le ayudó bastante a seguir adelante. Fue así que en febrero del 2021 presentó su trabajo final de grado y en marzo lo defendió, logrando graduarse de esa manera como médica veterinaria.
“Ahí me sentí demasiado bien. Uno, porque mis padres querían que sea profesional. Hoy en día cuesta luego conseguir trabajo con título, y sin título es peor. Ellos querían que yo no dependa de nadie. En esos meses que reemplacé a mi papá supe mucho más del sacrificio que hacían ellos. Con lluvia y frío igual me iba. Ahí valoré mucho más lo que ellos hacían por mí. Llevo demasiado en cuenta todo eso y espero algún día recompensarlos a ellos”, expresó.
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Consultada sobre por qué decidió publicar su caso en Facebook, posteo que se hizo viral, ella respondió que vio en otra ocasión cómo criticaron a una comunicadora por vender comida para ganar dinero, siendo que es una profesional y podría estar dedicándose a su rubro. “Algunos se reciben de su profesión y les cuesta encontrar trabajo. Algunos tienen vergüenza de dedicarse a otra cosa y nada que ver. Es nada más una forma de ganarse un dinerito. Todo trabajo es digno mientras sea honesto y respetuoso”, dijo.
Por último, Gloria reveló que su sueño es, en mediano o largo plazo, abrir una clínica veterinaria propia. No obstante, dijo que primeramente desea ganar mucha experiencia para ofrecer el mejor servicio posible. “Tampoco les dejo de lado a mis papás. Sigo trabajando con ellos y ellos seguirán hasta dónde puedan. Ellos quieren seguir trabajando porque es lo que les da vida. Pero si fuera por mí ya no quisiera que trabajen”, culminó la joven, que conmovió el corazón de miles de internautas en las redes sociales.